¿Os acordáis que dije que no iba a hacer ninguna entrada polémica? Ésta tampoco lo es. Ésta es mi opinión sobre lo que está ocurriendo alrededor de la novela romántica en este país, a raíz de las últimas noticias sobre plagio.
El viernes, antes de que estallara la bomba informativa, recibí un correo de Patricia pidiéndome colaboración para que difundiera lo que ella había descubierto. Os dejo el enlace de
"Desmontando a Norah Carter" para que sepáis de lo que os hablo.
Hasta hoy no me he pronunciado ni pensaba hacerlo. ¿Sabéis lo que he ganado alzando la voz estos últimos meses? Na-da. Todo lo contrario.
Entre varias lectoras fundamos un club de lectura y tuve que salir junto a otras compañeras. Cada cual tendrá sus razones, pero yo os digo la mía: no soportaba compartir lo que para mí es una pasión con personas que estaban allí para conseguir entrar en el mundo blogger consiguiendo contactos y comentarios, para conseguir futuros envíos por parte de las editoriales. Para ellas (y otras) soy esa persona que siempre "está liándola y que crea mal rollo". Poner en evidencia lo que, a todas luces, es un negocio y una campaña de marketing bajo un supuesto amor a los libros y admiración por las autoras de novela romántica española está feo. Molesta. Cuando lo dices te estás cargando ese más que falso buenrollismo.
Pretendía no tener que volver a ello. Pero, claro, es que hay mucha gente hablando del tema. Especialmente escritoras, porque el plagio les toca de lleno y donde más les duele.
Lo que me gustaría decir sobre el tema es lo siguiente:
- Menos golpes de pecho. Todo el mundo sabía que lo de Norah Carter y compañía no era normal. Tampoco que siempre estuviera posicionada en los primeros puestos de Amazon.
- Aun así, se la invitaba a eventos como si fuera "una escritora de novela romántica más". En alguno, incluso sentada en una mesa de promoción. Y todo el mundo conoce -pero nadie se atreve a decir en voz alta para evitar males mayores- la única razón de que se le hubiera facilitado un sitio privilegiado en una de las mesas del RA (uno de los mayores y más destacados eventos de romántica) Favor con favor se paga.
Podemos seguir haciendo un recorrido a los últimos años. Antes, cuando no existía ni Amazon ni se publicaba todo lo que llegaba a la editorial sin apenas filtros, la visibilidad la acaparaban varias autoras nacionales y extranjeras. Ahora, el cartel de escritora, se lo asigna cualquiera. Cualquiera. Así que, cuando el boom explotó salieron todos los que aprovechan el éxito y talento de otros para medrar. Veo a autoras que, a raíz de la noticia del plagio de novelas dicen: "ya sabéis que no me gustan estas polémicas", como investidas de mayor dignidad por ello. Me pregunto:
- ¿Denunciar lo que no funciona y que se hable de ello es "entrar en polémica"? ¿Alguien piensa que es plato de buen gusto tener que hacerlo? Lo único que consigues es convertirte en una paria. A ti y a los que te rodean. Lo digo por experiencia. Pero para casos como éstos sí se reacciona en apoyo al gremio. Y me parece bien. Ya era hora.
- Cuando una persona que dice admirarte crea un negocio de venta de marcapáginas (y demás parafernalia) usando frases de tus novelas o el título, actividad de la que tú no ves un duro... ¿Eso sí nos parece bien? ¿No hay nada reprobable en ello? Para esto nadie se rasga las vestiduras. ¿Sabéis por qué? Porque es publicidad y visibilidad. Y eso, se vende en instagram/blogger como "un detalle súper bonito".
Vamos, que me dice a mí alguien que le encanta mi blog y que por eso va a hacer y vender marcapáginas con mi cabecera y ponerlo a la venta y... en fin. Nunca tendrá mi apoyo, respeto ni mi reconocimiento. Pero claro, hablamos de un mundo donde si no estás, si no te ven, no existes. Así que ahí están las autoras, tragándoselas y capeando el tema algunas y otras encantadísimas de ser objeto de ello, viendo como otras usan su trabajo y ganan más con eso que ellas con sus derechos por la venta de novelas digitales. Por ejemplo.
- Parece que también es lógico que, en aras a esa misma visibilidad, se envíen detalles (marcas, novelas...) a youtubers literarias. Proliferan esos canales en las que una o dos chicas hacen entradas semanales/mensuales con lo que han recibido. Otras veces, con sus opiniones (no, no son reseñas) sobre las novelas que les han enviado gratuitamente. Y ves a las autoras agradeciendo eso, que personas que, en algunos casos, no saben ni expresarse en el lenguaje de Cervantes hablen de tu trabajo, de tu obra. Debe ser difícil para ellas tener que compartir ese tipo de cosas de las que, íntimamente, sienten vergüenza ajena. Porque si no te ven, no estás.
- Y no olvidemos los sorteos. Tienen toda la lógica, os lo explico: tú le dices a una autora que quieres hacer un sorteo en tu blog porque te encanta cómo escribe y es una manera de darle visibilidad. Entonces lo anuncias a bombo y platillo, en general de esta forma: "Seguidores, tenemos un sorteo activo: tenéis que suscribiros, seguirme, comentar en mi blog, etc, etc..." Y todos los comentarios son: gracias por hacer este sorteo.
Parece ser que el hecho de que la autora tenga que ceder el ejemplar y correr con los gastos de envío no cuenta. Lo que cuenta es que tal blog sortea tal novela. ¿No es fantástico? El blog crece y tú no tienes que hacer nada, todo a costa de la buena voluntad y dinero de la autora. Cero gastos frente a cien por cien repercusión en las redes, aumento de seguidores para poder conseguir que las editoriales te sigan enviando novelas gratis.
- ¿Y las mini reuniones con las editoriales para diseñar la siguiente estrategia publicitaria de tal o cual obra? Venga, nos juntamos, hacemos un desayuno/merienda, repartimos ejemplares y vosotras, bloggers de cabecera, los leéis, reseñáis, sorteáis... La única idea es que esté a la vista. Muchas fotos, por favor. Esas y esos bloggers son en realidad los comerciales de las editoriales. Así pasa lo que pasa en Goodreads y demás plataformas de lectores. Todo lo desvirtúan para evitar que se les cierre el grifo.
- Y como consecuencia de lo anterior también podemos ver Twitter y Facebook lleno de post de la editorial compartiendo y agradeciendo enérgicamente las reseñas que los bloggers a los que ellos previamente han enviado los libros. Todo súper real, súper sincero y creíble.
Así que, si las autoras y lectoras se están llevando las manos a la cabeza con el tema del plagio de obras de compañeras, me pregunto por qué no ocurre lo mismo con todo lo que sucede alrededor. Me pregunto por qué a todos les parece tan bien toda la degradación publicitaria y siguen sin pronunciarse sobre esto. Me pregunto por qué, en este país, las autoras de romántica tienen que seguir sujetas a la tiranía del mercado, las ventas y la gente que lo está aprovechando en su propio beneficio pero bajo la imagen, falsa en muchas ocasiones, de ser grandes seguidoras y apasionadas del género. Y, muchas más de las veces que quisiera, me pregunto cómo puede una persona subir un documento word a Amazon y llamarse a sí misma escritora.