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28 de noviembre de 2016

La mujer del teniente francés - John Fowles


LA MUJER DEL TENIENTE FRANCÉS

John Fowles


Edición impresa
ISBN: 9788433976130
Anagrama
(2012)





Narrativa extranjera




Bahía de Lyme, 1867. El joven Charles Smithson ha ido a visitar a su prometida. Llevado por su afición a la paleon­tología, hace largas excursiones por los bosques en busca de fósiles. En una de ellas conoce a Sara Woodruff, a la que los lugareños llaman «la mujer del teniente francés», por el romance que vivió con un marino de esa nacionalidad que después la abandonó. Entre ambos personajes nace un amor apasionado que chocará violentamente con la rígida moral victoriana. Manipulando ingeniosamente las convenciones del narrador omnisciente decimonónico y los clichés de la novela victoriana, Fowles construye un brillantísimo libro que, por un lado, relata una apasionante historia de amor y, por otro, propone una aguda reflexión sobre el sentido último de la literatura. 

La mujer del teniente francés es una de esas novelas que pasan desapercibidas por el paso del tiempo. Imaginad, he conseguido una de las ediciones especiales para los socios de Discolibro, de 1982. Yo apenas tenía tres años, un año antes se había estrenado la película (interpretada por Meryl Streep y Jeremy Irons), y la primera edición publicada está fechada en 1969.
Desde el primer momento hubo algo que llamó mi atención, empecé a leer algunos párrafos y pensé que era una lectura perfecta para compartir así que, en este caso, Cris D (del blog Estantes de papel, pinchad y accederéis a su reseña) me ha acompañado en esta magnífica lectura. Creo que no he podido tener mejor compañera de lectura, por las características y detalles que os voy a contar a continuación. 

Son varios los personajes de esta novela, cada uno con un mayor o menor protagonismo. Tenemos a Charles Smithson, de clase alta (con título), paleontólogo, comprometido con Ernestina, una joven casadera con una dote nada desdeñable y decidida a cumplir con su función en aquella época: ser la esposa de, tener hijos, vivir de las rentas... Tenemos a Sara Woodruff, apodada Tragedia, blanco de las habladurías de Lyme por haberse relacionado con un teniente francés que la abandonó, dejándola con su vergüenza. Cuando Charles conoce a Sara, ella ejerce de señorita de compañía de Mrs. Poulteney. Ésta última representa a la sociedad victoriana -prejuiciosa, falsa y decadente- con su propia ama de llaves cotilla:  Mrs. Fairley. Por su parte, Sam y Mary, adoptarán el papel del criado y la doncella en toda esta especie de obra teatral, a la que se le unen otros personajes que, aun teniendo pocas intervenciones, consiguen brillar con luz propia.

"Como podéis ver, Charles era hombre de altas miras. Los ociosos inteligentes suelen serlo, para justificar su ociosidad ante su inteligencia. En suma, tenía todo el ennui byroniano, aunque sin ninguna de las dos expansiones byronianas: el genio y el adulterio."
     
***                                      

"—¿Conoce a esa señora?
—Sí.
—¿Viene a menudo por aquí?
—Bastante. —El granjero seguía mirándola fijamente. Luego, añadió—: Pero no es una señora. Es la fulana del teniente francés.

Pasaron algunos momentos antes de que Charles captara el significado de sus últimas palabras. Luego lanzó una severa mirada al barbudo que, evidentemente, era un metodista, es decir, un hombre al que le gustaba llamar al pan, pan, y al vino, vino, especialmente cuando se trataba del pan y del vino del pecado ajeno. A Charles le pareció la encarnación de todos los hipócritas murmuradores de Lyme. Charles hubiera podido creer muchas cosas de aquel rostro dormido. Pero no que su dueña fuera una prostituta."

¿Adivináis ya el conflicto? ¿Qué ocurre cuando Charles, todo un hombre de su época, dispuesto a cumplir con su papel en la sociedad victoriana, cae prendado de la misteriosa Sara Woodruff? Porque Sara, no es solo una víctima dispuesta a comportarse como tal, es, además, una mujer inteligente, culta y hermosa, atrapada en una sociedad que está más que dispuesta a condenarla al ostracismo social.

