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19 de marzo de 2020

Una canción en la tormenta

No pensaba hacer ninguna entrada en esta situación actual. El COVID-19, el confinamiento, lo ocupa todo ahora mismo y cada cual lo gestiona a su modo. Yo lo hago desde un estado de expectación y parálisis, huyendo de cualquier exposición en las redes sociales. Y, por eso, me guardo toda opinión sobre lo que estoy viendo y leyendo estos días en mi entorno mediático. Me autoimpongo la mascarilla del silencio.

La razón por la que hago esta entrada tiene que ver con la iniciativa de la autora Mercedes Gallego, que compartía un poema en sus redes y me invitaba a hacer lo mismo en estos tiempos oscuros. No es mi poema favorito, pero creo que sí puede adaptarse a esta tormenta. Lo escribió Rudyard Kipling, autor de novelas tan conocidas como Capitanes intrépidos o El libro de la selva.


Una canción en la tormenta    
1914-18

Asegúrate bien de que a tu lado peleen
los océanos eternos, aunque esta noche
el viento en contra y las mareas
nos hagan su juguete.
A fuerza de tiempo, no de guerra,
en medio del peligro nos guiamos:
Sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que aparezca
            en todo tiempo de angustia y también
            en el de nuestra salvación,
            el juego vence siempre al jugador
            y el barco a su tripulación.

De la niebla salen rumbo a la tiniebla
las olas que brillan y se encrespan.
Casi estas aguas sin conciencia se comportan
como si tuviesen alma-
casi como si hubieran pactado sumergir
nuestra bandera debajo de sus aguas verdes:
sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que pueda verse, etc.

Asegúrate bien, a pesar de que las olas y el viento
en reserva guardan ráfagas aún más poderosas,
que los que cumplimos las guardias asignadas
ni por un instante descuidemos la vigilancia.
Y mientras nuestra proa flotando rechaza
cada carrera frustrada de las olas,
canta, sea bienvenida la descortesía del Destino
dondequiera que se desvele, etc.

No importa que sea barrida la cubierta
y se rompan la arboladura, el maderamen-
de cualquier pérdida podremos sacar provecho
salvo de la pérdida del regreso.
Por eso, entre estos Diablos y nuestra astucia
deja que la cortesía de las trompetas suene,
y que sea bienvenida la descortesía del Destino,
dondequiera que se encuentre, etc.

Asegúrate bien, aunque en poder nuestro
nada quede para dar
salvo sitio y fecha para encontrar el fin,
y deja de esforzarte por vivir,
que hasta que éstos se disuelvan, nuestra Orden se mantiene,
nuestro Servicio aquí nos ata.
Sea bienvenida entonces la descortesía del Destino,
dondequiera que aparezca,
            en todo tiempo de angustia y también
            en el de nuestro triunfo,
            el juego vence siempre al jugador
            y el barco a su tripulación.


A quienes pasáis por aquí: cuidaos mucho. Imagino que ya sabéis todas las medidas a adoptar, los consejos y las instrucciones. Esta situación abrirá una brecha en nosotros y en nuestras vidas. Me encantaría poder contaros algo más, pero no creo que sea ni el espacio ni el momento. Como dice Paula Sainz-Pardo Hilara, presentadora de La 2 Noticias al finalizar, quizá ahora más que nunca: leed, reflexionad.























12 comentarios:

  1. Un abrazo inmenso, cuídate mucho mucho mucho, corazón!

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    1. Seguimos en ello, Mara. Cuidaos mucho también.
      Un beso enorme.

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  2. Esta entrada es un oasis de paz en estos tiempos. ¡GRACIAS!
    Un abrazo enorme preciosa.
    Muaaak

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    1. Gracias, Ani. Mantengámonos en la paz y la calma, algo muy necesario estos días.
      Un beso.

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  3. Yo he pensado lo mismo que tú, de si escribir o no, y en mi cabeza existe un inicio de entrada muy parecido al tuyo. Pero si, escribiré, porque seguir luchando mentalmente es el primer objetivo y escribir es una tabla de salvación.
    Que sepas que he notado tu silencio, pero que internamente quería que publicaras. Gracias por hacerlo.
    "Nada quede para dar salvo sitio y fecha para encontrar el fin".
    Beso enorme.

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    1. Hola, M. Ángeles:
      Me gusta eso de luchar mentalmente como primer objetivo, y ambas hemos comentado muchas veces lo liberador que resulta el blog para nosotras. Así que yo también deseo seguir leyéndote. A ver si pronto encuentro las ganas y la temática para seguir.
      Gracias por este comentario tan reconfortante para mí. Un beso enorme.

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  4. La descortesía del destino... Es verdad que ha sido muy desconsiderado con nosotros, pero como dice Kipling ♡ cumpliremos con nuestro servicio. Muy fan de tu forma de expresarlo, a más de uno le iría bien esa mascarilla de silencio. Y gracias por la canción, dicen que después de toda tempestad llega la calma y habrá mucho por hacer, por hablar, por construír.
    Un abrazo grande, grande, Lidia.

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    1. Hola, Marisa
      Ayer mismo compartía en IG el vídeo de Alejandro Palomas como ejemplo de sinceridad, de sentido común, humildad y ejemplo para quienes están aprovechando esto para el autobombo o para arrimar el ascua a su sardina, que son más de los que esperábamos...
      Habrá mucho por hacer, por hablar y por construir, es cierto. Y lo tendremos que hacer junt@s. Hasta que nos podamos volver a ver y abrazar, desde este rinconcito virtual, os mando mucho ánimo, mucha fuerza y mucho cariño.
      Seguimos.

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    1. Te leía el otro día en tu entrada de Charada, de Sandra Brown y veo que tú también estás un poco como todos: con dificultades para concentrarte y para aguantar el ritmo lector (entre otras cosas), así que desde aquí te mando también muchísimo ánimo y fuerza para pasar estos tiempos tan complicados.
      Un beso muy fuerte y cuidaos mucho también por ahí.

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  6. Gracias por responder a mi propuesta. Gracias por tu silencio tan, tan expresivo. Gracias por toda tú, por la sabiduría que desprendes. Cuídate mucho. "Hasta que volvamos a vernos" como dice alguien por ahí.

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    1. Gracias a ti, Mercedes. Toda iniciativa positiva me parece poca, así que siempre estaré de ese lado. Cuídate mucho tú también, y a los tuyos.
      Te abrazo desde esta distancia virtual.

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