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29 de octubre de 2017

La escala de Mohs - Gata Cattana

La primera vez que escuché hablar de Gata Cattana fue en la pasada edición de Cosmopoética celebrada en Córdoba. Y lo hacía unida a la palabra homenaje. El que le hicieron a ella y a José Ignacio Montoto (1979-2017). Tenían algunas cosas en común: eran jóvenes, poetas, cordobeses, con talento... y han fallecido este mismo año por problemas cardíacos.

Unos días después, mi madre me regalaba La escala de Mohs, o lo que es lo mismo, me regalaba un poquito del talento que ha dejado Ana Isabel García Llorente, conocida con los nombres artísticos Gata Cattana o Ana Sforza. Dice su biografía:

(Adamuz, Córdoba, 1991 - Madrid, 2017)
Graduada en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada y Máster en Política internacional y resolución de conflictos por la Universidad Complutense de Madrid.
Era una artista polifacética y comprometida con la sociedad, hija de una generación perdida y transgresora en un género musical al que ella dio brillo añadiendo toques flamencos, electrónicos y latinos, sabiendo encajar todo esto haciéndolo suyo.
Ella: culta, feminista, políticamente incorrecta, amante de los quejidos... Compaginaba su trabajo musical dentro del RAP con la poesía, participando en recitales y eventos de SlamPoetry, torneos poéticos en los que los oponentes se enfrentan a través de recitales dramatizados, donde supo destacar por su destreza y sensibilidad, consiguiendo así hacerse con el panorama del momento.

La edición de Arscesis Editorial y su disco Banzai han salido a la luz sin que ella haya podido disfrutar de ver un sueño hecho realidad. Y creedme, la edición de La escala de Mohs es una maravilla.
No parece haber nada casual en los títulos elegidos.

Escala de Mohs: ordena la dureza de diez minerales en función de su capacidad para rayar o ser rayados (siguiendo el principio de que los minerales de mayor dureza rayan a los de menor dureza). La escala está ordenada de forma ascendente situando en el número 1 al talco como mineral más blando y en el número 10 al diamante como el más duro. Ya veis el diamante de la portada.

Banzai: Grito japonés previo a la batalla (relacionado sobre todo con los ataques suicidas)

En La escala de Mohs hay poesía, mitología, denuncia social y política. Hay un relato que me ha hecho sentir nostalgia de los días que pasaba en el pueblo con mi familia, rodeada de vecinas, de noches en la puerta de las casas, de cultura popular y remedios caseros.

Antonio Díez Fernández dice en la sinopsis:

Y es que nacer y crecer en España es estar a punto de descubrir una mentira. Y luego descubrir una mentira mayor que tapa la anterior. Por eso crecemos descreídos. La poesía que nos queda por hacer, y que Ana supongo ya intuía que sería su oficio y su vocación, es la de desenterrar, desenmascarar, desacralizar, desintoxicar, desamortizar, desinsectizar, y desinfectar. Y desde luego que lo hace bien: en cada verso una kata, cada poema una katana, en cada imagen una gata. Mujer guerrera, la necesitamos.

Son páginas llenas de fuerza, de vida, de rebeldía. Ana se fue demasiado pronto, pero al menos nos dejó su poesía y sus canciones como legado. Lo próximo será escuchar el disco poniendo atención a sus letras. Al final de esta entrada os dejo una de sus canciones y un vídeo homenaje, porque lo que toca ahora es una muestra de su  poesía. 


LA ESCALA DE MOHS (fragmento)

(..) Al final todo el mundo...
Todo el mundo tiene un precio.

Y quién me iba a decir a mí
que después de tanto principio,
tanta ley y tanto código,
tanto juez y tanta ética
tanto farol bien tirao´...,
que el mío iba a ser tan minúsculo.

Yo siempre lo supe:

cuando me dieron a elegir
entre la gloria o la paz,
yo ya lo sabía,
hubiera elegido lo segundo.
no soy de cantares de gesta.


