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8 de marzo de 2020

Somos todas las voces de todas la mujeres - 8M 2020 - Día Internacional de la mujer

Llevamos mucho tiempo sufriendo el uso y el abuso de las redes de la clase política, los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie; altavoces utilizados para reivindicar, posicionarse, opinar. Me interesa tomar el pulso a lo que dicen las mujeres de mi alrededor. Lo que dicen y lo que en realidad hacen. Algunas abrazan la etiqueta del #feminismo pero su discurso encierra otra cosa: "soy feminista pero..."; "ni machismo ni feminismo, igualdad"; "a mí estas feministas no me representan"; "el feminismo se demuestra trabajando al mismo nivel que cualquier hombre, no cogiendo una pancarta" o "a mí ya es que lo del feminismo me cansa"...
Manosean el término, lo vacían de contenido, lo manipulan y lo escupen. Mezclan churras con merinas, con el atrevimiento que da la ignorancia y la carencia de argumentos. Ni réplicas, ni debates, ni datos. Estás conmigo o contra mí.

«Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres.»
 Madeleine K. Albright


Así que hoy, 8 de marzo-Día internacional de la mujer-, he pensado que lo mejor es bajar el volumen y dejar que otras mujeres hablen a través de sus libros y lo hagan tocando temas universales: maternidad, abusos, injusticia, guerra, vida y muerte; aunque esto solo sea la punta del iceberg y queden fuera una multitud de miradas. Lo que sé lo aprendí leyendo y escuchando a mujeres, su perspectiva, su crítica, su visión sobre lo que les/nos afecta. Su narrativa.12 fragmentos, 12 voces. Dejad que las mujeres os cuenten su propia historia, no la que otros han escrito para ellas y recordad: "lo personal, es político".


Vindico ante el temor, repetido muchas veces, de que mi deseo lo sea solo hasta cierto punto y yo quiera y no quiera ser a la vez la princesa en el jardín, la novia de Roger Rabbit, la mujer de muslos turgentes que hace fitness para poder cantar y bailar sin que se le corte la respiración sobre un escenario iluminado por cinco mil millones de vatios -¿Beyoncé?-, la madre amantísima de pequeñas criaturas con síndrome de Down, la exploradora que usa con maestría el vibrador, la viajera solitaria, la megavixens y la supervixens, Catwoman o Sandy, la sosa/macarra de Grease, la empresaria más eficiente, la mujer con las piernas estilizadas por altísimos tacones de aguja que rematan un zapato de suelas limpias porque jamás, a causa de su elevación astronómica, han tocado el suelo, las meadas de perro ni los escupitajos. Vindico cuando quiero que me dejen en paz. Porque todas estamos bastante hartas de que nos digan lo que tenemos que hacer.

Monstruas y centauras.
Marta Sanz.

Yunus viene.
Yunus me penetra.
Yunus me hace un hijo.
Bebek!


Yunus pone dinero sobre la mesa. Monedas, billetes.
Nunca he visto tanto dinero.
¿Qué quieres que haga con el dinero?, pregunta. ¿Hacerte abortar o comprarte una nevera?
Hacerme abortar, digo, ¡te lo ruego!

La nevera nueva reluce blanca y zumba, una lucecilla azul parpadea hasta por la noche.
Pienso en el niño dentro de mí, que no para de crecer.
El vapor de la cebolla hervida provoca el aborto de los niños nonatos, dice Zarife, hay que separar las piernas y ponerse sobre la olla humeante.
Compro tres kilos de cebolla fresca, separo las piernas, siento las lágrimas cebolleras corriéndome por las mejillas. El niño no se va.
Tomando muchas pastillas, no importa cuáles, los niños nonatos se abortan solos, dice la mujer del bazar.
Tomo pastillas contra la gripe, contra la fiebre, contra el dolor de cabeza y el dolor de articulaciones; contra la bronquitis y el dolor de barriga, contra el dolor de garganta; tomo cinco de cada. Nada sucede.
El niño no se va.

Seguramente vendrá en otoño.

