La primera vez que escuché hablar de Gata Cattana fue en la pasada edición de Cosmopoética celebrada en Córdoba. Y lo hacía unida a la palabra homenaje. El que le hicieron a ella y a José Ignacio Montoto (1979-2017). Tenían algunas cosas en común: eran jóvenes, poetas, cordobeses, con talento... y han fallecido este mismo año por problemas cardíacos.
Unos días después, mi madre me regalaba La escala de Mohs, o lo que es lo mismo, me regalaba un poquito del talento que ha dejado Ana Isabel García Llorente, conocida con los nombres artísticos Gata Cattana o Ana Sforza. Dice su biografía:
(Adamuz, Córdoba, 1991 - Madrid, 2017)
Graduada en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada y Máster en Política internacional y resolución de conflictos por la Universidad Complutense de Madrid.
Era una artista polifacética y comprometida con la sociedad, hija de una generación perdida y transgresora en un género musical al que ella dio brillo añadiendo toques flamencos, electrónicos y latinos, sabiendo encajar todo esto haciéndolo suyo.
Ella: culta, feminista, políticamente incorrecta, amante de los quejidos... Compaginaba su trabajo musical dentro del RAP con la poesía, participando en recitales y eventos de SlamPoetry, torneos poéticos en los que los oponentes se enfrentan a través de recitales dramatizados, donde supo destacar por su destreza y sensibilidad, consiguiendo así hacerse con el panorama del momento.
La edición de Arscesis Editorial y su disco Banzai han salido a la luz sin que ella haya podido disfrutar de ver un sueño hecho realidad. Y creedme, la edición de La escala de Mohs es una maravilla.
No parece haber nada casual en los títulos elegidos.
Escala de Mohs: ordena la dureza de diez minerales en función de su capacidad para rayar o ser rayados (siguiendo el principio de que los minerales de mayor dureza rayan a los de menor dureza). La escala está ordenada de forma ascendente situando en el número 1 al talco como mineral más blando y en el número 10 al diamante como el más duro. Ya veis el diamante de la portada.
Banzai: Grito japonés previo a la batalla (relacionado sobre todo con los ataques suicidas)
En La escala de Mohs hay poesía, mitología, denuncia social y política. Hay un relato que me ha hecho sentir nostalgia de los días que pasaba en el pueblo con mi familia, rodeada de vecinas, de noches en la puerta de las casas, de cultura popular y remedios caseros.
Antonio Díez Fernández dice en la sinopsis:
Y es que nacer y crecer en España es estar a punto de descubrir una mentira. Y luego descubrir una mentira mayor que tapa la anterior. Por eso crecemos descreídos. La poesía que nos queda por hacer, y que Ana supongo ya intuía que sería su oficio y su vocación, es la de desenterrar, desenmascarar, desacralizar, desintoxicar, desamortizar, desinsectizar, y desinfectar. Y desde luego que lo hace bien: en cada verso una kata, cada poema una katana, en cada imagen una gata. Mujer guerrera, la necesitamos.
Son páginas llenas de fuerza, de vida, de rebeldía. Ana se fue demasiado pronto, pero al menos nos dejó su poesía y sus canciones como legado. Lo próximo será escuchar el disco poniendo atención a sus letras. Al final de esta entrada os dejo una de sus canciones y un vídeo homenaje, porque lo que toca ahora es una muestra de su poesía.
LA ESCALA DE MOHS (fragmento)
(..) Al final todo el mundo...
Todo el mundo tiene un precio.
Y quién me iba a decir a mí
que después de tanto principio,
tanta ley y tanto código,
tanto juez y tanta ética
tanto farol bien tirao´...,
que el mío iba a ser tan minúsculo.
Yo siempre lo supe:
cuando me dieron a elegir
entre la gloria o la paz,
yo ya lo sabía,
hubiera elegido lo segundo.
no soy de cantares de gesta.
TU OFICIO, POETA (fragmento)
(...) Que el conocimiento
no sea una amenaza.
Tu oficio, poeta,
es dignificar la especie.
Escoger las palabras
que pondrías en tu lápida.
Decir, por ejemplo:
<<No todos eran prescindibles>>.
Merecerte la vida
hasta tal punto
que tu muerte
parezca una injusticia.
Y dejarte ir,
como si nada, como todos
(poetas o no)
hacia la larga
y aburrida
eternidad
LA SATINE (fragmento)
Tu amor siempre fue
el niño amor.
El tierno amor adolescente
de eres mi garza
y mi Helena de Troya,
de cuánto te quiero
y sin ti no hay más luna...
Pero yo nunca fui Helena.
Yo nunca fui Helena y ni siquiera Penélope.
Yo nunca fui ese tipo de princesa
que espera sentada
escuchando odas a su hermosura.
Porque yo era más la Satine,
la Agripina. La Teodora de Bizancio,
que administraba y quebraba imperios
con una palabra.
COSPEDALES (fragmento)
Te vas y me aparecen Cospedales.
En serio.
Miles de ellas esparcidas por toda la ciudad,
bien repeinaditas, con falda por la rodilla
y pendientes de perla.
Y me tiro cosa de un mes
escribiendo mierda insustancial en diferido,
en forma, efectivamente de simulación
o de lo que hubiera sido en diferido,
en forma, de noticia pasajera,
de anécdota, de suceso,
de lista de la compra
y de prospecto.
En serio.
Te vas y me aparecen Gallardones
con la mueca inquisidora
y el discurso de mi abuela,
persiguiéndome los gestos,
los derechos y las metas,
señalando con el dedo
y escupiéndome por puta.
Y mientras todo esto pasa, mi amor...
Mientras todo esto pasa
Rouco Varela se frota las manos.
Se frota las manos y otra cosa.
Yo tampoco conocía a Gata Cattana, lo triste es que la "conocí" cuando falleció y leí la noticia en un periódico. Fue entonces cuando me interesé por saber más de ella, pero como suele pasar, con los días me olvidé un poco. Hoy, al leer tu entrada, he sonreído, porque estoy convencida de que vas a descubrírsela a un montón de gente y a mí me la has a acercar más, y eso es bonito, muy bonito.
ResponderEliminarGracias por estas entradas, Lidi, nunca dejes de escribir, de enseñarnos, de descubrirnos... de compartir.
Hola, Moni
EliminarEl mundo necesita más mujeres fuertes, guerreras cuya arma sea la palabra, la música, el dibujo, la pintura... el arte.
Y si desde aquí puedo mostrarlas, hablar de ellas, enseñar su arte, ten por seguro que lo haré. Lo que dure este blog, ese será siempre mi empeño.
Gracias a ti por tus palabras. Ya sabes lo importantes que son en estos tiempos oscuros.
Un beso
Hola!!
ResponderEliminarYo me uno a esa ignorancia, tampoco la conocía... pero sí sé a qué te refieres cuando hablas de esas noches en las calles del pueblo de mis padres... viendo las estrellas que en la ciudad no se ven y escuchando esos ruidos que en la ciudad no se escuchan.
Benditos recuerdos...
Un besote
Y bendita nostalgia, Pepa. Leía el relato final de La escala de Mohs y me veía a mí misma pasar los veranos en el pueblo. Rodeada de vecinas durante el día, tomando el fresco en la puerta, haciendo "mandaos"...
Eliminar¡Qué lejos parecen quedar esos tiempos!
Un beso.
Hola
ResponderEliminarLa cosa es que me pasó como a Mónica, supe de ella cuando murió. Me impactó por su juventud y por su mirada (ya se, esto último suena frívolo, pero tenía unos ojos impactantes). Pusieron un reportaje que hablaba de ella, y durante unos días salieron algunos artículos en los que se podía leer parte de su obra.
Me alegra que se la recuerde, que talentos así no se olviden y que tu la traigas.
Besines
Con el primer párrafo me ha dado un bajón...No la conocía ni como cantante ni como poeta, si te soy sincera y no sabes la pena que me da no haberla descubierto antes.
ResponderEliminarQué tristeza cuando gente con tanto talento se va antes de tiempo y encima siendo tan joven...
El poema de La Escala y Tu oficio, poeta me han encantado, (¿pusiste alguno en IG verdad? porque ahora que me fijo me suena la portada)..sin duda hoy las gracias, me toca dártelas a tí, por descubrirme a Gata Cattana, ha sido un homenaje muy bonito el que has hecho hoy aquí,(bueno el otro día, que yo últimamente voy con retraso)
Gracias Lidi por tener esa sensibilidad tan especial a la hora de recomendarnos lecturas.
¡Un besazo!
Bonitos versos Ana que putada tan grande no poder disfrutar de tus futuras obras aunque las ya presentes estarán aquí para la historia
ResponderEliminar¿Sabes si aún quedan ejemplares de la edición de Arscesis? No lo encuentro por ningún lado.
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