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17 de abril de 2019

El Árbol de los deseos para la paz de Yoko Ono

En el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, situado en Córdoba, Yoko Ono -sí, esa Yoko Ono- ha dejado tres obras específicamente creadas para exponerlas allí: Para ver el cielo. Versión cordobesa (2015-2017), Pieza para zurcir en cuatro estaciones (1966-2017) y Árbol de los deseos para la paz (1996-2017).

El pasado fin de semana pude visitarlas y, sin ninguna duda, me quedo con el Árbol de los deseos para la paz.  


Pide un deseo

Anótalo en un trozo de papel.

Dóblalo y átalo alrededor de una rama de un árbol de los deseos.

Pide a un amigo que haga lo mismo.

Sigue deseando

Hasta que las ramas estén cubiertas de deseos


Está instalado en la entrada del Centro y es un olivo. No había nadie y pensé que era una de las cosas más bonitas que había visto y, también, una de las que recordaré con más cariño porque mi madre me acompañaba.


Me planté delante de ese árbol lleno de deseos que se mecían con cada soplo de aire. Tenía que desear algo, anotarlo y colgarlo. Hice una lista de personas a las que quiero y que están en mi vida, de momentos buenos y malos, y de las cosas materiales que poseo. Me di cuenta de que podía sentirme satisfecha con todo eso. Más que eso, afortunada. Es probable que, comparado con otros, tenga poco de cada cosa y, sin embargo, no me cambiaría por otra persona. Cómo hacerlo si vivo en el Primer Mundo. Porque podría no tener nada ni a nadie.Tomé conciencia de ello en ese momento, plantada allí delante de aquel árbol junto a mi madre. ¿Podría llenar una lista de deseos? Claro que sí. Y, no obstante, no tendrían nada que ver conmigo porque esos deseos tienen que ver con todo lo que está mal alrededor nuestro, en este siglo XXI.



Y, sin embargo... todos necesitamos desear y cumplir deseos. Ver a quienes queremos, desear y cumplirlos. Yo no sé si inundar el planeta de Árboles de deseos para la paz cambiaría el mundo, pero sí creo que conseguiría que cada uno de nosotros se parara y pensara qué tiene, qué le falta y qué desea. Leí furtivamente alguna de las notitas colgadas y resulta que prácticamente todos deseamos lo mismo: hacer de este planeta un sitio mejor. Que los buenos sentimientos vencieran a los malos. Que lo espiritual ganara a lo material. Triunfaría aquello de <<no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita>>. Sería un bonito sitio donde vivir.

Un sábado cualquiera de abril, Yoko Ono me dio razones para pensar, meditar, desear y estar agradecida. También me hizo creer que podía hacerlo mejor. 


Pensadlo. Si junto a la puerta de vuestra casa hubiera un Árbol de los deseos... ¿qué pediríais?





3 comentarios:

  1. Yo no sé qué me ha pasado (que estoy en la parra probablemente), que he entrado varias veces al blog y no he visto esta entrada. Cuando he visto que está publicada desde el 17 de abril, he supuesto que no he actualizado, ¡o yo que sé!, y me salía tu entrada anterior.
    Me encanta.
    Un momento de reflexión.
    Yo ahora mismo deseo que "todo salga bien, y que esté bien". Es muy fácil para mi porque lo tengo muy cerquita. Pero si no fuera el caso, estoy muy de acuerdo contigo en que si te paras a reflexionar, tenemos muchas más cosas de las que necesitamos y que desear más es, en cierta medida, hipócrita. Supongo que en ese caso se piensa más en general: paz en el mundo, menos contaminación, menos fanatismo... ¿Pero realmente hacemos algo para que esos deseos se vean cumplidos?¿Algo que esté al alcance de nuestra mano?. Yo últimamente sólo veo a gente que piensa en "consumir" y me da una rabia...
    No sé si "me he ido por los cerros de Úbeda", pero es lo que me ha provocado tu entrada. ¡Y me gusta!.
    Besazo.

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    Respuestas
    1. Hola, M. Ángeles.
      No estabas en la parra... Es que, por primera vez, publiqué la entrada y dos días después la dejé de nuevo en borradores con la intención de no volver a publicarla porque tuve uno de esos ataques míos en los que me da por pensar que a nadie le puede interesar algo así...
      Tampoco te has ido por los cerros de Úbeda. También me siento así, un poco desmoralizada por este afán nuestro de tener cosas que no necesitamos, de prestar poca atención a todo lo que ocurre a nuestro alrededor pero también más allá de nuestras fronteras.
      Me alegro mucho, mucho de que hayas disfrutado con esta entrada. Una razón para confiar en lo que siempre me ha ido bien: hablar de lo que me pedía el cuerpo cada vez y dejar todas las dudas a un lado.
      Un beso enorme.

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  2. Hola preciosa!
    Pues si te digo la verdad vivo en Córdoba y no me lo sabía, muchas veces tenemos cosas tan linda en la ciudades que pasan desapercibidas. Muchas gracias por la entrada, me ha parecido super interesante y de ya te digo que haré una visita a ese árbol.
    Acabo de llegar a tu blog, me quedo por aquí y te invito al mío.

    ❀ Fantasy Violet ❀

    Besotes! 💋💋

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