Cárdeno adorno. 
Katharina Winkler


Le cuento a C que quiero escribir un libro sobre la maternidad, le explico que no me gusta clasificar, que no quiero hablar de literatura de mujeres, que los libros deben defenderse por sí mismos, sin clasificaciones ni etiquetas, y si me apuras, sin siquiera el autor. C me responde con un largo correo. Me gustaría que nos encontráramos en un café, esta conversación daría para muchas horas. Ella defiende la literatura de mujeres y leo en su correo: «Leer a las mujeres es leer nuestra voz, un deber con nosotras.»
Escribo para escuchar esas voces.

El cielo oblicuo. 
Belén García Abia.


Pasamos demasiado tiempo enseñando a las niñas a preocuparse por lo que piensen de ellas los chicos. Y, sin embargo, al revés no lo hacemos. No enseñamos a los niños a preocuparse por caer bien. Pasamos demasiado tiempo diciéndoles a las niñas que no pueden ser rabiosas ni agresivas ni duras, lo cual ya es malo de por sí, pero es que luego nos damos la vuelta y nos dedicamos a elogiar o a justificar a los hombres por las mismas razones. El mundo entero está lleno de artículos de revistas y de libros que les dicen a las mujeres qué tienen que hacer, cómo tienen que ser y cómo no tienen que ser si quieren atraer o complacer a los hombres. Hay muchas menos guías para enseñar a los hombres a complacer a las mujeres.

Todos deberíamos ser feministas. 
Chimamanda Ngozi Adichie.


quiero disculparme con todas esas mujeres
a las que he llamado guapas
antes de llamarlas inteligentes o valientes
siento que sonara como algo tan simple
como si aquello con lo que has nacido
fuera de lo que tienes que estar más orgullosa cuando tu
espíritu ha aplastado montañas
a partir de ahora diré cosas como
eres fuerte o eres extraordinaria
no porque no piense que eres guapa
sino porque creo que eres mucho más que eso

Otras maneras de usar la boca.
Rupi Kaur.

Envío

Dani, Dani querido. Me preguntaste alguna vez si te ayudaría a llegar al final. Nunca lo dije en voz alta, pero lo pensé mil veces: sí, te ayudaría, si de ese modo evitaba tu enorme sufrimiento. Y mira, nada pude hacer. Ahora, pues, he tratado de darle a tu vida, a tu muerte y a mi pena un sentido. Otros levantan monumentos, graban lápidas. Yo he vuelto a parirte, con el mismo dolor, para que vivas un poco más, para que no desaparezcas de la memoria. Y lo he hecho con palabras, porque ellas, que son móviles, que hablan siempre de manera distinta, no petrifican, no hacen las veces de tumba. Son la poca sangre que puedo darte, que puedo darme.

Lo que no tiene nombre. 
Piedad Bonnett.
(Daniel, el hijo de Piedad Bonnett se suicidó el 14 de mayo de 2011, a los 28 años)


Él se iba, siempre se iba, y nunca estaba presente, ni para la muerte del padre ni, más tarde, para la de la madre, ni tampoco para venir a verla a ella, su hermana, a quien mandaba meter en un manicomio, eso es lo que había hecho, decidiendo por ella qué era lo conveniente, y ordenando que la llevaran, que la portearan como una cosa, como el paquete en que se habría convertido, y entonces a ella sólo le quedaba consentir y callar, pensar que estaba hecha para que se la llevaran de aquella manera, y que un día todo lo que tenía que cambiar cambiaba, sí, todo cambiaba.

El vestido azul.
Michèle Desbordes.
(El 10 de marzo de 1913, la escultora Camille Claudel es internada en Ville-Evrard. A pesar de las recomendaciones médicas sobre su mejoría y alta, murió el 19 de octubre de 1943 en el manicomio de Montdevergues. 30 años de reclusión y castigo, sin apenas visitas, consentidos por su madre y su hermano Paul.)


