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10 de febrero de 2022

No te va a querer todo el mundo

Vivir, vivir de una manera auténtica ni es fácil, ni sencillo ni indoloro. Requiere esfuerzo físico e intelectual, requiere sacrificio, requiere tiempo y requiere agallas. Y no existen fórmulas mágicas, ni atajos, ni secretos absurdos ni reglas que invariablemente se deban seguir. Uno debe construir su camino de vida aceptando que otros, mejores y más sabios que nosotros, estuvieron antes destilando conocimientos e ideas que sirvieron de camino a otros.

Isabel Coixet.


No te va a querer todo el mundo. Así se titula la recopilación de artículos de Isabel Coixet. No te va a querer todo el mundo, lo pensaba estos días, es también una afirmación, una realidad, una certeza. No te va a querer todo el mundo, y está bien. Sin dramas.

Dice Coixet al inicio de la entrada que uno construye una vida aceptando que otros, mejores y más sabios, abren un camino al resto. Es curioso pero creo que uno gana mucho más fuera del foco (redes, discordias, la última polémica, el último titular) y aprovechando el poco tiempo que tenemos haciendo aquello que nos enriquece y sobre todo escuchando a otros (mejores y más sabios).

No te va a querer todo el mundo. Y qué alivio. Tener bien claras las premisas, poder invertir bien la atención, los afectos y el tiempo. 

Todas las noches procuro leer algunas páginas de la lectura que tengo entre manos y justo antes de empezar miro hacia la ventana. A lo lejos se ve un bar, hace esquina y está iluminado por dentro. Fuera es noche cerrada y el rojo del cartel de Coca-Cola destaca en la negrura. Está abierto pero apenas si hay gente dentro, solo el camarero recogiendo y algún cliente rezagado. Siempre que lo miro pienso que podría ser un cuadro de Hopper

Las noches siempre traen pensamientos extraños, una tregua al estrés del día, una paz que te llena la cabeza de imágenes y también de imaginación.

Miro hacia la ventana, a ese bar, y pienso en ese camarero que recoge los restos del día y hago como él, recojo en mi cabeza el producto de todo lo trabajado, lo leído, lo escuchado y lo visto. Y de todo eso también extraigo lo sentido. Hay días en los que hay fruto y otros en los que no. Imagino al camarero del bar pensando lo mismo: poniendo en la balanza los acontecimientos del día y recogiendo la ganancia. Que antes de salir a la negrura haya algo valioso que llevarse a casa.

He tenido unos días bastante buenos. Añadí un nuevo año que celebrar, estuve con los míos, leí un buen libro -Las gratitudes, de Delphine de Vigan- que me dejó un profundo poso y temas como es el paso del tiempo y de ciertas personas por nuestra vida y que nos la cambian, en los que quedarme a reflexionar. Y vi una de las secuencias más hermosas y emotivas en una serie en forma de poema.

Así que, es bueno saber de antemano que no te va a querer todo el mundo (tú tampoco lo harás), pero que esta vida está llena de cosas valiosas, a nuestro alcance, y hay que hacer recuento cuando finaliza el día. Os voy a dejar una de mis cosas valiosas. El personaje de Lisa, de la serie After Life, recitando el precioso poema de Mary Elizabeth Frye "Do not stand at my grave and weep". Tenéis también la traducción.



No te quedes en mi tumba llorando.

No estoy allí, no duermo.

Soy mil vientos que soplan.

Soy el diamante que brilla en la nieve.

Soy el sol sobre el grano maduro.

Soy la suave lluvia de otoño
cuando te despiertas
en el silencio de la mañana.

Soy el veloz e inspirador ajetreo
de pájaros silenciosos
volando en círculos.

Soy el suave brillo de la noche.

No te quedes en mi tumba llorando.

No estoy ahí, no morí.

Mary Elizabeth Frye