TU OFICIO, POETA (fragmento)

(...) Que el conocimiento 
no sea una amenaza.
Tu oficio, poeta,
es dignificar la especie.
Escoger las palabras 
que pondrías en tu lápida.
Decir, por ejemplo:
<<No todos eran prescindibles>>.

Merecerte la vida
hasta tal punto
que tu muerte
parezca una injusticia.

Y dejarte ir,
como si nada, como todos
(poetas o no)
hacia la larga
y aburrida
eternidad

LA SATINE (fragmento)

Tu amor siempre fue
el niño amor.
El tierno amor adolescente
de eres mi garza
y mi Helena de Troya,
de cuánto te quiero
y sin ti no hay más luna...

Pero yo nunca fui Helena.
Yo nunca fui Helena y ni siquiera Penélope.
Yo nunca fui ese tipo de princesa
que espera sentada
escuchando odas a su hermosura.

Porque yo era más la Satine,
la Agripina. La Teodora de Bizancio,
que administraba y quebraba imperios
con una palabra. 

COSPEDALES (fragmento)

Te vas y me aparecen Cospedales.
En serio.
Miles de ellas esparcidas por toda la ciudad,
bien repeinaditas, con falda por la rodilla
y pendientes de perla.

Y me tiro cosa de un mes
escribiendo mierda insustancial en diferido,
en forma, efectivamente de simulación
o de lo que hubiera sido en diferido,
en forma, de noticia pasajera,
de anécdota, de suceso,
de lista de la compra 
y de prospecto.
En serio.

Te vas y me aparecen Gallardones
con la mueca inquisidora
y el discurso de mi abuela, 
persiguiéndome los gestos,
los derechos y las metas,
señalando con el dedo
y escupiéndome por puta.

Y mientras todo esto pasa, mi amor...
Mientras todo esto pasa
Rouco Varela se frota las manos.
Se frota las manos y otra cosa.











25 de octubre de 2017

Por encima de la lluvia - Víctor del Árbol


POR ENCIMA DE LA LLUVIA


Víctor del Árbol

ISBN: 9788423352654

Destino
(2017)



Narrativa española


SINOPSIS
Miguel y Helena se conocen en una residencia de ancianos en Tarifa, a una edad en la que creen haberlo vivido todo ya. A Miguel le asusta volar. A Helena le da pánico el mar. Los dos tienen hijos adultos y sienten que les han relegado a un plano casi ornamental. El dramático suicidio de un compañero de la residencia les abre los ojos. No quieren pasar sus últimos días recordando y añorando tiempos supuestamente mejores. Y juntos decidirán emprender el viaje de sus vidas, en el que descubrirán que nada es definitivo mientras queden ilusiones que perseguir.
Mientras tanto, en la lejana ciudad sueca de Mälmo, la joven Yasmina, hija de inmigrantes marroquíes y que sueña con ser cantante, vive atrapada entre el cuidado de su autoritario abuelo Abdul y el desprecio de su madre, para quien Yasmina es una vergüenza porque trabaja para un sueco de pasado turbio. Y vive un romance secreto con el subcomisario de la Policía sueca, un hombre mayor e importante.
Estos tres personajes dibujan una historia sobre el sentido del amor y sobre lo extraordinarias que pueden llegar a ser las personas comunes.
Pasado, presente y futuro se entremezclan en este viaje desde Tánger en 1955 hasta Mälmo en 2014, metáfora de un viaje mucho más importante: el de vivir siempre intensamente.


Quien haya leído, escuchado, o seguido en las redes sociales a este autor sabe que es una de las voces más lúcidas y coherentes en el panorama literario y cultural de este país. Capaz de hacer enmudecer una sala llena de gente y conseguir que nadie tenga la tentación de consultar el móvil o salir de la sala, como he tenido la ocasión de comprobar en las dos presentaciones que ha hecho de sus últimas novelas en Madrid. 