"No lo pensó subjetivamente, sino en un plano puramente objetivo: he aquí una mujer extraordinaria; lástima que no haya un hombre libre con la suficiente inteligencia para apreciarla en lo que vale. No era un sentimiento de envidia de macho, sino de pena por una pérdida para la humanidad. Bruscamente, le puso una mano en el hombro, con gesto de consuelo; y con la misma brusquedad dio la vuelta."

Pero si hay un personaje que destaca, ese es el narrador. John Fowles tiene un control absoluto sobre el uso del lenguaje, de las escenas y de la ironía. Toda la novela está llena de ella. Juega con el lector, tiene pasajes en los que se dirige directamente a él, y se ríe de la sociedad victoriana sin ningún pudor. Se puede percibir cómo los personajes son títeres en sus manos (¡pobre Charles! -comentábamos Cris D y yo- porque hay veces en las que Fowles se ceba con él, convirtiéndolo en un auténtico pelele). He marcado párrafos enteros donde se muestra crítico con la época, donde va dejando caer pequeñas notas de humor a costa de ella. Se permite hacer un epílogo de prueba, donde va asignando a cada cual un posible (y desternillante) final, para luego decirnos que, en realidad, el final es otro y que está dispuesto a contárnoslo en las siguientes páginas. Y, puestos a reírse del lector, nos deja claro que ese final ha sido fruto de un "cara o cruz" delante de Charles:

"Esto supone, empero, otro problema: no puedo ofrecer las dos versiones a la vez, y la segunda, por efecto de esa tiranía que ejerce el último capítulo, parecerá la definitiva, la auténtica. 
Saco la bolsa del bolsillo de la levita, extraigo de ella un florín que coloco sobre la uña del pulgar de la mano derecha, disparó el dedo, la moneda gira en el aire y la cazo con la izquierda. Sea. En este momento, me doy cuenta de que Charles ha abierto los ojos y me mira. Ahora hay en su mirada algo más que desaprobación; está pensando que debo de ser un jugador o un chiflado. Yo correspondo a su desaprobación con la mía y me guardo el florín. Él coge el sombrero, sacude una invisible mota de polvo de la copa (seguramente, una subrogación de mi persona) y se lo pone."

Solo puedo deciros: leed la novela. Si queréis disfrutar de un libro bien escrito, de personajes bien construidos, complejos, de un retrato de la época y sociedad victorianas como jamás hayáis visto, ésta es vuestra novela. Dejaos seducir por John Fowles. Por sus menciones a Darwin, a Hardy, a Tennyson... Y, si todavía no os he convencido y necesitáis un extra, pinchad y escucharéis en formato de audio un relato sobre la película con muchos pasajes de la novela. Hacedme caso, merece la pena.
La mujer del teniente francés (audio)


27 de noviembre de 2016

Poemas - Karmelo C. Iribarren

UN DÍA BUENO


No somos más
que el tiempo que nos queda
caminando hacia el olvido
que seremos.

Es duro, pero es así

El resto, literatura

Lo mejor
es no pensarlo mucho:
seguir andando,
tomar cafés, enamorarse,
ver la lluvia.





ESCUELA DE LA VIDA

La mirada 
al frente, 
la sonrisa 
a punto, 
y los zapatos 
limpios. 

No lo olvides:

ni una sola pista 

a los enemigos.


Karmelo C. Iribarren

20 de noviembre de 2016

Sobre machismo, libros y guerras

Tenía pensado hacer una entrada "bonita" en la que hablaros del cómic Sally Heathcote. Sufragista, del que no habría conocido su existencia si no llega a ser por Miss Brandon, que siempre se encarga de descubrirme cosas interesantes en forma de novela, cómic o canción. El personaje de Sally es ficticio pero no el resto de acontecimientos que se van desarrollando en sus páginas: la lucha de las mujeres inglesas por ejercer el derecho a voto, un derecho concedido únicamente a los hombres. 

