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8 de noviembre de 2018

Medio sol amarillo - Chimamanda Ngozi Adichie




<<Odenigbo subió a la tribuna haciendo ondear la bandera de Biafra: banderas rojas, negras y verdes y, en el centro, un luminoso medio sol amarillo.>>



Cuando tenía seis o siete años me ingresaron durante varias semanas en el hospital aquejada de meningitis. La primogénita de la familia -mi hermana- había fallecido por esa causa a los diez días de nacer, así que aquello fue un asunto grave y peligroso dados los antecedentes. Todos estos años he escuchado esta historia de boca de mis padres y familiares, un episodio del que yo apenas guardo recuerdos, y que siempre terminaba con la misma frase de mi padre: "Parece que te esté viendo corretear por el hospital, con esas patillas en lugar de piernas, y la barriga abultada. Parecías una niña de Biafra". Al principio pensé que Biafra era una fábrica. Pero una vez le pregunté a qué se refería y entonces me dijo: "¿Has visto esos niños negritos que salen en la tele, que están en los huesos y tienen las barrigas hinchadas?" Biafra era uno de esos países africanos donde fueron grabadas las imágenes que ponían cara a la hambruna. La fotografía tomó total claridad y forma en mi cabeza y ahora entendía por qué daba tanta pena.
Hasta hace unos días, eso es lo que sabía de Biafra. Apenas una triste anécdota para hablar de un ingreso hospitalario que mantuvo a mis padres durante semanas con el corazón en un puño. Ahora, después de leer Medio sol amarillo, sé que lo que sufrían esos niños se llama kwashiorkor.

Han pasado muchos años de esto y tengo la grandísima suerte de tener amigas lectoras y que, además, me regalan libros. Miss Brandon no sabrá nunca la emoción que supuso leer la sinopsis de Medio sol amarillo: Por fin iba a conocer la historia de aquel país del que había oído hablar (en un contexto erróneo) pero del que no sabía absolutamente nada. Por eso, y por muchas razones más, son tan necesarios los libros. No solo sirven para contar historias, también sirven para hacernos tomar conciencia, para enseñarnos, para dejar constancia de los episodios más infames de nuestro paso por el planeta y, sobre todo, para recordar. Porque, en realidad, ¿qué sabemos los occidentales de la historia de África?

SINOPSIS
Medio sol amarillo recrea un período de la historia contemporánea de África: la lucha de Biafra por conseguir una república independiente de Nigeria, y la consecuente guerra civil que segó la vida de miles de personas.

Con gran empatía y la naturalidad de una narradora comprometida, Chimamanda Ngozi Adichie recrea la vida de tres personajes atrapados en las turbulencias de la década: el joven Ugwu, empleado de la casa de un profesor universitario de ideas revolucionarias; Olanna, la hermosa mujer del profesor, que por amor ha abandonado su privilegiada vida en Lagos para residir en una polvorienta ciudad, y Richard, un joven y tímido inglés que está enamorado de la hermana de Olanna, una mujer misteriosa que renuncia a comprometerse con nadie. A medida que las tropas nigerianas avanzan, los protagonistas de esta historia deben defender sus creencias y reafirmar sus lealtades.


Chimamanda Ngozi Adichie se ha convertido en una de las grandes voces africanas, tanto por su literatura como por su continua reivindicación social y feminista. Me parece más admirable que lo haga sin abandonar ni renunciar a sus raíces, de las que se siente claramente orgullosa.

Medio sol amarillo se sitúa en el origen y fundación de Biafra, la república nacida tras las masacres cometidas contra el pueblo igbo, en un intento de separarse de Nigeria y que solo se mantuvo en pie desde 1967 hasta 1970. La autora se sirve de varios protagonistas para ir tejiendo la historia de este conflicto político-étnico. La pareja formada por Odenigbo y Olanna, que representan el sector intelectual que apoya el surgimiento de este nuevo país y que se muestra claramente crítica con la injerencia europea en los años previos. Richard, un británico aspirante a escritor que llega a la ciudad de Nsukka atraído por la cultura africana, sin un rumbo fijo hasta que conoce a Kainene, la hermana de Olanna, y se enamora de ella. Es la imagen del occidental que también se enamorará de la propia África y que usa todo lo que tiene para intentar salvarla de los acontecimientos. Y, finalmente, Ugwu, que llega siendo un niño a casa de Odenigbo para ejercer de criado. Ese destino cambiará sus expectativas y toda su vida.

