.Image { text-align:center; }

4 de julio de 2021

¿Qué piensas hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?


«¿No es verdad que todo al final se muere, y tan pronto?
Dime, ¿qué piensas hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?»
El día de verano. Mary Oliver.


Es habitual, creo, que tras vivir una situación de estrés, de tragedia o de cambio, valoremos qué conclusiones podemos sacar de la experiencia. Tomar el bloc de notas mental, dividir la página en blanco en dos: a la derecha listar lo malo, a la izquierda lo menos malo. Transcurrido el primer año de pandemia voy haciendo ese ejercicio e intento evaluar de qué manera me ha afectado. 

Pienso que me he convertido en una persona más introvertida, más cauta y reservada. Creo que me ha hecho mirar lo que me rodea y a quienes me rodean de una manera diferente. Me ha hecho más reacia a la exposición, a la discusión e incluso a la opinión (especialmente en las redes). Quizá un poco más juiciosa, menos temeraria a la hora de hablar u opinar públicamente. Lo cierto es que no sé si es algo positivo en términos generales pero es innegable que es un hecho. Busco mi zona de confort en los entornos en los que me siento segura y me alejo de esos otros en los que no me siento cómoda o me llevan a ofrecer mi peor versión. Los años y la pandemia me han alejado del camino de lo que, en mi fuero interno, no quiero ser. Basta con no tomarnos tan en serio.

En los últimos meses, sobre todo con la adaptación al teletrabajo, he tenido la posibilidad de leer y escuchar más (entrevistas, podcast, reportajes, etc...). Una sabe cuándo no tiene nada que decir, cuando es tiempo de llenarse, absorber, prestar atención, de tomar decisiones (y asumirlas) sobre lo que necesitas o no en tu día a día, sobre los espacios en los que crees que puedes aportar algo o nada en absoluto. El tiempo es nuestro recurso más valioso así que, ¿no sería mejor invertirlo en aquello que nos resulte útil y valioso para gestionar nuestra vida? En todo esto pensaba las últimas semanas. 

Hay algo benéfico y sanador en los estados de espera y vigilia en los que solo nos permitimos la osadía de ser meros espectadores, donde la inacción no produce ningún efecto más allá de los que nos transforman interiormente. Dice Maggie O´Farrell en su libro Sigo aquí que «Pululamos todos por ahí como atontados, viviendo un tiempo prestado, hurtando los días, librándonos del destino, resbalando por los resquicios sin saber cuándo va a caernos el hacha encima». 

En este tiempo prestado he leído algunas historias, quizá os hable de ellas en otra entrada. Es curioso cómo, en este mundo globalizado, me sea más cercana la compañía de los libros que la de cientos de contactos. Quizá porque a veces haya más verdad e interés en los libros que en la aparente felicidad detrás de las imágenes de la vida de otros. Pero todo eso lo explica mejor Irene Vallejo en su Manifiesto por la lectura:

«Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva, comprendiendo su carácter y sus razones. Cuanto más diferentes son esos personajes más nos amplían el horizonte y enriquecen nuestro universo. A través de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y nos hundimos en su mirada. Y, en un mundo narcisista y ególatra, lo mejor que le puede pasar a uno es ser todos».

Y, mientras tanto, sigo pensando en qué respuesta dar a la pregunta del poema de Mary Oliver: ¿qué piensas hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?





2 comentarios:

  1. Hola :)
    Que bella reflexión, a mi me ha enseñado quienes valen y quienes no
    un beso

    ResponderEliminar
  2. pero qué lindo todo, desde la primera línea de la Mary Oliver hasta los Fleetwood Mac :)
    Todavía no he escuchado el podcast del manifiesto y no he leído el del junco, ahora estoy produciendo más que absorbiendo ;) tiempos y fases.
    un abrazo infinito <3

    ResponderEliminar

Antes de comentar, revisa la política de privacidad del blog