"Púrpura, blanco y verde. Tres colores representan a la National Women’s Social and Political Union, una liga de mujeres extraordinarias que lucharon por conquistar derechos humanos que en el contexto rígido y clasista de la Inglaterra eduardiana brillaban por su ausencia.

Sally Heathcote es una trabajadora doméstica al servicio de Emmeline Pankhurst, una de las fundadoras del movimiento. La proximidad de ese entorno comprometido y militante irá concienciando a la joven en la causa sufragista, que reclama el derecho al voto para las mujeres. La desobediencia civil, la estrategia política, el aprendizaje de la acción directa y la reivindicación a pie de calle van a dictar la trayectoria feminista de Sally, que no dudará en enfocar su vida como una carrera de obstáculos pero también de grandes logros para las generaciones futuras.

Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot construyen una historia apasionante sobre la lealtad, el coraje y la dignidad de un grupo de mujeres que lograron abrir, en el ámbito laboral, social y educativo, una serie de puertas que habían estado siempre cerradas."

Quería añadir alguna de las fotos que hice tras terminarlo, pero creo que es justo reconocer mi falta de talento fotográfico, así que he optado por dejaros este enlace donde podéis acceder a las Primeras páginas que tiene publicada la editorial La cúpula y haceros una idea del detalle de las viñetas.


Como os digo, esa era mi intención inicial, pero pensando en los sentimientos que me había despertado esta lectura -donde queda claro el papel secundario que siempre ha tenido la mujer y cómo sigue luchando por cada uno de sus derechos- he querido añadir otras, sin duda, mucho menos agradables.

Machismo. 1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres (RAE)
Feminismo.  1. m. Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres. (RAE)

En cuanto a la definición de feminismo, creo que está bastante claro: tener los mismos derechos. No hay una proclamación de la supremacía de la mujer sobre el hombre como algunos pretenden hacernos creer. Es una reivindicación por la igualdad. ¿Adónde quiero ir a parar? Mientras leía Sally Heathcote y el trato que se le daba a las mujeres de la época, pensaba en lo poco que ha avanzado la sociedad en todos estos años y en algunas de las lecturas que más me han hecho reflexionar sobre su vulnerabilidad (la de la mujer) en un mundo dominado por los hombres. Somos lo que leemos o, al menos, algo cala en nosotros con cada lectura, por lo que también es una entrada que me sirve para justificar el por qué soy tan estricta con la valoración de ciertas novelas, el por qué no soy capaz de perdonar y aumentar la puntuación a lecturas románticas que están llenas de los llamados micromachismos, esas prácticas y actitudes machistas que son legitimadas por el entorno, socialmente aceptadas por hombres y mujeres. Novelas donde se recurre al chiste fácil, a protagonistas femeninas inicialmente fuertes e independientes que acaban dejándolo todo en nombre del amor o cuya fuerza de voluntad se funde ante un protagonista masculino atractivo y malote. Y cuanto más malote (algo que últimamente parece ir asociado al número de tatuajes que tenga) y más dios del sexo, menos reparos a la hora de ceder a sus deseos.  Las lectoras dicen: yo quiero a un fulanito en mi vida, sin ser conscientes de a lo que están cediendo.

Bueno, esto casi empieza a parecer un discurso, así que paso a dejaros la lista de lecturas que cambiaron, de alguna forma, mi manera de valorar las historias románticas (también me volvieron más cínica, más pesimista, más crítica ante la vida), o más bien a la hora de valorar a los protagonistas y a las dañinas convenciones sociales; historias de mujeres anónimas que han sido tratadas como un arma de guerra y, aun así, sobrevivieron (y hoy en día lo siguen haciendo).



