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25 de noviembre de 2017

25N. Hablemos de eliminar la violencia contra la mujer. Hablemos de revisar los roles románticos.

Me levanto temprano, enciendo el ordenador y el doodle del buscador me recuerda que hoy es el 455º aniversario del nacimiento de Lope de Vega. Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, Google da protagonismo al aniversario del nacimiento de un escritor al que nunca le ha faltado reconocimiento. No me sorprende.

Abro Facebook y, como cada día, desayuno mientras leo un nuevo caso de violencia de género, de acoso o de asesinato de mujeres y/o hijos a manos de sus parejas o ex-parejas. Enciendo la televisión y hay más de lo mismo, aunque la sección de deportes -ese tiempo de ocio masculino con dosis extra de testosterona- debe mantener su tiempo especial en los informativos. También tomo nota de la publicidad dirigida a las mujeres: cremas antiarrugas, dietas milagrosas, perfumes, productos de limpieza, familias felices de entre treinta y cuarenta años con dos hijos y perro. Todo un ideal de vida. Porque si queremos dosis de realidad, para eso ya tenemos First Dates. O los tutoriales sobre cómo maquillarte y conseguir que tu cara sea la de otra mujer mejor que tú (más bella, más atractiva, más exitosa, más deseable para un hombre).

La semana pasada asistí al XXVIII Feminario de la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, celebrado en Córdoba, bajo la premisa "Razones para no dar cumplimiento al mandato patriarcal". Todavía me dura la resaca. Con independencia de la mayor o menor afinidad política y de su discurso, asistir durante tres días al evento fue una experiencia reveladora en muchos sentidos. Porque la cuestión feminista no parece que interese a los hombres (cuya falta de asistencia fue más que evidente), y tampoco a las mujeres. Y esto último lo digo porque en las conversaciones de pasillo, las mujeres orgullosas de ser feministas y de intentar cambiar su entorno, estamos cansadas de sentirnos solas. De estar solas. Qué incómodas podemos llegar a ser cuando intentamos visibilizar la situación de las mujeres y hacérselo saber a quienes ven en ello un signo de radicalidad. Amas de casa cuyo trabajo es ninguneado, empleadas de hogar fuera del régimen general, mujeres profesionales de cualquier sector que recurren a la reducción de jornada o a las excedencias para cuidar a los hijos (con el consiguiente empobrecimiento económico), mujeres obligadas a ejercer la prostitución (y que todavía tengamos que seguir oyendo que se trata del "oficio más antiguo del mundo"), vientres de alquiler, mujeres usadas como arma de guerra en los conflictos bélicos (de nuevo un eufemismo para no decir claramente que se las viola, maltrata y asesina con total impunidad).

¿Pero esto no es un blog sobre libros? De eso también podemos hablar (y no voy a entrar en temas como la publicidad, el cine y demás medios que también son causa del problema). De los ideales románticos que tan poco se cumplen en la vida real y que tanto daño hacen a las lectoras. Podéis decir: sabemos que es ficción, sabemos que la vida no es como en los libros. Discrepo. 

Solo voy a dar tres datos que se dieron en el Feminario

- La edad media en la que los menores varones empiezan a consumir porno está en los ocho años. Sí, podéis abrir los ojos como platos. 
- Cuando a los adolescentes se les pide que se dibujen y que señalen qué partes del cuerpo no les gusta, nos encontramos con que los chicos señalan partes como las orejas o los pies. Del resto están bastante satisfechos. Pero cuando se trata de las chicas, la lista se amplía considerablemente: nalgas, pechos, rostro, trasero, cintura...
- Cuando una terapeuta pregunta a las chicas qué esperan del amor, de su pareja, contestan cosas como: que las cuide y proteja, que las respete, que las trate bien. Cuando esa misma pregunta se hace a los chicos, éstos coinciden en una única cosa: fidelidad.

¿Os suena? Es el ideal romántico por excelencia. Las lectoras de novela romántica estamos muy familiarizadas con estos temas. Solo diré que, como ejemplo de relaciones tóxicas y de perfil abusador se encuentran los best seller llevados al cine Crepúsculo y 50 sombras de Grey. Podemos seguir mirando hacia otro lado y defender que solo es ficción y entretenimiento.