Y lo mismo que ocurre con su personalidad, ocurre con sus libros. Es difícil escapar de ellos y salir indemne de la experiencia. Por encima de la lluvia es su última novela, una muestra más de que le queda pequeña la etiqueta con la que no se identifica, la que lo define como escritor de novela negra. Y lleva razón en eso, aunque discrepe cuando afirma que se considera un optimista realista. Yo lo dejo solo en realista.

Por encima de la lluvia es una novela de personajes unidos por la leyenda de los hilos rojos del destino. Miguel, Helena, Yasmina, Abdul, Amador, Natalia, Gövan... y me dejo algunos en el tintero. La primera parte es una presentación de los diferentes protagonistas. Los vamos poniendo en situación. Quién es quién. Y dónde. Porque son varios los escenarios donde transcurre la acción: Mälmo, Tánger, Tarifa, Madrid, Sevilla...
Podría ser una historia sencilla, pero no lo es en absoluto gracias a la complejidad de esos personajes y las circunstancias que los rodean. Y creedme cuando os digo que es mejor que no sepáis qué papel desarrolla cada uno, sino ir descubriéndolo durante la lectura.

<<Pero los mayores peligros son aquellos que no vemos porque se esconden muy cerca de nosotros. ¿Acaso no son las personas más cercanas las que tienen el poder de hacernos más daño? Aquellas en las que confiamos, a las que nos entregamos sin medida y sin reservas. Ellas nos provocan el mayor dolor>>

Es también una obra que nos habla de la importancia de la memoria, el olvido, la soledad, el pasado y los lazos familiares. En una sociedad permanentemente anestesiada por las apariencias y por el bombardeo de mensajes relacionados con el bienestar y la felicidad, nos recuerda todo aquello a lo que no queremos prestar atención porque duele o porque da miedo: la vejez, la enfermedad, las consecuencias de nuestros actos, los errores y, sobre todo, la verdadera naturaleza de la condición humana. Lo que nos hace humanos es la crueldad, la violencia, la resistencia y adaptación a los reveses de la vida, el amor incondicional, el dolor. Todo eso está presente, es palpable a través de las páginas.

Cada vez me siento más consciente de la situación de desventaja en la que se ha encontrado y aun vive la mujer. Quizá por eso, las referencias que aparecen a la violencia de género, a la prostitución o al papel sumiso de la mujer me ha tocado especialmente. Algunas de las mujeres de Por encima de la lluvia viven situaciones de una crueldad y violencia que traspasa las páginas. Duele. Lo hace porque no es ficticia, es real. Existe y nos hemos acostumbrado a ello y a la impunidad que lo rodea.
Ésta lectura la he compartido con Cris D* -y desde ya os recomiendo que la compartáis con alguien con quien poder ir comentando los detalles- y ambas coincidíamos en señalar el sufrimiento al que estaban expuestas. Deseábamos que al menos alguna de ellas no fuera víctima de su realidad, de los hombres con los que se habían cruzado, que fueran dueñas de sus propias vidas. Quería que alguna tuviera las herramientas que le facilitaran una salida, una alternativa. Que no os pase como a mí. Víctor del Árbol no os va a ahorrar el trago de pensar, sentir o reflexionar sobre lo que ocurre. No hay paños calientes. Por eso, esta novela también es necesaria.

Y por último, me gustaría destacar las referencias históricas y, especialmente, el viaje hacia El Valle de los Caídos. Ese lugar incómodo y que nadie parece querer situar correctamente en la Memoria Histórica de este país. Vivimos tiempos oscuros, donde opinamos pero no sabemos, donde hablamos pero no aprendemos, donde se cuelgan banderas en los balcones sin conocer la historia del país que representan. Nuestro país necesita reconciliarse con su pasado y cerrar heridas desde la memoria, el recuerdo y el conocimiento de unos hechos que dividió España en dos, no ocultándolo bajo la alfombra y esperar que no huela. 