UNA MUJER EN BERLÍN
Anónima

Una mujer en Berlín son las anotaciones de diario -entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945- de una mujer alemana que evitó por todos los medios revelar su identidad. ¿Por qué? Porque sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, pero también a la ocupación por parte del ejército ruso de Berlín, a sus abusos, a sus consecuencias. Un testimonio duro, valiente, sincero. Porque incluso después,  esas mujeres que fueron utilizadas, se vieron duramente juzgadas por su propia sociedad.
Si tenéis dudas sobre lo que vais a encontrar en esta novela, os dejo un enlace a un programa de radio que hace audios realmente interesantes y que trata sobre esta novela, sobre su historia, y muestra alguno de sus párrafos. Existe también una película, que os recomiendo: Anonyma.
Una mujer invadida


Si hay un conflicto que siempre me ha interesado, ese es el de los Balcanes. Hablo de una guerra que tuvo lugar hace algo más de 25 años en la vieja Europa. En la Europa de la ONU, de los Tratados, de los Derechos Humanos. Sé que hoy el papel de la mujer es mucho peor en África (donde se pueden secuestrar a cientos de niñas y el mundo entero mira hacia otro lado o le dedica un minuto en el noticiario), o en India, en Vietnam... Lo que me sorprende de este conflicto es que Sarajevo, por ejemplo, está a menos de tres horas de distancia en avión desde Madrid. Aquí tenéis el resto de mis recomendaciones: La hija del Este (una novela didáctica, porque explica muy bien el origen del conflicto), La vida secreta de las palabras (lo que se conoce es la película de Isabel Coixet, pero tuve la suerte de poder adquirir el guion cinematográfico que publicó Ediciones B), y La palabra más hermosa (¿Cuántas veces os he hablado ya de ella?, y por eso solo os voy a dejar aquí el enlace a la reseña, una de las primeras que hice y se nota. Reseña).


LA HIJA DEL ESTE
Clara Usón

"Guapa, inteligente, extravertida, Ana tiene un gran futuro por delante. Es la mejor alumna de su promoción de medicina en Belgrado y el orgullo de su padre, el general Ratko Mladic, a quien ella adora. Una noche, de regreso de un viaje de fin de curso a Moscú y con tan sólo 23 años, Ana Mladic coge la pistola predilecta de su padre y toma una decisión que marcará la vida de su familia para siempre.¿Qué sucedió en Moscú? ¿Vio Ana la otra cara de su padre, para ella un héroe, para muchos un criminal de guerra? La tragedia de Ana Mladic confiere una dimensión familiar, real y cercana al terrible drama de la guerra de los Balcanes, la última contienda europea y el trasfondo de esta absorbente novela.La hija del Este se nutre de datos verídicos, entrelazados con rumores y conjeturas, un híbrido de realidad y ficción con una amplia galería de personajes como Slobodan Miloševic y Radovan Karadžic, en el que Clara Usón combina distintas voces narrativas y conjuga la investigación rigurosa con la cultura popular para reflexionar sobre el nacionalismo extremo y la manipulación política."


LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS (GUION)
Isabel Coixet

"Un lugar aislado en medio del mar: una plataforma petrolífera, donde sólo trabajan hombres, en la que ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y misteriosa que intenta olvidar su pasado es llevada a la plataforma para que cuide de un hombre que se ha quedado ciego temporalmente. Entre ellos va creciendo una extraña intimidad, un vínculo lleno de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor, del que ninguno de los dos va a salir indemne y que va a cambiar sus vidas para siempre"



Os dejo el trailer de la película. La canción que suena de fondo es Hope there´s someone, de Antony & the Johnsons y forma parte de la banda sonora de mi vida.




Tenemos la suerte de vivir en la parte del mundo en la que, por ahora, no hay guerras, las mujeres pueden votar, estudiar y trabajar, vestir como quieran, acceder a casarse o no, divorciarse o no, tener hijos o no. Hablo de decidir, de tener opciones. Por eso me gustaría que, especialmente lectores y autores de romántica, fueran más estrictos a la hora de transmitir el mensaje que hay detrás de una supuesta historia de amor idílica. Ciertos clichés son juzgados por mí con total severidad: la protagonista indefensa que necesita un hombre que la salve, los celos enfermizos que rayan el control, los libertinos curados como por arte de magia tras conocer a la protagonista pura y virginal, las infidelidades injustificadas, las protagonistas que dejan de tener vida sexual tras un desengaño amoroso, la cantidad de escenas en las que se habla de posesión como si fuera sinónimo de romanticismo "quiero que seas mía, quiero que seas mío", mujeres contemporáneas que, para reponerse del engaño amoroso, corren de bar en bar con sus amigas como remedio milagroso. Sé que a muchos lectores (mujeres en su mayoría) les encantan esas escenas, pero yo no consigo verles la gracia. Mucho menos en pleno siglo XXI y con todo lo que os he mostrado. Por otro lado, tampoco entiendo el boom de las novelas con protagonistas deslenguados y sin filtro, de ambos sexos, que van de cama en cama... ¿Es eso lo mejor que puede escribirse para distanciarse de la novela clásica, es esa la imagen de la generación que nos representa? A mí no, desde luego, por eso nunca empatizo con ellos.