La novela romántica, en general, está plagada de clichés machistas: protagonistas masculinos que se pasan de intensos, celosos, con tendencia a ser violentos (especialmente cuando se trata de "salvar a la chica"), con mucho músculo y muy versados en eso de practicar sexo -normalmente porque su vida sexual ha sido especialmente activa, algo normal si eres hombre, claro-, y que necesitan ser redimidos por una buena protagonista femenina. Ella tiene que ser dulce y un poco inocente, atractiva (mejor si ella no se da cuenta de que lo es), dispuesta a dejarse impresionar por todas las cualidades del varón (incluida que se les funda el cerebro y dejen de pensar cuando mantienen relaciones sexuales), dispuesta a perdonar sus celos, sus deslices y a dejar que sus proyectos queden relegados en nombre del amor y la familia. Porque un final feliz supone pasar por la vicaria y tener una descendencia con toda la maravillosa carga genética del protagonista masculino. Fijaos en las posturas de las portadas románticas: ellas sumisas, dejándose abrazar, dejándose proteger, casi deslumbradas por la suerte que tienen al tener a ese hombre para ellas. Eso cuando no se trata del macho alfa marcando músculo. Y, recordad, para que se cumpla la perfección, él tiene que tener un trabajo que sea sinónimo de dinero, posición social (ejecutivos, directores, empresarios) o protección (policías, soldados, médicos...). De ella nos vale con que sea secretaria o que explote su vena artística (pintoras, fotógrafas...) y que les importe mucho la familia: que sean buenas hijas, hermanas, nietas... En la novela histórica puede entenderse y defenderse por cuestiones de época, pero en el caso de la romántica contemporánea no le puedo dar explicación.
A modo de ejemplo, en la última novela romántica que sufrí, ella era camarera (y pintora en sus ratos libres para luchar contra sus traumas) y él (espero no dejarme nada): mecánico, ex-marine, camarero, paramédico y aspirante a bombero. Como novela, era tal el despropósito que en Goodreads me limité a dejar constancia de algunas de las frases y escenas machistas que se intentaban colar como románticas. Os aviso de que muchas lectoras la han valorado con cinco estrellas.
Estoy segura de que habéis leído novelas románticas que cumplen al menos con un par de estos clichés y otras que los sobrepasan. 

Y si queréis seguimos hablando del lenguaje. Podemos hablar de que ahora lo que se lleva es llenar las novelas románticas de expresiones como: follar, mamada, cachondo/a, puta, zorra... y demás lindezas, intentando que pasen como "coloquiales". Permaneced durante cinco minutos al lado de un grupo de adolescentes y fijaos cómo hablan, cómo tratan a las chicas y cómo hablan de ellas cuando no están presentes. 
¿Queréis otro dato dado por una terapeuta en el Feminario? La mayor parte de las chicas mantienen relaciones sexuales antes de lo que quisieran (la media está por debajo de los quince años) y suelen hacer "cosas" que no desean o con las que no encuentran ninguna satisfacción, pero lo hacen porque "no quieren perder al chico". Ahora pensad en la cantidad de porno que consumen los chicos y en su contenido. Porno pensado por hombres y dirigido a hombres, donde las actrices simplemente son usadas para dar placer al hombre. Mirad cómo están las carreteras de este país. El PIB español subió considerablemente cuando se incluyó la prostitución entre los datos a tener en cuenta para su contabilización.

Queda mucho camino por recorrer y mucho por hacer. Mi blog hoy se viste de violeta. Éste es mi pequeñísimo grano de arena para denunciar la invisibilidad consciente de la violencia de género (no sirve de nada que cada día haya una noticia si no se toman otras medidas) y los roles que deberían de empezar a revisarse en la novela romántica (escrita por mujeres para mujeres, salvo contadas excepciones). Porque todos sabemos que su público son lectoras de muy diversas edades. Porque no podemos seguir dando la imagen de que posesión, celos y maltrato verbal son sinónimos de amor y pasión. Porque las mujeres no necesitan que su pareja las proteja de otros hombres. Lo que necesitan es ser libres, ser independientes y dejar de creer que tienen que cumplir con los roles de la perfección. Lo que necesitan son hombres que dejen de considerarlas objetos, cosas de su propiedad, cosas por las que pueden pagar y usar a su antojo. Lo que necesitan es que la violencia ejercida sobre ellas no quede impune.