<<Un día le pregunté qué escribía con tanto ahínco. Me mostró las páginas hinchadas con una letra pulcra diminuta y extraña en un hombre tan grande. "La guerra, la guerra que sigue en esta paz de muertos", me dijo. Le pregunté para qué escribir sobre el horror, sobre la fealdad que todos conocíamos. Me miró como lo que yo era, un muchacho arrogante e ignorante a partes iguales:  "Porque un día, por increíble que parezca, se nos olvidará lo que hemos hecho y lo que otros nos han hecho. Buscaremos excusas, las encontraremos y olvidaremos la verdad. La olvidaremos para seguir adelante" >>

Si habéis llegado al final, probablemente penséis que no os he contado nada, que solo son las divagaciones que quedan tras la lectura. Debería hablaros de que Miguel tuvo la suerte de encontrarse con Helena cuando pensaba que ya no le quedaba nada más por vivir, que Natalia me hizo sufrir por ese aferrarse a un amor equivocado o que me gustaría que desaparecieran las Yasminas del mundo y se quedaran aquellas que pueden dirigir su propia vida alejada de los hombres que las utilizan.

Pero, en realidad, os diré una cosa: merece la pena leerlo aunque solo sea para dejarse emocionar por el epílogo. Y os dejo un deseo como el que está impreso con la letra de Víctor del Árbol en mi ejemplar: Que la vida sea lo que tú construyas.

<< Lo primero que tienes que aprender es que las guerras solo empiezan. A los cinco minutos de la primera detonación, lo otro ya no importa. De repente, personas que han vivido en paz, civilizadamente, se despedazan, roban, asesinan, incendian, violan. En la guerra podemos morder, destrozar, ultrapasar cualquier límite y todo será justificado por la existencia de un enemigo. La única condición que se nos impone es que debemos volver al encierro cuando el amo nos silba, dando por acabado el episodio. Entonces debemos aplicar el cataplasma de la justificación y la excusa ante nuestras atrocidades, reconstruir lo destruido, apagar los incendios, devolver los muertos a las catacumbas, olvidar, o fingir que lo hacemos >>

 
*Tenéis la reseña de Cris en este enlace



12 de octubre de 2017

Historias de mujeres

Durante estos últimos meses he estado leyendo sobre vidas de mujeres. Algunas son figuras destacadas, otras desconocidas y, la mayor parte de ellas, olvidadas. Quería dejaros aquí tres libros que recogen breves notas biográficas de cada una de ellas.

WONDERWOMEN
35 RETRATOS DE MUJERES FASCINANTES
Mª Ángeles Cabré

Tal y como indica el título, la autora recoge en este libro notas biográficas de 35 mujeres: Susan Sontag, Dora Maar, Simone de Beauvoir, Pina Bausch, Isadora Duncan, Édith Piaf, María Moliner...
Llamaron mi atención las figuras de Anaïs Nin, transgresora y ejemplo de mujer que hizo lo que quiso con su vida -y de la que pude saber algo más con la edición de Una pasión literaria: correspondencia de Anaïs Nin y Henry Miller, 1932-1953 (publicada por Siruela)- y de Gerda Taro -de la que ya os he recomendado la novela de Susana Fortes, Esperando a Capa-.
No solo es una recopilación interesante y que abre una puerta a querer saber más sobre ellas, también diré que es un regalo para los amantes de las ediciones bonitas y cuidadas. De las que das cada céntimo por bien invertido.



A CONTRACORRIENTE
Escritoras a la intemperie del siglo XX
Mª Ángeles Cabré

En este caso, Cabré se centra en ocho mujeres: Virginia Woolf, Carson McCullers, Elsa Morante, Isak Dinesen, Irène Némirovsky, Alejandra Pizarnik, Hannah Arendt y Mercè Rodoreda.