Porque, más importante que el hecho de que te quieran es, sobre todo, que te quieran bien.

Y vosotros, ¿consideráis que, al ser ficción, tendemos a ser más permisivos con ciertas conductas o escenas? ¿Creéis que el lector de romántica está preparado para aceptar un cambio o es imposible deshacernos de los clichés que envían mensajes machistas? 

9 de noviembre de 2016

Sobre indios, libros y ecología

Seguro que todos habéis tenido una obsesión temporal, un hobby, un tema que os ha fascinado e incluso lo sigue haciendo hoy día. Puede que empezara porque alguien os influyó, porque lo encontrasteis por casualidad en algún libro, película, página web...

Hoy os voy a contar el mío. Cuando tenía unos catorce o quince años vi dos películas que me marcaron: Bailando con lobos (estrenada en 1990) y El último mohicano (estrenada en 1992). Como cualquier adolescente influenciable, me fascinaba todo aquello que tenía que ver con los indios norteamericanos. Cuando cursaba COU (sobre el año 96-97), nuestro profesor de Filosofía nos leyó en clase la carta que el Jefe Seattle, de la tribu Suwamish, le escribió al Presidente de EEUU, Franklin Pierce, en respuesta a su intento de comprar las tierras donde estaban asentados (os dejo una copia abajo por si tenéis curiosidad, es todo un manifiesto ecologista). A esas alturas yo ya llevaba plumas en lugar de pendientes (antes de que la moda se extendiera), la carpeta de clase forrada con una copia de la carta, fotos de Nube Roja y tipis indios (nada que ver con el resto de carpetas de chicas forradas con fotos de la Súper Pop), saquitos de piel al cuello (años después alguien se encargó de decirme que eso lo usaban quienes fumaban tabaco "aliñao" para guardarlo)... en definitiva, era lo que ahora se denomina una friki

Me iba a la biblioteca a buscar cualquier libro que me diera información sobre el tema. Nada era suficiente. En una de esas incursiones descubrí uno de los libros que os traigo hoy: El Ocaso de los Pieles Rojas, de Philippe Jacquin. La edición es de 1990 y lo sé porque esta semana me llegó un ejemplar nuevo que encontré en una de las páginas webs de las que os hablaba en mi anterior entrada. Si queréis saber algo sobre historia de las tribus indias norteamericanas, evolución, costumbres y demás... este es vuestro libro. Y lo traigo además porque todas sus páginas, todas, incluyen una ilustración, fotografía, pintura, dibujo... En serio, es una preciosidad de edición y no podía resistirme a enseñárosla. (Disculpad la calidad de las imágenes)








Como veis en la fotografía, uno de los temas que se tratan y que no dejó de ser un conflicto entre indios y colonos, fue el matrimonio entre ellos, la mayoría de las veces a la fuerza, ya que muchas de las mujeres eran secuestradas. Sin embargo, a nadie le pasa desapercibido que los indios se mostraron mucho más respetuosos con las mujeres de lo que cabía esperar. Y esto me sirve para introduciros mi otra recomendación: La Serie Comanche de Catherine Anderson y que ya es un clásico dentro del género romántico inspirado en el Far West.