Admiro el ingente trabajo de memoria histórica realizado por Chimamanda Ngozi y que, para ello, haya creado a personajes que no pretenden ser héroes y que carecen de cualquier rasgo idealizado. Se equivocan, luchan, cometen errores y pasan por todas las emociones que nos hace humanos: la ira, el dolor, la vergüenza, la pasión, el perdón... Si bien es cierto que me ha costado adaptarme a la narrativa de la autora, me resulta difícil no hacer una lista con todas las cosas que, en mi opinión, logra hacer en esta novela:

- Conseguir hablar de uno de los conflictos bélicos olvidados y hacerlo sin convertirlo ni en un manual de historia ni tampoco en un panfleto político. Aun cuando todos los protagonistas permanecen en el territorio de lo que fue Biafra, es capaz de poner sobre la mesa las actuaciones reprobables de ambos bandos y la intervención extranjera sin tomar partido.

- Dejar constancia de las costumbres, las tradiciones y el legado nigeriano. La precariedad de sus vidas, los rituales mágicos, las creencias, las condiciones a las que se enfrentan, las diferencias entre quienes tienen cierta calidad de vida y los que carecen de lo básico, aquello que hace confortable nuestra vida (la que conocemos los europeos).  Y todo ello de una manera objetiva.

- Poner el foco en la gestación de Biafra y no solo en las consecuencias, aquellas que hicieron visible el conflicto al resto del mundo: los campos de refugiados y la desnutrición. Detrás de eso había un ideal político que defender y, como en todo, una importante campaña propagandística que llevó a la guerra civil a miles de nigerianos. 



El mundo guardó silencio cuando morimos. Ese será el título del libro que está por escribir y que aparece de manera recurrente a lo largo de toda la novela, el que contará lo que ocurrió en Biafra. Un título que nunca prescribe y una novela que me ha recordado la fotografía de Amal Hussein, la niña yemení fallecida a causa de la hambruna que aparecía hace una semana en la portada del New York Times. El problema de leer libros como Medio sol amarillo es que te hacen muy consciente de hasta qué punto los intereses gubernamentales, políticos y financieros, siempre estarán por encima de la vida de la población civil y de lo afortunados que somos por haber nacido en el continente explotador. Ignorarlo solo nos hace más cómplices.



8 comentarios:

  1. "In love" total con esa entrada hablándonos de tu historia con Briaza. Que me cuentes a dónde te lleva el libro y la historia que tienes en común con él y que nunca nunca olvidarás, ÉSO, me conquista totalmente. Para mi, esa es la esencia de una bloguera que habla de libros: la historia que involucra a la bloguera lectora y que después me cuenta en su blog. Tan fácil y tan "rara avis" entre los blogs literarios.
    Me encanta. También me parece curiosísima la historia. ¡Y me alegro que hoy la recuerdes como una anécdota!
    En cuanto al libro, creo que lo has contado genial. Y que de lo poco que he leído de Chimamanda me conquistó por su manera fácil de explicar las cosas. Pero leí un ensayo y me muero de ganas por saber cómo lo hace en una novela, así que tarde o temprano la leeré. En realidad espero leer todos sus libros.
    Besazo enorme, y me alegra que escribas tanto: me motivas.

