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27 de diciembre de 2022

Adiós, 2022

Hoy es un día de enfrentarse a la página en blanco y hacer balance de lecturas de este año. Observo con sorpresa que esta es la séptima y última entrada del año. Seis entradas y casi ninguna reseña.

Terminaré 2022 con cincuenta lecturas (treinta y cinco corresponden a mujeres), cumpliendo el challenge de Goodreads. Estas son las que destacaría:

Piranesi, de Susana Clarke. Por la magia, la ambientación, la originalidad y la fantasía.

La bajamar, de Aroa Moreno. Por el trenzado de la vida de tres generaciones de mujeres.

Hermanito, de Ibrahima Balde. Porque ningún ser humano es ilegal.

Las abandonadoras, de Begoña Gómez Urzaiz. Por contar esas otras maternidades.

La postal, de Anne Berest. Porque todas las familias tienen derecho a conocer la historia y el destino de sus parientes en cada guerra y conflicto. Por no ser una historia más sobre el holocausto judío.

Mira a esa chica, de Cristina Araújo. Porque todas hemos oído y leído mucho sobre el caso de La manada, pero ella ha hecho algo más importante. Poner el foco en el antes, en el después y en cómo nos construimos en la adolescencia. El libro que querría haber leído con veinte años.

El monstruo del monóculo y otras bestias y Gabinete X, de Nuria Pérez. Dos libros de la creadora de un maravilloso podcast hecho para gente curiosa. Porque todos queremos que nos cuenten historias.

La loca de la casa y El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero. Porque Montero sigue siendo una narradora imprescindible.

No he salido de mi noche y El acontecimiento, de Annie Ernaux. Lo de ser Premio Nobel, en su caso, es lo de menos. Lo que queda es el testimonio. 

Estas películas: Cinco lobitos; Nunca, casi nunca, a veces, siempre; Una joven prometedora; Tierra de Dios; El prodigio. Y en estas fechas, la versión de Mujercitas de Greta Gerwig. Un documental: Caso Roe. El aborto en los EE.UU.

Estoy justo en ese punto en el que ya no hablo de años buenos o malos. Hice lo que pude con lo que vino y me alegro de estar más en la vida real que en la virtual. En algún momento siempre habrá alguien que quiera venderte algo. He tenido momentos de felicidad, de tristeza, de indignación y de ternura. Siento cerca a quienes están lejos. La cabeza alta y las expectativas bajas. 

El mundo es mejor con poesía. Despido 2022 como merece, con un poema de Francisca Aguirre, haciendo frente a la incertidumbre de la llegada del nuevo año. Bajo la banda sonora de la versión de Katie Melua de Wonderful life.

SORPRENDENTE

Estoy casi segura de que el  futuro
    acabará por sorprender a todo el mundo.
Me gustaría pensar que esa sorpresa será agradable
    pero no tengo la certeza.
La única seguridad es que el futuro será sorprendente.
tal vez los perros sigan siendo perros y los gatos gatos
    pero nosotros estos extraños animales
que hablan cantan y lloran nosotros los de ahora
sospecho que ya no seremos los mismos.

Puestas así las cosas
    me divierte recordar a Machado

                                   Confiamos
                                   en que no será verdad
                                   nada de lo que pensamos.





Look at me standing here on my own again, up straight in the sunshine
No need to run and hide, it's a wonderful, wonderful life
No need to laugh or cry, it's a wonderful, wonderful life