La Serie Comanche está formada por cuatro libros, todos ellos traducidos y publicados en España por la editorial Terciopelo: Luna comanche, Corazón comanche, Amor comanche y Magia comanche. Si os apetece leer una serie romántica, bien documentada, diferente y que os deje huella, os animo a leerla si no lo habéis hecho ya.



 Loretta es una joven blanca que fue testigo de la masacre de su familia a manos de los indios; desde entonces tiene terror a que éstos vuelvan a interferir en su vida. 
Hunter es un guerrero comanche que desprecia a los blancos por la misma razón: éstos masacraron a su tribu y él fue testigo de lo ocurrido.
 Sin embargo una antigua profecía advierte que de su unión con una mujer de raza blanca y cabellos dorados, se marcará un nuevo destino que implica tanto a su raza como a él mismo.


Amy Masters se ha visto obligada a dejar su hogar en la llanura de Texas y busca refugio en las doradas colinas de Oregón. Allí comenzará una nueva vida, si bien no puede olvidar la promesa hecha años atrás a Antílope Veloz, un magnífico guerrero comanche que había conquistado su corazón. Pero muchas cosas han cambiado en el mundo que la rodeaba y ahora Antílope es un conocido pistolero cuya cruel reputación le precede allá donde va. 

Él juró que jamás volvería a perder su honor y su orgullo, y que la belleza con cabellos besados por el sol que frecuentemente le atormenta en sueños deberá hacer honor a la sagrada promesa que le hizo bajo el cobijo y amparo de toda su tribu. Pero, ¿podrá conseguir que ella crea en sus sinceros sentimientos y despertar su pasión con sus anhelantes caricias?






Dividida entre el mundo de los hombres blancos y el mundo comanche de sus padres, Indigo Wolf ha crecido separada de las gentes del pueblo de Wolf’s Landing, Oregon. 

Nadie comprende su espíritu esquivo… hasta que Jake Rand llega a la ciudad para trabajar como capataz en el rancho de su familia. Pero los verdaderos motivos de Jake son tan secretos como su auténtica identidad y tan personales como la creciente atracción que siente por Indigo.








Un hechizo se tejió alrededor de su corazón… Chase Wolf, atractivo y fuerte, cuya sangre comanche lo hacía peligroso, estaba acostumbrado a conseguir lo que quería. Así que cuando vio a Franny - un ángel rubio con profundos ojos verdes, rasgos delicados y una dulce sonrisa - se dispuso a hacerla suya.

Ella tenía demasiados secretos para dejar que alguien entrara en su mundo, secretos que terminarían con la cordura de cualquier persona. Pero Chase estaba lejos de ser razonable, y a pesar de sus intentos desesperados por alejarlo, él no estaba dispuesto a dejarla destruir su futuro.






Y como os prometía arriba, aquí os dejo una transcripción de la carta que el jefe Seattle, de la tribu Suwamish, envió al presidente Franklin Pierce en 1855 como respuesta a su oferta para comprar los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington, a cambio de una reserva. Siempre me ha llamado la atención que los blancos se refirieran a ellos como salvajes...