Me puse un vestido y me bañé en lágrimas. No me reconocía en el espejo, en cuatro años no nos habíamos quitado el pantalón. ¿Me atrevía a confesar que me habían herido, que tenía lesiones? Si lo reconoces, después nadie quiere darte trabajo, nadie quiere casarse contigo. Nos lo teníamos callado. No le confesábamos a nadie que habíamos combatido. Como mucho, manteníamos contacto entre nosotras, nos intercambiábamos cartas. Transcurrieron por lo menos unos treinta años hasta que empezaron a rendirnos honores... A invitarnos a dar ponencias... Al principio nos escondíamos, ni siquiera enseñábamos nuestras condecoraciones. Los hombres se las ponían, las mujeres no. Los hombres eran los vencedores, los héroes; los novios habían hecho la guerra, pero a nosotras nos miraban con otros ojos. De un modo muy diferente... Nos arrebataron la Victoria, ¿sabes? Discretamente nos la cambiaron por la simple felicidad femenina. No compartieron la Victoria con nosotras. Era injusto... Incomprensible... Porque en el frente el trato que nos habían dado los hombres era formidable, siempre nos protegían. En la vida normal nunca he vuelto a ver por su parte un trato similar.

La guerra no tiene rostro de mujer. 
Svetlana Alexiévich.

Nada cambia en un instante: en una bañera en la que el agua se calienta poco a poco, uno podría morir hervido sin tiempo de darse cuenta siquiera. Por supuesto, en los periódicos aparecían noticias: cadáveres en las zanjas o en el bosque, mujeres asesinadas a palos o mutiladas, mancilladas, solían decir; pero eran noticias sobre otras mujeres, y los hombres que hacían semejantes cosas eran otros hombres. Nosotras no conocíamos a ninguno de ellos. Las noticias de los periódicos nos parecía sueños o pesadillas soñadas por otros. Qué horrible, decíamos, y lo era, pero sin ser verosímil. Sonaban excesivamente melodramáticas, tenían una dimensión que no será la de nuestras vidas.
Éramos las personas que no salían en los periódicos. Vivíamos en los espacios en blanco, en los márgenes de cada número. Esto nos daba más libertad.
Vivíamos entre las líneas de las noticias.

El cuento de la criada. 
Margaret Atwood.


«Madrid, 5 de agosto de 1939

Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no lloréis ni un día. Salgo sin llorar, cuidad a mi madre, me matan inocente pero muero como debe morir una inocente.
Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo pero ten presente que muero por persona honrada.
Adiós, madre querida, adiós para siempre.
Tu hija que ya jamás te podrá besar ni abrazar

                                                            JULIA CONESA

Besos a todos, que ni tú ni mis compañeras lloréis. 
Que mi nombre no se borre en la historia.»


No lloréis por mi. Elvira controla su llanto. Revuelve su maleta simulando que la ordena de espaldas a Hortensia, para recordar a Julita. Recordarla, para que no se borre su nombre.
No, el nombre de Julita Conesa no se borrará en la Historia. 
No.

La voz dormida.
Dulce Chacón.
(Julia Conesa fue una de las integrantes de Las Trece Rosas y fue asesinada con 19 años).



No soy un caso aislado. Así me lo confirman las estadísticas oficiales. Soy una de cada cuatro, esa que dice que el 25% de niñas y el 16% de niños en España son víctimas de abuso sexual infantil. Soy una de cada cuatro. Sí, has leído bien. Una de cada cuatro. También soy una de cada tres, formo parte del 33 % que lo sufre de manos de una persona del entorno familiar. También has leído bien: la mayoría de los abusos sexuales se cometen dentro de las familias.
Lo siento, pero las cifras no acaban aquí.
Soy una de cada dos, donde los casos no son aislados, sino repetidos y continuados. Aunque el 48% lo olvida, lo relega a la parte más profunda de su cerebro para sobrevivir. Soy una de cada siete, los casos que se denuncian. En el momento en el que escribo, se presentan ocho denuncias al día. Pero yo soy parte del escaso 30% de quienes consiguen llegar a juicio. Soy el número de una realidad macabra que nos rodea pero nadie quiere ver ni escuchar. Yo tampoco. Todos detestamos la mentira y la hipocresía, pero nos aterra la verdad. Por eso yo también me olvidé de mí misma.

Ella soy yo.
Marta Suria.


Uno no escoge el país donde nace;
Pero ama el país donde ha nacido.

Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
Pero debe dejar huella de su tiempo.

Nadie puede evadir su responsabilidad.

Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
Enmudecer y cortarse las manos.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
Una historia que nacer
Una meta que alcanzar.

No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
En que nacerá y crecerá
La semilla que trajimos con nosotros.

Uno no escoge.
Gioconda Belli.

BONUS TRACK

Charlotte Despard - Fotog. de Tracy Ryan
El término "feminismo" es de origen francés y viene del término féminisme, palabra que tiene raíz latina, femina, mujer. Fue empleado por primera vez por Alejandro Dumas hijo en un opúsculo titulado L´homme-femme, publicado en 1872 como reflexión sobre el caso Dubourg. Este se refería al ciudadano de este nombre que mató a su mujer cuando la sorprendió en flagrante adulterio. Decía este escritor: 
Las feministas, discúlpeme este neologismo, dicen con muy buen criterio, por cierto: "Todo el mal viene de lo que no se quiere reconocer, que la mujer es igual al hombre y que hay que darle la misma educación y los mismos derechos que al hombre"
El término no adquirió el sentido actual hasta que en la década de 1890 empezaron a usarlo las inglesas.


Sabias: La cara oculta de las ciencias.
Adela Muñoz Paéz.

La revolución será feminista, o no será.

Fotografía de David Olivas






8 comentarios:

  1. Feliz día ♥, Lidia!!!!
    a veces me desespero, en serio, no hace mucho en un grupo de whatts con, la mayor parte mujeres, de toda España, aún me afirmaban que no existen diferencias entre mujeres y hombres, ni a nivel educativo, ni a nivel económico ni laboral. ¿Si nosotras, que somos las que sufrimos las consecuencias, no lo vemos así, cómo lo van a ver así los hombres?
    A veces pienso que vivo en un universo paralelo.....
    Un besote de los grandes y luchemos porque en un futuro, no tengamos que celebrar este día porque no sea necesario ;)

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    1. Hola, Pepa
      A mí me pasa como a ti. Si en lo esencial parece que vivimos en mundos diferentes ¿cómo vamos a acabar con esta lacra?
      Todavía hay quien cree que es un día de celebración, y no, es un día de reivindicación y de poner las cartas sobre la mesa. Nadie querría tener un Día del año si el coste que supone es seguir estando en desigualdad de condiciones y viviendo cada día situaciones de abuso, acoso, brecha salarial, asesinatos machistas, etc... Ojalá remáramos todas y todos en la misma dirección.
      Un beso, Pepa.

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  2. He llegado un poco más allá de Chimamanda manda ;) (CHimamanda rules, baby!) me tengo que ir a duchar y quiero leer bien el resto de los retales de este edredón-patchwork que me has cosido ayer, mañana desayuno contigo otra vez o quizá tarde un poco más, lo importante es que tengo un lugar en el que leerte y leer las voces de las mujeres a las que me acercas :)
    un abrazo inmenso

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    1. Ay, Mara, ya lo hablamos el otro día. Qué necesario escuchar otras voces (y dejar de escuchar a vocer@s), y seguir cuidándonos y autocuidándonos.
      Un beso fuerte.