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    1. Muchas gracias, M. Ángeles. Yo creo que si tiramos del hilo, muchas de nuestras vivencias podrán estar vinculadas a los libros. Pero sí recuerdo que lo primero que me vino a la mente cuando leí la sinopsis fue la historia que tantas veces he oído de "aquella vez en la que estuve con meningitis en el hospital y casi no lo cuento". Y el blog cada vez más es un diario de lecturas y emociones, así que, todo está donde debe estar ;)
      A Chimamanda hay que leerla sí o sí. Pero también reconozco que me ha costado entrar en su narrativa. Me resulta muy didáctica en sus charlas TED pero había momentos en los que sentía que quería contar tantas cosas que algunas veces se dispersaba y quizá por eso no le puse cinco estrellas en GR. Sin embargo, es una lectura muy recomendable y volveré con ella. Americanah lleva en mi kindle meses y sé que a Mónica le ha gustado, así que lo tiene todo a favor para que sea una próxima lectura.
      Y, por cierto, me alegro mucho de esa "motivación" y de que te haga sacar huecos para escribir. Es un gustazo pasar siempre por "tu casa".
      Un beso enorme (y muchas gracias por tus palabras).

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  2. Me pasa como a Mari Ángeles, que solo he leído sus charlas del TED, pero incluso en ellas se nota la facilidad con la que hace que conectes con sus pequeñas grandes historias (igual que has hecho tú con ese recuerdo del hospital). Por otra parte, tienes toda la razón. Lo mucho o poco que he leído sobre África ha sido desde una visión occidental. Tengo ya el ojo puesto en Ayòbámi Adébàyò y me apunto Medio sol amarillo ;)
    PD. Tengo que decirlo. Ese inicio es en sí mismo toda una novela...

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    1. Le decía a M. Ángeles que, siendo sus charlas y sus artículos muy didácticos, me he encontrado con más dificultades para entrar de lleno en su forma de narrar. Quizá porque a veces sentía cierta dispersión: abarca muchos temas, el libro está dividido en "años sesenta" y "años setenta" y lo hace de manera alternativa y además está el extra de las palabras africanas que se van intercalando. Pero dicho todo esto, creo que el contexto y sus personajes merecen ser conocidos.
      Sé que "Quédate conmigo" será una lectura de la que disfrutes y una buena toma de contacto con este tipo de narrativa (además, ambas escritoras son nigerianas). Le debo una reseña. La comentaremos si finalmente le haces el hueco ;)
      PD: Tú sí que sabes cómo motivarme. Gracias. Sabes que viniendo de ti es más que un cumplido <3

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  3. ¡Lidia! No puede ser que nos siguiéramos en Goodreads, Instagram y demás, y en el blog no. Me quedo como seguidora, por supuesto.

    Sobre el libro que reseñas hoy, no puedo opinar por el momento. No he leído nada de esta autora, aunque tengo LA flor púrpura pendiente en la estantería. Seguro que me encaja, porque con el momento de reivindicación feminista que estamos pasando ahora mismo, apoyarnos entre nosotras es super necesario, inclusive en la literatura.
    Besos.

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    1. ¡Hola, Esther! Encantada de que te quedes por aquí.
      Sí que es necesario ir leyendo y conociendo a estas autoras que además de una historia, presentan un enfoque feminista.
      Estaré atenta a tu opinión cuando inicies tu lectura de La flor púrpura, a ver qué tal te resulta esa primera toma de contacto con Chimamanda.
      Un beso.

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    2. Ya te contaré.
      TE iba a comentar algo más sobre "Tu lado del sofá", pero ya comentamos por Goodreads. Eso sí, he agradecido un montón también el comentario de "La Benito". Saber encajar una opinión negativa es de tener muchísima clase.
      ¿Te animarás al final?
      Besos.

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    3. Hola, Esther. La verdad es que he visto muchas de tus reseñas y coincidimos en muchos gustos y opiniones (y no te agradeceré suficiente haberme descubierto "Por si me oyes") así que cuando vi tu comentario me quedé como te dije, un poco porque últimamente también me siento engañada con ciertas publicaciones (que parecen hechas para cubrir plazos y no porque realmente estén terminadas) y además llevo fatal lo de la ortografía. Supongo que me animaré. Me pareció un detalle que dice mucho de Patricia el que haya contestado al mensaje (teniendo en cuenta la poca autocrítica que se ve). Si lo empiezo, no dudes que lo iré comentando ;)
      ¡Un beso!

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