Justo este año me interesaba por la figura de Virginia Woolf y su obra - en los primeros meses recomendaba su ensayo Una habitación propia y la novela Las horas de Michael Cunningham-. Muy interesante también la vida de Isak Dinesen, a la que todos pondrán cara con Meryl Streep en Memorias de África.


Desconocía por completo quién era la filósofa Hannah Arendt, no recuerdo que se mencione en ningún libro de filosofía ni de historia a pesar de su teoría sobre la banalidad del mal: imaginad a una judía que se atreve a afirmar que los nazis actuaron movidos más por un estricto cumplimiento de las reglas impuestas que porque fueran perversos o porque tuvieran la exclusiva de la maldad, los convirtió en hombres normales, en meros funcionarios. También acusó a las organizaciones judías de colaborar con los nazis facilitando muchos de los nombres de aquellos que posteriormente fueron deportados. Y, como no pueden faltar las señales, Arendt estuvo un tiempo recluida en el campo de concentración de Gurs (Francia), del que os hablaba en esta entrada.



En A contracorriente encontramos también a Irène Nemirovsky. Le debía una entrada en el blog a sus obras El baile y Jezabel, dos novelas cortas que suponen un retrato de época llena de referencias autobiográficas sobre su infancia y la relación con una madre obsesionada con las apariencias y sus patéticos intentos de evitar el paso del tiempo. Irène, que murió en Auschwitz, que pudo escapar de los nazis y, sin embargo, nunca perdió la esperanza de conseguirlo. Si tenéis especial interés en ella, recomiendo el prólogo y las notas finales de su novela Suite francesa




HISTORIAS DE MUJERES
Rosa Montero


En La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero ya mostraba sus dotes para narrar biografías. En ella nos hablaba de una mujer excepcional: Marie Curie.

En Historias de mujeres he encontrado personajes conocidos: Agatha Christie, Zenobia Camprubí, Simone de Beauvoir, George Sand, Frida Kahlo, Camille Claudel y las hermanas Brontë

Y me ha descubierto a muchas desconocidas (culpa mía) y olvidadas: Mary Wollstonecraft, Lady Ottoline Morrell, Alma Mahler, María Lejárraga, Laura Riding, Isabelle Eberhardt, Aurora e Hildegart Rodríguez, Margaret Mead e Irene de Constantinopla.



Ya decía que Rosa Montero me parecía una fantástica contadora de historias y éste es otro ejemplo más. Me ha sobrecogido la historia de Frida Kahlo, ya que no sabía absolutamente nada del accidente que le partió la columna. La de Aurora e Hildegart Rodríguez es casi una historia de terror y locura, una madre que quiso hacer de su hija la imagen de la perfección hasta que se le volvió en contra y entonces... entonces tuvo que matarla. 

Pero, si hay una mujer víctima de su época, de su familia y de su amor, esa es Camille Claudel. Desde muy joven mostró grandes dotes artísticas como escultora. Cuando tenía diecienueve años conoció a Rodin, de cuarenta y cuatro. Ese hecho debió de proporcionarle la mayor dicha y también fue su condena. Porque dejó de ser Camille para convertirse en la amante y alumna de Rodin. Y mientras su fama como escultor crecía - gracias al talento, la ayuda y las ideas de Camille - y continuaba manteniendo relación con otras mujeres (Rose, que fue su pareja durante toda su vida, y algunas de las jóvenes que le hacían de modelo), Camille empezó a marchitarse. No se le reconocía su trabajo ni su genialidad. Nunca consiguió convertirse en la mujer de Rodin. Y cuando la situación se hizo insostenible, una crisis la llevó al manicomio. Lo más terrible es que, cuando mejoró, su madre y hermanos se negaron a dejar que saliera de la institución. Treinta años estuvo encerrada, hasta su muerte. A pesar de las recomendaciones de los médicos, nadie movió un dedo para dejar que saliera, nadie la visitaba y no tuvo acceso a ningún material que le dejara al menos continuar con lo que era su vida y por lo que tanto había luchado: la escultura. Antes de su internamiento ella misma había destruido parte de su obra.