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  3. Llego dos días más tarde de lo previsto (en mi línea) pero llego. Madre mía, no sé ni por dónde empezar. Enumero que si no se me olvida.
    1. Me gusta el enfoque de doce mujeres, doce voces. Muy ingenioso.
    2. Me quedo con tu frase de "escribo para escuchar otras voces", porque es lo que intento con el blog de Ager y me ha parecido una señal, un vínculo, un lazo. Me he visto reflejada en esa frase.
    3. Yo también tengo anotada esa cita de "Otra manera de usar la boca", porque me parece simplemente perfecta.
    4. El de Chimamanda (a ver quién tiene ovarios de pronunciar bien los apellidos) lo tengo pendiente.
    5. Me ha impactado el fragmento que has escogido de "Cárdeno adorno."
    6. No me gustó mucho El cuento de la criada, pero tengo anotado casi todo el mismo fragmento que has escogido tú.
    7. Que me encanta leerte. Que te vuelcas en cuerpo y mente.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Esther
      Muchas gracias por tus palabras. Yo también quiero decirte algo sobre alguno de tus puntos. La primera vez que "me enfrenté" al contenido del blog de Ager me sentí una intrusa, porque yo no había pasado por nada de eso (de hecho, soy de las que han decidido no ser madres voluntariamente). Lo curioso es que, cuando te leí a ti y al resto de madres a las que le das voz, dejé de sentirme intrusa, empecé a sentir que todo ese relato también me completaba. No sé si eso es la empatía, pero lo que haces en ese blog es magia, de verdad. Hay verdad, hay dolor y pérdida, pero también hay un relato que habla de fortaleza, resignación y aceptación. Y sobre todo, hay sororidad y acompañamiento. Tu blog es tan importante porque le das voz a quienes no suelen tenerla porque es un tema del que no se habla. Me he dado cuenta estos años de que, a mi alrededor, muchas mujeres (familiares) han sufrido pérdidas, abortos espontáneos, y lo viven en completa soledad. Es esa noticia que se comenta en corrillo, sin que la madre esté presente. Tu blog ha sido como un ¡boom!.
      Cuando añadía el fragmento de Piedad Bonnett, pensaba en ti. No es, ni de lejos, la misma situación pero creo que ambas, como madres que habéis perdido un hijo, utilizáis la escritura para hablar de ello y acompañaros. La escritura también es terapéutica.
      Y, sobre Cárdeno adorno... Es un libro muy duro, muy difícil de leer. Habla de maltrato dentro del matrimonio, de pobreza y también de superación, porque consiguió salir de esa pesadilla. Todos sus hijos fueron fruto de las violaciones de su marido, del que dependía económicamente, de ahí esa desesperación que se capta en el fragmento.
      Te mando un beso fuerte, Esther. Eres una de las voces que yo quiero seguir escuchando y de la que seguir aprendiendo.

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  4. Qué post.
    Tal vez hayas tardado horas en escribirlo, pero cuánto en pensarlo. Se nota esa elección de fragmentos en tus lecturas de tal vez ¿un año?, ¿más?. Pero esa elección de fragmento además llevan consigo una reflexión interna, esos párrafos te hicieron tanto pensar que tal vez los escribiste con tu puño y letra y que te dejaron tanto poso que hoy te hicieron escribir esta entrada. Deja a mi imaginación andar, porque yo te he visto así y me parece grandioso. Gracias por taremos aquí y hacer que nosotras reflexionemos. No creas que lo he leído de un tirón, he necesitado tiempo para pensarlo.

    Como pequeños apuntes, has elegido un fragmento de Rupi Kaur que también nos trajo mi profesora de inglés del año pasado entre muchos otros. Cuánto la echo de menos, qué mujer es la que fue mi profesora. Me has hecho recordar como puede inspírarte y motivarte una mujer y si encima es profesora, el cóctel es prefecto. A mi edad, la recordaré siempre como aún lo hago con mi "seño" de primaria. Me voy por las ramas, Lidia, me voy!!
    Me ha gustado mucho el fragmento de "Ella soy yo". Los números, al menos a mí, me hacen entender mejor.
    ¿Y "Uno no escoge"? Tan acertado, tan real. No sabes la infinidad de veces que pensé en ello cuando crucé, otra infinidad de veces, el estrecho de Gibraltar. Pero qué afortunadas somos de haber nacido a este lado: 15 kilómetros más allá y tal vez nuestra lucha sería aún más escarpada.

    Beso grande.

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    1. He tardado un poco en volver a esta entrada para contestarte. Es verdad lo que dices: muchas de mis últimas lecturas me van dejando un poso al que volver, algo en el subconsciente, algo que hizo click y que por eso hoy están aquí. Es una pena tener que "sacarlas de contexto", pero creo que el mensaje más o menos claro, está ahí para quien lo quiera buscar y ver.
      Estamos rodeadas de mujeres extraordinarias que están envueltas en una capa "ordinaria", por eso sus voces son tan importantes.
      Estos días, más que nunca, podemos ver lo muy afortunadas que somos de haber nacido aquí. Ojalá nunca se nos olvide, ni ahora con esta crisis sanitaria ni mañana cuando esté solucionado. Seguimos teniendo mucho que hacer aún. Por todas.
      Un beso enorme.

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