14 comentarios:

  1. Hola, me parece un artículo fantástico.El tema no viene de ahora y es algo que personalmente me preocupa mucho. Ya en enero del 2014 compartí (es un decir porqye la mayoría del trabajo lo hizo la otra chica) un artículo que se publicó en una web de novela romántica sobre Protagonistas tóxicos haciendo referencia a ese furor que volvía a revivir en la romántica. Y ahora vuelve en novelas de new adult. Pero el priblema principal es que la mayoría de lectoras (mujeres) lo ven normal. Si un hombre te cela, te quiere. NO. Simplemente es celoso, y los celos NO son buenos... Es cierto que la ficción es ficción y la ralidad es otra cosa. pero el problema es que somos humanos y al final, lo habitual y usual, tiende a normalizarse. Y al final, aunque pensemos que eso no es relevante, los hombres se convierten y adoptan actitudes que "creen" o escuchan" que las mujeres alabamos. Esto me lo dicho hace años un amigo. Al oír hablar y suspirar de Grey... diciendo que quizás si él se convertía y actuaba igual, es posible que ligara más. A ver... quizás era un comentario chorra pero parte de razón tenía... si damos crédito a la cantidad de mujeres que han suspirado por ese protagonista, del que prefiero no hablar. Pero sí, últimamente en la romántica se vuelve a comportamientos machistas y anticuados... que a mí me dan repelús. Y no cambiaremos nada si nosotras que somos las que tenemos que levantar la voz y educar a los hombres (lease niños) no lo vemos como lo que es: un paso atrás después de lo poco que hemos conseguido en igualdad.
    Un besote y muy buen artículo, como siempre

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    1. ¡Hola, Pepa!
      Gracias. Es un tema que nos preocupa a ambas. Y está claro que mucha mujeres, de cierta edad, lo leen por puro entretenimiento y están dispuestas a verlo y aun así puntuar muy alto ese tipo de novelas. Pero, como bien dices, todo tiende a normalizarse. Las conductas violentas, la tendencia a hacer creer a las chicas la suerte que tienen porque tal o cual chico guapo se ha fijado en ellas, la importancia de la imagen, la belleza, cumplir con las expectativas... Tenemos un problema. Más cuando hay mujeres que declaran abiertamente que: quieren un Grey en su vida. O que consideran que es romántico que una chica de 17 años quiera casarse con un vampiro y dejar de ser humana por amor. Resulta que todo sacrificio vale cuando se habla de amor. Me asusta más que, simplemente, las mujeres asuman que es así sin cuestionar nada.
      Estamos acostumbrados a los comportamientos machistas en las novelas históricas, muchas son reflejo de la época en la que están situadas, pero no hay excusa en la novela new adult y contemporánea actual. Negarlo no tiene sentido.
      Ojalá haya más voces. Ojalá empecemos a tomar conciencia de la gravedad de lo que ocurre.
      Muchas gracias por tu opinión, por tu apoyo cuando me ha hecho falta, por tu sinceridad en Goodreads a la hora de valorar las novelas y dar tu opinión (siempre dejando claro que es la tuya y que respetas el resto).

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  2. Hola Lidia,
    Lo que hablas al principio sobre maquillaje me recuerda a la entrevista que leí de una escritora musulmana que defendía el uso del burka, con el argumento de que la mujer que lo utiliza se siente más libre que las europeas. La razón que esgrimía era que no tienen que estar pendiente de maquillarse, me hubiera gustado tenerla deleante para decirle que ni me maquillo (no tengo nada en contra de quien lo hace, simplemente que soy muy vaga), ni necesito un burka para salir a la calle.
    En cuanto a lo de los libros, yo soy una de las que piensan que es ficción, pero soy conciente que eso solo sirve para quien tiene las ideas muy claras. Puedo leer una historia, gustarme, pero soy totalmente consciente de que es una relación tóxica. Es cierto que con los años me voy volviendo menos tolerante con estas historias. Me desespero por como las protagonistas se plegan a las exigencias de los machos alfas. Me gustan las protagonistas fuertes, independientes.
    Yo también me he fijado en las adolescentes, vivo en un barrio en que hay muchos "chicos malos" y veo como a su alrededor se montan una corte de chicas, y es entonces cuando veo el mal que hacen estas historias en la mente de mujeres que aún estàn sin formar, sin entender que eso es un ideal romántico sin futuro.
    Muy buen artículo.
    Besos
    Sonia

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    1. ¡Hola, Sonia!
      Desde luego, la crítica del maquillaje iba por donde dices. Cada cual que decida ponerse lo que quiera, pero es evidente que somos nosotras las que siempre tenemos que estar cumpliendo las expectativas. Nos dicen lo que es sexi, lo que nos hará mejores mujeres, mejores madres, mejores parejas... Siempre más.
      También estoy de acuerdo en que, llegadas a cierta edad, cuando vemos una relación tóxica nos saltan las alarmas. Pero ¡hay tantísimas veces en las que ciertas escenas pasan a verse normales o incluso románticas! Veo comentarios, reseñas, etc... y lo normal es que se diga que la historia es bonita y romántica... y cuando la lees piensas... pufff. Y lo digo yo, que le puse a Calle Dublín cuatro estrellas y me ahorré mencionar lo insufrible y celoso que es el protagonista. Probablemente ni siquiera me lo planteara. Pero ahora ya no. No puedo dejarlo pasar.
      Y por último... lo de los adolescentes... se nos está yendo de las manos. Y por eso hay que empezar a ponerle freno, a darle la importancia que tiene. Las chicas necesitan tener las herramientas suficientes para detectar a quienes las maltratan (y digo esa palabra como contraria a buen trato). Y, desde luego, necesitamos estar más unidas. Hacerla causa común.
      Y no me enrollo más. Está claro que ambas coincidimos en lo esencial.
      Gracias por pasarte y dejar tu opinión. Un beso enorme.

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  3. ¡Pero qué bien hablas y qué necesario es seguir hablando, escribiendo y promoviendo una verdadera igualdad!
    Hoy ya he dicho mucho, así que te abrazo agradecida y te comparto. :')

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    1. Mara, lo que has hecho es una muestra increíble de valentía, de compromiso hacia ti misma y hacia las mujeres. También a quienes todavía piensan que la violencia de género es cosa de ciertas clases sociales o que la que sigue sufriéndola lo hace "porque quiere".
      Ya sabes que tienes todo mi cariño y mi apoyo en todo lo que decidas. Hoy brillas más que nunca, Mara. Recuérdalo si en algún momento de asaltan las dudas.
      PD: En serio, tenemos de conseguir compartir un rato juntas...
      Un beso enorme, preciosa.

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  4. Un gran artículo. La verdad es que muchas cosas en la novela romántica no ayudan nada para eliminar la violencia de género, algunos llegan a promoverla, como comenté en el artículo de mi blog Acoso y maltrato en la novela romántica, ¡basta ya! (http://escriboleeo.blogspot.com.es/2016/07/acoso-y-maltrato-en-la-novela-romantica.html).
    Como autora, siempre me esfuerzo por formar parejas sanas y que estén en un plano de igualdad, pero claro, que lo haga una entre cien no sirve para nada, porque así el 99% de las lectoras siguen leyendo historias donde se les insiste en que el ideal al que deben aspirar es el que promueve que siga habiendo machismo y desigualdad.

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    1. ¡Hola, Déborah!
      Antes de contestarte he pasado a ver la entrada de tu blog y, bueno... suscribo cada palabra (y eso que no he leído el libro) pero obviamente están claras las conductas y los perfiles. Desde aquí te doy mi enhorabuena por haberlo explicado tan bien.
      También he visto los comentarios... Siempre hay alguien que acaba diciendo: oye, es mi opinión y yo sé perfectamente dónde están los límites... Que no aceptan que les digas: eso que tanto te ha gustado, que tan bien estás puntuando, no debería publicarse bajo sello romántico (y, si me permites, quizá ni publicarse).
      Ojalá más autoras empiecen a pensar en el mensaje que transmiten a sus lectoras.
      Muchísimas gracias por dejar tu opinión (y tu enlace, que es un buen complemento para este debate).
      Un beso.

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  5. Holaaaa.
    El otro día cuando te respondía al comentario que escribiste en mi entrada "No es no", me acordé de algo que hablamos por este blog en dónde hablabas del machismo en Romántica. Yo te decía algo así como que no está mal leerlo, para identificarlo y rechazarlo. Pensaba comentarte en mi respuesta que últimamente dudo de lo que en su día pensaba, no porque haya cambiado radicalmente de idea, sino porque, simplemente: tengo dudas.
    {No te respondí en el blog porque pensé que me excedía}
    Hoy lo hago.
    Tengo dudas de mi machismo. Lo cierto es que está tan intrínsecamente unido a la educación que me han dado mis padres (no porque quisieran educarme en el machismo, sino porque "su" sociedad, era aún más machista), que posiblemente, a veces no sé detectar lo que es machismo.
    No me considero tonta. Hay cosas que calman al cielo y son indefendibles, y soy la primera que no he tenido miedo y he intentado llevar a cabo todo lo que me he propuesto, a pesar de que eso significase un "ambiente de hombres". Pero por ejemplo, en romántica, soy una "débil" y cedo ante personajes posesivos si no me parecen excesivos y además, el personaje me gusta.
    Eso es lo que no ser identificar. Ya sea por educación, por Disney, porque a lo mejor el cerebro femenino nos incita a la protección... No me considero machista, pero "perdono" a determinados personajes machistas. No a todos, por supuesto. Tampoco a las protagonistas a las que se le han atribuido características igualmente rechazables y que van de "feministas".
    Entonces, me atrevo a pensar, que probablemente la Romántica juegue con esa pequeña línea, tan fácil de traspasar de uno a otro lado, y satisfaga a gente como yo por ser educada en la misma época y sociedad y que lo ven como normal o directamente les guste.
    En cualquier caso, estaría muy bien hacer un llamamiento a autoras en activo, para que trabajasen el problema del que tan bien has hablado.Me gusta mucho el punto que das, diciendo que en la romántica contemporánea no tiene que dar cabida a un machismo tan marcado. A mi, además me encantaría que fuera la protagonista mujer la de los roles TOP!: megaempresaria, mega inteligente, mega interesante, la de los comentarios audaces... Todo eso. Para que al menos, a las adolescentes que lean, se les ocurra que ellas también pueden conseguir todo aquello que se propongan.
    Un placer leerte. Como siempre.
    (Mientras tanto, intentaré ir subsanando mis dudas de machismo, haciendo un ejercicio aún más crítico en mis próximas lecturas románticas).
    Beso grande.

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    1. Hola, M. Angeles.
      Me gusta mucho leer tus comentarios porque siempre lo haces con una sencillez y honestidad que desarman. ¿Sabes? Yo también he dudado. A veces sigo haciéndolo. ¿Por qué este personaje me gusta si ha hecho/dicho esto? ¿Por qué a este no se lo consiento pero a éste sí? ¿Te acuerdas de Branden, el de Calle Dublín? Si hasta a mí me gusta y mira que tenía salidas de tono. ¿Dónde pones el límite? ¿50 sombras de Grey? Pues claro que lo leí, aunque es cierto que no me gustó (y no me arrepiento de haberlo hecho para poder hablar con conocimiento de causa)
      Tú misma lo explicas bien... "esa pequeña línea tan fácil de traspasar".
      Mi "denuncia", por así decirlo, viene sobre todo por lo que veo a mi alrededor. Me da miedo y me indigna. Me da pavor que las niñas aspiren solo a ser princesas y los niños caballeros andantes con ganas de batalla. Me da miedo el mundo en que vivimos. La violencia (física y psicológica). No sé si me explico. Estoy segura de que yo no pensaba igual hace 10 años. No se me pasaba por la cabeza. Sin embargo, ahora me saltan muchas alarmas (supongo que por eso he dejado de leer mucha romántica, he dejado de verla como un entretenimiento). Lo que te cambia es la perspectiva. Empiezas a leer otras cosas, a mirar alrededor y a escuchar a quienes conocen el tema y entonces... es inevitable que tu pensamiento cambie a la vez. Hace un mes no me atrevía a opinar sobre la maternidad subrogada... ahora, desde luego que sí.
      Lo que necesitamos son herramientas y ser capaces de detectar las señales. Al menos, así lo veo yo. Necesitamos no callarnos. Cuando leí tu maravillosa entrada pensé ¿por qué en el primer párrafo pide perdón? A eso hemos llegado. A que parezca que no podamos explotar, opinar, debatir...
      Mi blog es lo que es. No significa que lleve razón en todo lo que digo, pero aspiro a no venir a este mundo a mirar y dejar pasar. Aspiro a unirme al cambio, a aportar algo. Si me dices que a partir de ahora vas a empezar a darle una vuelta a lo que lees... pues eso ya es mucho.
      Y, sobre todo, gracias. Gracias por opinar, por tu sinceridad, por aportar tú también tu pequeño grano de arena. Tu #Noesno es mucho más importante de lo que crees (esta vez yo he decidido no darles ni un solo párrafo de publicidad a esos salvajes). Todo suma. Para mí es un placer cada vez que estás.
      Un beso.

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  6. Ayyy Lidi, maravillada me dejas con esta entrada y mucha envidia me has dado por no poder estar en esas jornadas tan tan maravillosas del Feminario. (Creo que te he recomendado a Nuria Varela millones de veces jajaja)
    El caso, que tampoco me quiero extender mucho, porque esto lo hemos comentado hasta la saciedad. El machismo es un problema educacional y la educación no viene solamente de las familias o de las escuelas, viene de la cultura, y eso, engloba cine, series, LITERATURA! ¿Cómo es posible que mujeres que estuvieron totalmente en el siglo XIX que no tenían ni voz ni voto, escribieran novelas donde sus personajes reivindicaban y criticaban esto mismo, y ahora se escriba justamente lo contrario?
    A mí, el cuento de que es ficción, me suena a excusa barata porque es más bonito no replantearse nada, cerrar los ojos y mirar hacia otro lado. Cuando hay niñas, y digo bien,niñas de 12 años en internet diciendo que quieren un chico como ese de After, a mí me da miedo! (o peor adultas hechas y derechas llorando por un Grey al que yo no tocaría ni con un palo).
    He trabajado con mujeres víctimas de violencia (muchas demasiado jóvenes), he estado en juicios tremendamente duros, para saber que esto no es un juego, y tiene muy poco de romántico.
    ¿En serio no se puede crear una historia de amor basada en el respeto y la igualdad? ¿en serio eso aburre? ¿por qué no aprovechar el tirón de este tipo de novelas y darles una vuelta, no sé utilizarlas para educar en un amor sano, en plano de igualdad y de paso mostrar personajes femeninos interesantes, inteligentes y empoderados que tengan profesiones de peso, no que aparezcan babeando por el musculito de turno y sean meros complementos decorativos? (No olvidemos que en estas novelas quien tiene el poder adquisitivo no es ella).

    Tú misma me has comentado millones de veces que cuando has encontrado alguna protagonista "fuerte" y con las ideas claras, que se sale del arquetipo tradicional, en general al público no suele gustar ...A mí lo que no me gusta y con lo que no me siento en absoluto identificada, es con una mujer que se deja ningunear, vejar y relega su propia vida, independencia y autoestima por otra persona. Creo que a lo largo de la Historia ya nos han invisibilizado, ridiculizado y ninguneado bastante para que ahora en pleno siglo XXI leamos algo que ni las victorianas toleraban.
    Si se escribe novela romántica de esa manera, no es ficción es porque la sociedad te dice que eso justamente es el ideal al que hay que aspirar, (Disney es un ejemplo) igual que te dice que una mujer soltera está incompleta, que si no te pones tal o cual crema dejarás de ser atractiva y que si no te viste de cierta forma no llamarás la atención..., relegando el amor algo superficial y físico.
    Por otro lado, flaco favor les hace a los hombres que siempre aparecen dibujados como maromos de gimnasio, maleducados, y "malotes", (nunca me he tropezado con un chico de ese estilo, la verdad y he recorrido bastante mundo), sinceramente a mí un tío así no me interesa..y eso de que la mujer de pronto parezca que solo tiene una neurona porque ve a un tío así, en fin... Son cosas que me cabrean profundamente porque refleja un tipo de personajes vacíos, luego no me extraña que haya gente tan frustrada por el mundo en sus relaciones, buscan unas expectativas totalmente irreales. Y no estoy entrando, en las historias que disfrazan de amor relaciones tóxicas que rozan el maltrato de manual...lo siento pero por ahí no paso... Por no hablar de que las mujeres ahí siempre somos comparsas, y complementos del personaje masculino. No sé, quizá mis gafas sean demasiado lilas como para disfrutar de este tipo de "ficción". No les veo ningún tipo de atractivo lector y no creo que pueda aprender nada de esos libros.
    En fin, que dije que no iba a extenderme jajaja, sigo trabajando en reducir mis comentarios xD. GRACIAS AMIGA.
    ¡Un besazo!

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    1. ¡Hola, Ani!
      Soy muy fan de tus "tocho-comentarios". Y ya me pongo seria porque el tema lo merece. Es obvio que lo tienes claro y que llevas mucho tiempo mirando a través de las gafas violetas (apuntada Nuria Varela desde hace mucho y más después de escucharla en directo). Pero, en realidad, tú eres una excepción porque como dices, es más fácil dejarse llevar y restar importancia a plantearse otra realidad o ponerse en pie de lucha. Por eso mismo hablaba de lo incómodas que resultamos las feministas en ciertos ambientes (especialmente los familiares, cuando nadie se ha planteado que se esté educando en el machismo, sino más bien pensando en la tradición).
      A eso le añades el bombardeo continuo de mensajes dirigidos a las mujeres: cómo comportarse, cómo vestir, cómo dejar que ciertos temas sean "suyos" y otros sean "de hombres". Y, definitivamente, la Iglesia y su ideal familiar (mejor no entro en eso).
      Se ha abierto el debate sobre Disney y sus cuentos y ahora nos tocará leer comentarios de todo tipo...
      En fin, que a ti no tengo que convencerte. Sigo aprendiendo y sigo poniéndome poco a poco las gafas violetas para que sea un estado permanente y así encontrar la fuerza y los argumentos para ir sumando. Es un placer tenerte por aquí y dejarme arrollar por tu fuerza.
      Un beso enorme, Ani. ;)

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  7. Lidia, después de leerte, y después de leer los maravillosos comentarios anteriores, ¿qué puedo decirte? Gracias, gracias, gracias. De verdad.

    Esa claridad con la que vas más allá de una afirmación del contenido de una novela, profundizando en lo que los estereotipos que ahí se manifiestan implican a efectos prácticos es muy necesaria. Cada vez estoy más convencida de que la ficción sí se parece a la realidad, de que a veces es muy difícil distinguir una de otra y lo he visto cada dos por tres en las redes sociales cada vez que se habla de las famosas cincuenta sombras, de los celos o de los personajes femeninos en determinados géneros literarios. Mientras que no abramos bien los ojos y activemos el espíritu crítico nos seguirán vendiendo la moto de mujer-frágil-dulce-sensible necesitada de protección vs. hombre fuerte-autosuficiente-inteligente necesitado de cariño. En fin, una discusión que da para horas y días y meses y me encanta que compartas con nosotras tu visión.

    Porque es imposible separar libros de vida tu post es más necesario que nunca incluso en tu maravilloso blog literario ;-)

    Aplausos mil y abrazos mil.
    Pd: coincido con Anita, ¡qué envidia que pudieses asistir a esas jornadas! <33

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    1. ¡Hola, Raquel!
      Muchas gracias a ti por tu comentario. En un párrafo tan breve lo has explicado perfectamente. La discusión daría para meses, el tema tiene muchísimas aristas y hay muchos detalles que se quedan en el aire o que se pueden matizar, pero lo que más me sorprende (a la vista de la respuesta que esta entrada tiene en redes sociales como Facebook) es la falta absoluta de autocrítica y también querer desviar el tema hacia otro lado (he leído comentarios tan "bien" argumentados como que si un autor escribe un thriller es que tiene una personalidad de sociópata o está incitando al asesinato... en lugar de pensar que si das por sentado que cierta actitud es romántica o personaje machista acaba siendo un príncipe azul estás normalizando un problema).
      El debate daría para mucho. Yo aspiro a que la gente que lea esta entrada le dé una vuelta a lo que considera "normal" o "romántico" y a que las autoras también empiecen a preguntárselo.
      Un beso y mil gracias por tu comentario y tu apoyo.

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