Encontré en la biblioteca Une Femme, de Anne Delbée, y me cautivó este fragmento:

<<Los filisteos concentraron sus tropas para la batalla... Un campeón surgió de las tropas filisteas. Se llamaba Goliat de Gat y su altura era de seis codos y un palmo, llevaba un casco de bronce y se revestía con una coraza de escamas... Llevaba grebas de bronce en las piernas, y una cimitarra de bronce en bandolera. Y el peso de su lanza era el de una piedra de tejedor y la punta de la lanza pesaba seiscientos siclos de hierro. El escudero iba delante...
David cogió su cayado, en el torrente eligió cinco piedras muy lisas y las metió en su zurrón...
El filisteo dirigió su mirada hacia David y, en cuanto le vio, lo menospreció, pues era joven...>>

Ha resistido durante mucho tiempo. Sin armas, sin astucias, sin falsas apariencias. Con las manos desnudas. Eso es todo. Ya no tiene cincel, ni mazo, ni escultura. Se han apoderado de todo. Recuerda la vieja Biblia usada. Quería esculpir. Los débiles contra los fuertes, contra los gigantes. Quedaban más, quedaban aún muchas epopeyas que le hubiera gustado releer con sus dedos polvorientos.
Aquí está, sin libros, sin barro, sin brazos. La camisa de fuerza.


Por eso, porque el olvido, la desmemoria y el desconocimiento acaba enterrando a las personas equivocadas y muy especialmente a las mujeres, os invito a leer cualquiera de estos libros o a interesaros por sus vidas. Será difícil que no despierten vuestro interés y que no os acabéis preguntado: ¿por qué nunca oí hablar de ella?


6 de octubre de 2017

Declaración de intenciones

Creo que hay una cosa que me gusta casi tanto como leer, y esa es recomendar lecturas. Por eso empecé con este blog. Pensé que, si la misma pasión que ponía contando cuánto me había gustado un libro la volcaba por escrito en un lugar donde la gente pudiera echar un vistazo o hacerse una idea, podría convencer a otros para empezar esa lectura. Tal y como yo había hecho antes con otros blogs. Y el género que me inició en el vicio de leer fue el romántico. 

En el tiempo que llevo publicando entradas, he dejado muy clara mi posición sobre lo que he ido viendo desde dentro. He escuchado la opinión de las editoriales, de las autoras, de los lectores y también de otros bloggers, sobre todo de género romántico. Y también he sido de las pocas que se han pronunciado en contra de lo que para mí es un gigante con pies de barro o, hablando claro, un mercadeo de intereses de todos los implicados. Mi decepción no deja de ir en aumento.

Esta semana una lectora alzaba la voz en Goodreads en protesta por el descaro con el que las editoriales y sus bloggers colaboradores comentan las novelas que aun no se encuentran a la venta. Yo me unía a su protesta y dejaba abierta la opción que nos queda a quienes nos hemos hartado de pagar libros y que parte de ese dinero financie el reparto de ejemplares gratuitos a los bloggers que tanto parecen gustar a las autoras y a las editoriales que se los facilitan. Así que, como éste es el sitio donde puedo expresarme con total libertad y sin tapujos quería dejar definida y por escrito una declaración de intenciones:

- La administradora de este blog no está de acuerdo con la política que siguen los autopublicados, las editoriales, y sus blogs colaboradores, es decir, aquellos que reciben los ejemplares gratis. Nadie me va a convencer de que se hace en beneficio mutuo y de que es necesario. Que no me vengan con el manido discurso de "esto es lo que hay", "esto no se puede cambiar" o "si quiero que mi obra sea visible, tengo que entrar por el aro". El aro es muy amplio y es cuestión de decidir dónde quieres estar y cómo. No todo vale. Nadie me va a convencer de que hay que compensar a los bloggers que invierten su tiempo en escribir sobre un libro o una autora. Sigo diciendo alto y claro que la manera de dar a conocer y ayudar a un autor es comprando su obra y recomendándola (si te ha gustado y con sinceridad) sin perseguir un beneficio extra. ¿Me habéis oído, autor@s? A veces, se os olvida. Hay auténticos blogs con menos de cien seguidores que hacen maravillas con las palabras y lo hacen gratis, por amor a la literatura, por amor a los libros.

