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2 de agosto de 2017

Esperando a Robert Capa - Susana Fortes


No creo en las casualidades sino en las señales.

En abril, en una de mis visitas a Córdoba, tuve la oportunidad de ver la exposición "La maleta mexicana", como parte de la XV Bienal de fotografía que se celebró de marzo a mayo de este año y que estaba dedicada a los conflictos bélicos.


La muestra se presentaba de la siguiente manera: La maleta mexicana ofrece, por primera vez, la oportunidad de contemplar las imágenes procedentes de esta famosa colección de negativos recientemente recuperados. En diciembre de 2007, tres cajas llenas de rollos de película, que contenían 4,500 negativos en 35 mm de la Guerra Civil Española de Robert Capa, Gerda Taro y Chim (David Seymour) – y que se consideraban desaparecidos desde 1939- llegaron al International Center of Photography (ICP). Estos tres fotógrafos, que vivían en París, trabajaron en España y cuyos trabajos fueron publicados internacionalmente, sentaron las bases de la fotografía de guerra moderna. Sus fotografías han sido consideradas, desde hace tiempo, como la cobertura más innovadora y apasionada de la Guerra Civil Española (1936-39).

Reconozco que me quedé bastante impactada con la exposición y con ganas de volver a verla con mayor detenimiento. También tenía en mente dedicarles a Capa y Taro una entrada para la sección de fotografía, pero me faltaba algo. 



Así que cuando vi la portada de Esperando a Robert Capa, de Susana Fortes, lo cogí sin dudar y, entonces, fue como cerrar el círculo. 

SINOPSIS

Crearon su propia leyenda y fueron fieles a ella.París, 1935. Escritores, pintores, poetas, fotógrafos… se mezclan en las calles y en los cafés de la Rive Gauche con miles de refugiados que llegan huyendo del nazismo. Entre ellos, dos jóvenes judíos. Ella, alemana de origen polaco, orgullosa, disciplinada y audaz. Él, húngaro, un superviviente nato que intenta como puede hacerse un hueco en el mundo de la fotografía. En apenas un año, el estallido de la guerra civil española los convertirá en dos de los mejores reporteros de guerra de todos los tiempos: Robert Capa y Gerda Taro. El amor, la guerra y la fotografía marcaron sus vidas. Eran jóvenes, antifascistas, guapos y asilvestrados. Lo tenían todo. Y lo arriesgaron todo. Crearon su propia leyenda y fueron fieles a ella hasta sus últimas consecuencias.


Con esta novela, Susana Fortes me ha conquistado. Si bien es cierto que la relación entre todos los protagonistas forma parte de la licencia que se toma la autora, el recorrido histórico está perfectamente documentado. Quien quiera una biografía de Capa y Taro no va a encontrarla pero a mí me han fascinado los protagonistas que hay detrás de esta historia. La manera en la que Fortes nos va mostrando a los personajes, sus sentimientos, cómo van adaptándose a los cambios y cómo sobreviven a una época en la que ser joven, judío y refugiado no resultaba nada fácil. Incluso si al lector no le interesa conocer las vidas de ambos (como personajes históricos), disfrutará con el estilo y la narración de la autora. 
Por eso no dudo en recomendar esta novela, Premio Fernando Lara 2009. Es difícil novelar las vidas de personajes históricos y hacerlo manteniendo el interés en todo lo que se cuenta o convertirlos en personas de carne y hueso de manera que el lector pueda empatizar con ellos. Lo importante siempre está en los detalles.

Los personajes. Creo que Gerta Pohoryllees la gran protagonista. La chica judía que huyó de su país para iniciar una nueva vida en París, que conoció a André Friedmann -del que aprendió los rudimentos de la fotografía- y que dio lo mejor de sí para mostrar la guerra civil española. La mujer que fue capaz de crear el mito de Robert Capa y Gerda Taro.
No sé si fue así, pero me gustaría pensar que Capa y Taro fueron tal y como los describe la autora y que ella es mucho más que una cara bonita (y olvidada) en el frente. 

<< Chim me ha regalado la foto que nos sacó su amigo Stein a André y a mí en el Café de Flore. Siempre me resulta raro reconocerme. Llevo la boina ladeada y sonrío mirando hacia abajo como si estuviera escuchando una confidencia. André parece acabar de decir algo, lleva una chaqueta de sport y corbata. Ahora empiezan a irle mejor las cosas y puede comprarse ropa elegante, aunque no se administra muy bien que digamos. Me mira de frente como para comprobar mi reacción y también sonríe o casi. Parecemos dos enamorados. Ese Stein llegará lejos con la fotografía. Es bueno esperando el momento. Sabe exactamente cuándo debe apretar el obturador. Sólo que no somos dos enamorados ni mucho menos. Yo tengo un pasado. Está Georg. Me escribe todas las semanas desde San Gimignano. Nacemos con un camino trazado. Éste sí, éste no. Con quién sueñas. A quién amas. O uno o el otro. Eliges sin elegir. Así son las cosas. Cada cual recorre sus propios pasos. Además, ¿cómo querer a alguien sin conocerlo realmente? ¿Cómo se recorre la distancia de todo lo que no se sabe del otro? >>

La ambientación y el recorrido histórico que hace la autora me han parecido fascinantes. No solo consigue acercarnos al oficio de los reporteros de guerra, también recrea los ambientes intelectuales y las diferentes etapas de la guerra civil sin caer en una descripción tediosa o difícil de seguir. Leyéndola, una toma conciencia de la cantidad de escritores, poetas, filósofos y demás pensadores relevantes - nacionales y extranjeros- que participaron en mayor o menor medida en la contienda. Los testigos incómodos.

<< El juego es una enfermedad secreta que se lleva en los genes igual que el color del pelo o la fe en los augurios. André tenía ese gen en las venas. Cuando las cosas no le iban bien, se dedicaba a beber y a hacer apuestas. Como solía decir Henri Cartier-Bresson con su ojo de normando infalible: André nunca fue un tipo extremadamente inteligente. Lo suyo no era preguntarse por la raíz intelectual de los conceptos, pero era un jugador increíblemente intuitivo. Se fijaba en detalles que a los demás nos pasaban desapercibidos. Supongo que la experiencia le había aguzado el olfato. Llevaba desde los dieciesiete años fuera de casa, de hotel en hotel y después de guerra en guerra. Tenía un don para verlas venir. Era un jugador nato. >>

No es posible hacer esta entrada sin referirme al trabajo fotográfico de ambos. Sigue viva la polémica sobre las posibles apropiaciones de ciertas fotografías por parte de Capa, cuando en realidad eran obra de Gerda. Una polémica difícil de desentrañar, ya que trabajaron durante años codo con codo. 

Fotografías de Gerda Taro





 



Fotografías de Robert Capa









Taro junto a un soldado. Foto tomada por Robert Capa.


Leed la novela. Seguro que os va a entrar mucha curiosidad por saber los detalles y el trabajo de Capa y Taro, pero también puede que despierte vuestras ganas por conocer mejor este período histórico de nuestro país del que tanto se habla pero tan poco se conoce en realidad.

6 comentarios:

  1. Simplemente con tu recomendación en GR ya iba a ir a por él de cabeza. Pero claro, luego nos regalas esta entrada... y digo "regalas" porque no se le puede llamar otra cosa a lo que nos traes de un tiempo a esta parte.

    Acabo de ver que está en la biblio, así que mañana me pasaré a cogerlo :) Y no voy ahora mismo porque en verano solo está abierta por la mañana, que sino... jijiji.

    ¡Mua!

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    1. Mónica, a ver si te animas y así podemos comentarla.
      Gracias por dejar uno de tus comentarios que siempre me hacen pensar que merece la pena.
      Un beso.

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  2. Estoy con Moni, Lidi :) ¡Qué maravilla de entrada, de fotografías, de impresiones de... TODO! ¡Fuente de inspiración que eres, amiga!
    Cuando vi el libro en tu GR dije, esta lectura tiene que ser mía. Tú crees en las señales y es que cada vez me resulta más difícil creer que no existen y que de algún modo entrelazan historias... Y si te digo que Margaret Atwood se inspiró en una exposición de Robert Capa sobre la Guerra Civil Española, para escribir El Asesino ciego, ¿cómo te quedas? lo dejo ahí jijiji ^^
    Buscaré en la biblio a ver si lo encuentro ;)
    ¡Un rebesote !

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    1. Muchas gracias, Ani.
      Siempre me dejas impresionada con todas esas pequeñas anécdotas que conoces. No tenía ni idea de lo que cuentas de Atwood.
      La novela está genial. Pero si quieres algo más "real" te recomiendo "Sangre y champán", la biografía que Alex Kershaw hizo de Capa. Es muy interesante y es también un retrato de época.
      Si te animas a leerlo, cuéntamelo.
      Un beso y gracias por todos esos datos curiosos que me vas dejando.

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  3. Interesante entrada y libro más interesante aún al que tengo que hacer un hueco y leer tranquila.
    Me ha recordado a una noticia que saltaba hace unos dias en la que se pedía que una casa del barrio de Vallecas fuera salvada al ser el escenario de una de las fotos de Capa. Es una de sus fotos icónicas de la Guerra Civil.
    Gracias por estas entradas.
    Besines

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    1. Hola, Cris
      Ya te lo dije, yo creo que es un libro que te gustaría. Es curioso como no te das cuenta de hasta que punto fueron importantes los reporteros extranjeros para dejar constancia de la guerra civil.
      La biografía de Capa que también habla de la época en la que vivió él (murió en 1954) es muy interesante. Tanto como que es más fácil encontrar datos biográficos de él y mucho más difícil de Gerda Taro.
      Te intentaré ir convenciendo hasta que caigas... ya sabes.
      Un beso.

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