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26 de septiembre de 2021

La carretera - Cormac McCarthy

«Despertó por la noche y se quedó a la escucha. No conseguía recordar dónde estaba.  La idea le hizo sonreír.
¿Dónde estamos?, dijo
¿Qué pasa, papá?
Nada. Estamos a salvo. Duerme.
Todo va a ir bien, ¿verdad, papá?
Sí. Todo irá bien.
Y no nos va a pasar nada malo.
Desde luego que no.
Porque nosotros llevamos el fuego.
Así es. Porque llevamos el fuego.»

Por regla general, los lectores afirmamos que los libros nos salvan, nos reconfortan, nos sanan. No es el caso de lo que he sentido leyendo La carretera de Cormac McCarthy. Pocas lecturas me han impactado y desestabilizado tanto como lo ha hecho esta, con la que su autor ganó el Premio Pulitzer en 2007.

Me acerqué a ella haciendo el camino inverso. Primero gracias a un podcast, después viendo la película que protagonizaba el siempre impecable Viggo Mortensen y, aunque acabé sacudida por ambas experiencias, quise tomar contacto con la fuente, con la novela, y así sentir más de cerca cada detalle y dejar que calara en mí.

SINOPSIS

La carretera transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear.

En un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio norteamericano en dirección al sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas, y las bandas de caníbales asolan el país convertido en un yermo donde solo la barbarie ha echado raíces. El amor de un padre por su hijo es, sin embargo, la única luz de una tierra que ha perdido a sus dioses. Quizá el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre.

Lo que encontré fue una novela dura, una experiencia que te produce una honda desazón, un temor visceral a que ese mundo apocalíptico pueda llegar a existir en un futuro no muy lejano. Teniendo en cuenta el cambio climático y las peligrosas manos en las que estamos ¿quién nos asegura que no llegue ese día en el que todo sea destrucción y cenizas? Y si eso ocurre ¿acaso el ser humano no se convertiría en una bestia, en una animal en busca de la supervivencia?

Vi una entrevista que hicieron al autor en la que comentaba que no había pretendido escribir una novela deprimente sino poner en valor la relación, el vínculo y el amor de un padre y un hijo. Creo que la mayor parte de los lectores discrepamos. La carretera es una novela cargada de pesimismo, de escenas terribles donde se respira el miedo a lo que está por venir, a la incertidumbre. La única esperanza, el único rayo de bondad, está representado por ese niño que no ha conocido otro mundo: aquel en la que existía la naturaleza, los animales, un tiempo en el que no había que luchar cada minuto del día por conservar la vida. Dice Cormac McCarthy que si no hubiera tenido un hijo no cree que hubiera escrito esta novela. 

«Dormían acurrucados el uno contra el otro envueltos en las malolientes colchas en medio de la oscuridad y el frío. Él abrazando al chico. Tan flaco. Mi corazón, dijo. Mi corazón. Pero sabía que aun siendo un buen padre era muy posible que ella llevara razón en lo que dijo. Que el chico era lo único que había entre él y la muerte.»

Hay una escena hacia el final de la novela en la que padre e hijo llegan a una playa. Es una playa gris, sin ninguna señal de vida ni dentro del agua ni en la orilla. Leí esta parte en otra playa en la que había una arena tostada, un cielo azul, unas aguas transparentes donde se acercaban pequeños peces en cuanto sumergías los pies en la orilla. Una playa en la que a lo lejos estaba el comienzo de África y podías ver sobrevolando el mar a las gaviotas y otros pequeños pájaros marinos. Y, en ese entorno precioso, McCarthy me mostraba esa otra escena terrible de playas grises, solitarias y sin vida. ¿Cómo vas a leer La carretera, con sus imágenes poderosas y escalofriantes, con esa verdad sobre la condición humana que subyace en esa historia y no quedar sobrecogida?

Yo creo que es un libro que habría que leer al menos una vez en la vida. Volveré a ella en el futuro y es, sin ninguna duda, una de mis mejores lecturas de este año. 


The Road
The Road - Fotograma