- Por mi parte, me niego a seguir comprando libros y financiando los ejemplares gratuitos que se entregan a las bloggers para que luego los sorteen o le hagan fotos con el único beneficio de conseguir más seguidores y visibilidad.
Y, desde aquí, invito a que los lectores que invierten su dinero en comprar los libros en papel se lo piensen cuando vean cómo se está usando el marketing. Os invito a que, entre todos los que aportamos dinero, intentemos cambiar el sistema. Sin ventas y con autocrítica quizá alguien se plantee otra estrategia. Seguro que ganamos todos. Con la cantidad de libros que hay en el mercado sobreviviré sin leer estas novelas. A lo mejor ahora sí que le veo alguna ventaja a la masificación de publicaciones.

- He leído a algunas autoras quejarse de que las redes sociales lo sobredimensionan todo. Pues claro. Por eso dejamos que nos bombardeen con SPAM, que nos digan lo que tenemos que leer, que invirtamos el tiempo en leer los blogs de autores, etc... Pero las redes también nos dejan ver una pequeña rendija de lo que se mueve detrás. Editoriales como SUMA que reúnen a sus "blogs de confianza" para entregarles los ejemplares a reseñar. Editoriales como DESTINO que citan a un autor para que se reúna con otros "blogs de confianza" y propiciar una futura campaña de publicidad y publicaciones. Sin duda, las que se llevan la palma del despropósito en cuanto a reparto indiscriminado de ejemplares son TITANIA y PHOEBE, que envían los ejemplares a los muchos blogs que los mendigan y que nos bombardearán con sus reseñas, fotos, comentarios en Twitter y demás estrategias del marketing. Fiabilidad cero. Profesionalidad cero.
A este paso, ¿qué editoriales quedan que no nos hagan sentir que nuestro dinero va a parar a cualquier sitio menos a donde debe? Es necesario un cambio o un replanteamiento. 

- No pienso aplaudir el negocio paralelo que se han inventado ahora para vender marcapáginas y velas, y que tienen como única finalidad seguir medrando en el negocio. Si a las autoras de romántica (no conozco otro género donde los autores lo apoyen abiertamente) les parece bien, lo ven bonito y consideran que tienen que agradecérselo y publicitarlo, perfecto. Las editoriales no parecen encontrar ningún problema en que se usen para un beneficio personal. Seguid premiando a quienes hacen negocio de vuestro trabajo en forma de "regalo" o "muestra de admiración". Lo he dicho hasta la saciedad: actualmente, en este país, ciertas autoras de romántica tienen justo el apoyo de las bloggers-satélites que merecen. Si es por ellas, vuestros royalties serían negativos.

En resumen, en este blog vais a encontrar cada vez menos reseñas de novelas románticas simplemente porque voy a dejar de comprarlas y, por tanto, de reseñarlas. Por si no queda suficientemente claro, NO quiero ni he querido nunca ejemplares gratis por parte de nadie. Tener un trabajo me permite elegir y pagar mis lecturas, gracias. Y cuando hablo de trabajo me refiero a uno de verdad, ya os imaginaréis que no me dedico a hacer manualidades libres de impuestos.

Al hilo de la situación política actual, hace unos días recordaba las palabras de Lincoln. Y con ellas cierro esta entrada. No pretendo cambiar el mundo, sino hacerlo mejor. O, al menos, que no me tomen por idiota.


"Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo"