.Image { text-align:center; }

19 de julio de 2020

Lost in... como estado natural


"Goya", sustantivo proveniente del urdu: Dejarse llevar por la imaginación hasta sentir algo ficticio como real.



Goya es el reino de la fantasía, de historias asombrosas capaces de hacerte olvidar dónde estás y qué estás haciendo; historias que te elevan hasta alturas inimaginables o que te permiten surcar océanos sin saber dirigir un timón. (De "Lost in translation",  Ella Frances Sanders publicado por Libros del zorro rojo)



Goya es una de las palabras intraducibles que existe, como lo son saudade o tsundoku y habla de ese dejarse anestesiar por la ficción. ¿No creéis que en estas últimas semanas, está siendo imprescindible?

En mi caso no hablo solo de la pandemia y sus consecuencias: lo inasumible que está resultando la nueva normalidad, el aluvión de malas noticias, los discursos de odio, los enfrentamientos en las redes... Están también los acontecimientos que te afectan de una manera más personal. No sé qué pasa que últimamente mujeres a las que quiero y aprecio están pasando por situaciones bastante alejadas de lo que podríamos considerar baches en el camino: son como un océano en mitad del sendero y te pillan sin una mísera piragua. No es suficiente con apretar los dientes y seguir adelante, no al menos sin valorar primero todos los escenarios. Quizá por eso hay veces en las que una se encuentra torpe e inerme para dar alivio.

Esta semana, de camino al trabajo, estoy leyendo El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo, de Irene Vallejo. Premio el Ojo Crítico de Narrativa 2019 y Premio Las Librerías Recomiendan de No Ficción 2020. Dice su biografía que estudió Filología Clásica y obtuvo el Doctorado Europeo por las universidades de Zaragoza y Florencia. Lo que yo puedo afirmar de ella es que ama lo que conoce y lo transmite con el mismo amor y pasión. El infinito en un junco está siendo mi goya. Ese paréntesis ante la realidad. Es consuelo. Prometo dedicarle una entrada solo por el gusto de alargar la despedida.

En El infinito hay una cita a un poema de Wislawa Szymborska. Creo que sabía mucho sobre la naturaleza humana, sobre el comportamiento, sobre la vida. En estos tiempos convulsos en los que resulta difícil mantener la esperanza hacia nuestros congéneres, Szymborska dirige sabiamente el foco.


CONTRIBUCIÓN A LA ESTADÍSTICA

De cada cien personas,
las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,
las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,
las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,
las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,
las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,
las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,
las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas,
las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,
las crueles
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,
las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori,
las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,
las encorvadas, doloridas
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
tarde o temprano,
las dignas de compasión:
noventa y nueve,
las mortales:
cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio.


No sé vosotras, pero yo ando muy perdida estos días, con esa sensación de ir dando palos de ciego, de estar dentro de un engranaje en el que no te sientes cómoda.
He pasado de la incertidumbre más absoluta a la planificación más exhaustiva. Parece recurrente en las conversaciones que tengo con algunas amigas eso de estar más centrada en el futuro, en los planes, en los retos y en todas las expectativas que en el propio presente. Y sin darme cuenta finaliza julio y me siento en un estado a contrarreloj. Cuántas veces somos conscientes tarde de que se nos han ido los días, perdidos... y esos ya no vuelven. Así que hoy he pensado que quizá, a partir de ahora, debería de centrarme más en el ahora y, como me decía el otro día una amiga, familiarizarme con el término objetivos razonables.

Me he traído un poema de Alfonso Brezmes para apuntalar este deseo. Tomar conciencia del ahora.


LOS PUNTOS INVISIBLES

Desconfío de las rectas:
van a donde quiero ir,
no por donde quiero ir.

La sucesión de los recodos
que conducen a un lugar
¿no son acaso parte del lugar?

¿No dibujan las flechas
dirigidas a un solo corazón
el mapa mismo del deseo?

Una vez estuve a punto de perderme
por querer salir del ahora
para llegar antes al después.

Solamente cuando tardo
porque entro en el paisaje
logro ver los puntos que lo unen.

Sólo cuando me demoro
en el camino que me lleva
logro saber a dónde voy.

A ciertas alturas de la vida,
el por dónde es importante:
Ítaca —ya lo sabíamos—
se desvanece al llegar.


Yo creo que a Irene Vallejo le gustaría, aunque solo fuera por su referencia a Ítaca. Esa Ítaca que tanto se parece a la de Kavafis.


Bonus track.
No sé qué os parecerá a vosotros, pero cerrar el domingo y esta entrada con Ophelia The Lumineers me parece una buena manera de hacerlo.
¡Feliz semana y felices lecturas!









10 comentarios:

  1. Cuánta belleza y cuánta claridad ❤ No conocía las poesías y tampoco el término y eso que buena parte de mi vida la he pasado (y la paso) en estado de goya. Y como tú, estoy convencida de que no es solo evasión y bálsamo, que también ayuda a lidiar con el presente. Pienso que la sabiduria de Wislawa Szymborska o de Alfonso Brezmes nos hace un poco más lúcidas, menos duras, más conscientes. ¿Y no es eso ya de por sí algo valioso y perdurable? Buena semana, Lidia, vamos a dejarnos llevar, no es tan grave retrasarse o dar rodeos mientras tengamos claro el rumbo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una semana ha pasado desde esta entrada. He aprovechado el tiempo de la jornada intensiva leyendo a Irene Vallejo y como ya adelantabas ese refugio es evasión, bálsamo y me ha ayudado a lidiar con el presente.
      No sé qué nos traerá esta próxima semana pero acepto de buen grado los retrasos. Nunca sabemos lo que nos traerán los imprevistos o las curvas del camino ¿verdad?
      Feliz semana, Marisa. Seguimos.

      Eliminar
  2. Dios mío, Lidia, cómo me tocas el alma! Yo estoy en estado de goya la mayor parte del día! el que más disfruto, la verdad. Los poemas son maravillosos y, con permiso, te los copio para mi carpeta de temas bellos. En cuanto al libro de Irene Vallejo, me lo recomendó una amiga y tomé nota así que si ya sois dos las encantadas con él no dudaré en leerlo. A la espera quedo de tu crítica.
    En cuanto al momento personal, tuyo y de la gente conocida, todos estamos en un extraño universo. Aún perdura el pasmo por los meses pasados y el miedo por los futuros, la incertidumbre por el presente...Vivimos una película de la que no esperábamos ser protagonistas; pero es lo que hay. Si algo caracteriza al ser humano es que sobrevivimos a lo que nos echen; no hay horror que no haya soportado alguien, así que esto es un paso más en el extraño camino de la humanidad. ( Se me ha ido la olla, me pasa mucho últimamente cuando aterrizo en el mundo real) Solo enviarte un abrazo y decirte que tus palabras te convierten en presencia y es algo que consuela. Gracias encarecidas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mercedes.
      Vivimos tiempos extraños pero también soy optimista en cuanto a nuestra capacidad de adaptación y supervivencia. Aunque ojalá no fuera a costa de otras personas o cosas igual de valiosas. Espero traer esta semana algunos fragmentos de El infinito en un junco y algunas reflexiones, pero desde ya te recomiendo su lectura. Creo que cualquier persona que tenga una relación especial con los libros quedará encantada con su lectura.
      Mil gracias por pasarte y dejarme, como siempre, tu tiempo y tus palabras.
      Un abrazo fuerte.

      Eliminar
  3. Lindo, lindo, lindo todo, a pesar del trasfondo no tan lindo de tu estado de ánimo, de ese dejarse llevar sin mirar por la ventanilla y buscando solo los carteles que van restando kilómetros, ya me entiendes, y sí, la odisea es el viaje e Ítaca puede esperar. Te dejo un abrazo fuerte y este cortito ;) de Bertold Brecht:
    No os dejéis seducir:
    no hay retorno alguno.
    El día está a las puertas,
    hay ya viento nocturno:
    no vendrá otra mañana.
    No os dejéis engañar
    con que la vida es poco.
    Bebedla a grandes tragos
    porque no os bastará
    cuando hayáis de perderla.
    No os dejéis consolar.
    Vuestro tiempo no es mucho.
    El lodo, a los podridos.
    La vida es lo más grande:
    perderla es perder todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Mara. Te diré que, lo mejor de este viaje siempre es la compañía y lo que voy juntando en la mochila de vida. Gracias por acompañarme y también por añadir más cosas bellas, como el poema de Brecht (que no conocía y me ha encantado) a este humilde rinconcito.
      Un abrazo fuerte.

      Eliminar
  4. Goya. Me he pensado utilizando el término y colocándolo en mi vocabulario. Tú, Marisa, tintadreams lo habéis colocado estupendamente entre vuestras palabras. Decidido, cada vez que me vaya a los mundos de Yupi, que es bastante a menudo, y me digan "ehhh, qué piensas", voy a responder "estoy en goya". Los voy a dejar perplejos. No, en serio, me encanta el descubrimiento de palabras como estas. ¡GraciaaAAAAaaaAs!
    En cuanto a lo demás, que creo que entiendo el trasfondo de una forma clarísima, destaco esto que escribes: "He pasado de la incertidumbre más absoluta a la planificación más exhaustiva". ¿Y no te parece un nuevo cambio de paradigma, un nuevo estado?. Por eso la incomodidad, la sensación extraña, el pensar si "salgo de Guatemala para meterme en Guatepeor". En mi opinión, es una especie de camino nuevo al que hay que acostumbrarse, pero definitivamente ES EL CAMINO, porque es el que tú has elegido. Lo que dice Alfonso Brezmes no puede ser más acertado: ¿rectas? ¿qué rectas ni que rectas? ¿no es demasiado fácil?, si es fácil algo está fallando... Bienvenida a las curvas en nuestra vida y a disfrutar, en todo lo que podamos, de ese camino a Ítaca.
    Por cierto, ainsssss; ¡qué bonito lo cuentas todo!
    Beso grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, M. Ángeles.
      Lo comentábamos hoy y lo reitero: estamos en la senda, tenemos una meta y ambas sabemos que no será fácil (ni rectas ni atajos).
      Como le decía a Mara, sin ninguna duda lo mejor que me está dejando este camino es la compañía y las experiencias vividas.
      Gracias por hacer huecos en tu vida para enriquecer la mía.
      Beso enorme.

      Eliminar
  5. Yo no pienso en absoluto que haya días perdidos; sé a lo que te refieres, pero no lo son. Quizá parezcan días menos fructíferos porque uno tenga esa sensación de haberlos dejado pasar, de no hacer nada, de permanecer como tirada, nadando en la abulia y la desgana.... pero siempre siempre siempre aportan algo, aunque los frutos se vean después.

    Mi marido siempre dice que hay que agradecer "los días en que no pasa nada", porque son muy buenos también. Yo creo que hay días que el alma (y el cuerpo) necesitan un respiro y se pasan como "sin más" pero terminan siendo mucho más "más" de lo que parecía.

    Por cierto, me traje El infinito... del día del libro, para mí y mi amiga. TEnía duda pero te lo vi en IG y me animé.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Esther
      La verdad es que tampoco los entiendo como días perdidos, lo que me pasa es que a veces abarco demasiado y al final no llego porque los objetivos no son realistas. De ahí lo de intentar ponerme a partir de ahora objetivos razonables.
      Soy muy fan de tomar conciencia de lo reparadores que pueden ser los días en los que no pasa nada (mi temor es que sean demasiados :P )
      Qué curioso que eligieras El infinito para el Día del libro, anoche justo publicaba una entrada relacionando ambas cosas. Ojalá te guste, tiene un ritmo pausado pero creo que no habrá lector al que no conquiste un poco.
      Ya me contarás tus impresiones (o las leeré).
      Un beso muy fuerte.

      Eliminar

Antes de comentar, revisa la política de privacidad del blog