El Gran Jefe de Washington envió palabra de que desea comprar nuestra tierra. El Gran Jefe nos envía también palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos mucho esta delicadeza porque sabemos la poca falta que le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco vendrá con sus armas de fuego y tomara nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington puede confiar en la palabra del Gran Jefe Seattle, con la misma certeza que confía en el retorno de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas del firmamento.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?, esta idea nos parece extraña.
Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos?
Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, cada aguja brillante de pino, cada grano de arena de las riberas de los ríos, cada gota de rocío entre las sombras de los bosques, cada claro en la arboleda y el zumbido de cada insecto son sagrados en la memoria y tradiciones de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo los recuerdos del hombre piel roja.
Los muertos del hombre blanco olvidan la tierra donde nacieron cuando emprenden su paseo por entre las estrellas, en cambio nuestros muertos, nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas, el venado, el caballo, el gran águila, todos son nuestros hermanos. Las escarpadas montañas, los húmedos prados, el calor de la piel del potro y el hombre,
todos pertenecemos a la misma familia.
Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco de Washington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco nos dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir cómodamente. Él se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos.
Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros.
Esta agua cristalina que escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es solamente agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus hijos que ella es sagrada y que los reflejos misteriosos sobre las aguas claras de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua de los ríos es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan a nuestras canoas y nos dan peces para alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deberán recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también los suyos, y por tanto deberéis tratar a los ríos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Tanto le importa un trozo de nuestra tierra como otro cualquiera, pues es un extraño que llega en la noche a arrancar de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada la abandona, y prosigue su camino dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle nada. Roba a la tierra aquello que pertenece a sus hijos y no le importa nada. Tanto la tumba de sus padres como los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra y a su hermano, el cielo, como cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos o collares que intercambian por otros objetos. Su hambre insaciable devorará todo lo que hay en la tierra y detrás suyo dejaran tan sólo un desierto. Yo no entiendo, nuestro modo de vida es muy diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Tal vez sea por que el hombre piel roja es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las flores de los árboles en primavera, o el movimiento de las alas de un insecto. Pero quizás también esto se deba a que soy un salvaje que no comprende bien las cosas. El ruido de las ciudades parece insultar los oídos. Y yo me pregunto, ¿ qué tipo de vida tiene el hombre si no puede escuchar el canto solitario del chotacabras, ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un lago?. 
Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie del lago, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía, o perfumado por la fragancia de los pinos.
El aire es algo precioso para el piel roja, ya que todos los seres comparten el mismo aliento, el animal, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no siente el aire que respira, como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros antepasados el primer soplo de vida, también recibió de ellos su último suspiro. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deberán conservarlas sagradas, como un lugar en donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.
Queremos considerar su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto miles de búfalos pudriéndose en las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparo desde el caballo de hierro sin ni tan solo pararlo. Yo soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de hierro pueda importar más que el búfalo al que nosotros solo matamos para poder vivir. ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos los animales fuesen exterminados, el hombre también perecería de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra a los animales pronto habrá de ocurrirle también al hombre.
Todas las cosas están relacionadas entre si. Deben de enseñarle a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros antepasados. Digan a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestro pueblo, a fin de que sepan respetarla. Es necesario que enseñen a sus hijos, lo que nuestros hijos ya saben, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que ocurra a la tierra, le ocurrirá también a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se están escupiendo así mismos. Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. . Esto es lo que sabemos: todas las cosas están ligadas como la sangre que une a una familia. El sufrimiento de la tierra se convertirá en sufrimiento para los hijos de la tierra. El hombre no ha tejido la red que es la vida, solo es un hilo más de la trama. Lo que hace con la trama se lo está haciendo a sí mismo.
Nuestros hijos han visto como sus padres eran humillados mientras defendían su tierra. Nuestros guerreros han sentido vergüenza, y ahora pasan sus días ociosos, mientras contaminan sus cuerpos con comida dulce y agua de fuego. Importa poco donde pasaremos el resto de nuestros días, no son demasiados. Unas pocas horas, unos pocos inviernos y ninguno de los descendientes de las grandes tribus que alguna vez vivieron sobre esta Tierra, estarán aquí para lamentarse sobre las tumbas de una gente que un día tuvo poder y esperanza. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, quedará exento del destino común. Quizás seamos hermanos a pesar de todo, ya se vera algún día. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco tal vez descubra algún día, el Dios nuestro y el de ustedes es el mismo Dios. Ustedes creen que Dios les pertenece, de la misma manera que desean que nuestras tierras les pertenezcan, pero no es así. Él es el Dios de todos los hombres y su compasión se extiende por igual entre los pieles rojas y los caras pálidas.

Nube Roja (Jefe Sioux)
Esta tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su Creador y se provocaría su irá. También los blancos se extinguirán, quizás antes que todas las otras tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios desechos. Ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se impregnan los rincones secretos de los densos bosques con el olor de tantos hombres y se obstruye la visión del paisaje de las verdes colinas con un enjambre de alambres de hablar.

¿Dónde está el matorral? Destruido
¿Dónde está el águila? Desapareció

Es el final de la vida y el inicio de la supervivencia