Estoy bastante satisfecha con este año lector. He leído menos (casi ochenta libros) pero han sido lecturas mucho más variadas y satisfactorias, en general. Así que os dejo aquí un resumen de los libros más destacados de este año, aunque no los haya reseñado todos.
Ha sido especialmente fácil elegir mi mejor lectura de 2017. Tan poca vida, de Hanya Yanagihara no tiene rival. Es la novela. Tantas novedades editoriales la han ido relegando y eliminando de las estanterías, pero Miss Brandon me ha chivado que a primeros de 2018 habrá edición de bolsillo. Tengo bastante curiosidad por ver sus mil páginas en tamaño reducido... Espero que la editorial que lo haga ofrezca una edición de calidad. En cualquier caso, si no os habéis atrevido aún, no la dejéis pasar durante más tiempo. Preparad el corazón para una buena resaca.
He intentado diferenciar el resto de lecturas por géneros.
En narrativa, quiero destacar Esplendor, de Margaret Mazzantini. Siempre digo que, si me hubiera unido a la iniciativa Adopta a una autora, yo adoptaría sin ninguna duda a Mazzantini. Su prosa, su detallismo, su sensibilidad, los mensajes implícitos, su capacidad para sorprender en cada una de sus novelas, la hace única.
Es una autora que pasa desapercibida... hasta que la leéis por primera vez y ya no te suelta. Su última novela es una delicia.
Quienes hemos seguido a Jojo Moyes desde el principio -antes de que Yo antes de ti le diera el empujón definitivo y de que su editorial en España regale ejemplares a las bloggers a cascoporro inundando las redes de publicidad vacía- no podíamos dejar pasar La chica que dejaste atrás.
Nada parece resistírsele a esta autora cuyo estilo, más sentimental que romántico en mi opinión, es su marca personal. La chica que dejaste atrás tiene romance, mezcla pasado y presente y transmite mucha emoción.

Kent Haruf y sus dos novelas traducidas y publicadas en España, Nosotros en la noche y La canción de la llanura, han sido el gran descubrimiento del año. Puede que su sencillez y su estructura carente de espacios y guiones que separen los diálogos del resto del texto resulten incómodos a ciertos lectores, pero a mí me ha conquistado. Eso y la manera de transmitir la belleza de lo cotidanio y la humanidad de sus personajes.
En mi opinión, es uno de esos autores en los que menos, es más.

Qué sorpresa tan inesperada fue Esperando a Robert Capa, de Susana Fortes. Un ejemplo de cómo sacar lo mejor de dos personajes reales -Robert Capa y Gerda Taro-, darle rigor histórico, ambientar una época y conseguir emocionar hasta el final. Tal fue el interés que suscitaron ambos protagonistas que acabé devorando la muy recomendable Sangre y champán: La vida y época de Robert Capa, de Alex Kershaw.
En el último momento, casi sin esperarlo, se ha colado La extraña desaparición de Esme Lennox, de Maggie O`Farrell. Una novela corta, con una historia triste y emotiva que pone voz a lo que les ocurría a aquellas mujeres que eran demasiado incómodas en su época por no adaptarse a las reglas de lo que se esperaba de ellas: obediencia, respeto, matrimonio, familia y carecer de cualquier otra inquietud o interés. Un broche perfecto para finalizar el año.
Nunca pensé que me interesaría leer sobre la vida de personajes más o menos relevantes. Las biografías o autobiografías siempre habían estado alejadas de mi radar lector. Pero este año tengo que destacar lecturas que se centran en la vida de sus protagonistas y de protagonistas que hablan de su vida creando un estilo que creo -no estoy muy segura del todo- que se denomina autoficción.
Miss Brandon me descubrió a
Rosa Montero y yo le asigné el merecido título de ser una "contadora de historias". Su obra
La ridícula idea de no volver a verte -centrada en la figura de
Marie Curie pero con interesantes reflexiones feministas y sobre el duelo y la pérdida- fue amor al primer capítulo.
En la estantería ya esperan otras novelas suyas y este año también han caído sus obras
Historias de mujeres y
La carne. Dejaos tentar por ella y su arrolladora personalidad.


Luego vinieron
Trevor Noah y
James Rhodes con
Prohibido nacer y
Fugas o la ansiedad de sentirse vivo, respectivamente.
Trevor me sorprendió no tanto por su narrativa como por los hechos que rodean su infancia y James... bueno, siento debilidad por él y solo puedo decir que sigo siendo fan de su sinceridad radical, su honestidad y su bendito cinismo que tantas sonrisas me arrancan.
Este blog empezó recomendando casi en exclusiva novela romántica y, a estas alturas, por razones que todos conocéis, apenas si le presto atención al género. Pero sí quería hacerles un hueco a tres autoras: Laura Esparza, Marisa Sicilia y Marisa Grey. Con Bajo el sol de medianoche, Marisa Grey me llevó a las inhóspitas tierras del Yukón y al San Francisco de finales del s.XIX y me hizo creer que hay lugar para las segundas oportunidades. Una novela perfecta para leer en esta estación del año.
El último baile, de Marisa Sicilia, tendrá siempre un rincón muy especial en mi corazón y en mi memoria. Es muy fácil decirlo y sentirlo cuando has tenido el honor de acompañar a su autora en la presentación, cuando lo has visto nacer en forma de manuscrito y acabar formando parte de las estanterías de las librerías y de otros lectores. Tenía que estar aquí porque esta entrada habla de lo mejor de 2017 y, El último baile, me recuerda lo afortunada que soy de estar rodeada de personas extraordinarias.
Pienso que Andreas y Lily bien podrían encontrarse ahora mismo frente a la Wiener Riesenrad sin saber que a miles de kilómetros se cuenta su historia, ambientada en la bella Viena y el desenfrenado Berlín durante el período de entreguerras. Deberíais conocerla.

Y por último, está
Laura Esparza, que cada vez que publica me hace pasar algunos de los mejores momentos lectores. Es un ejemplo de que puedes coger todos los clichés del género y usarlos completamente en beneficio de la obra y de sus protagonistas. Y de que existen autopublicados que cuidan hasta el último detalle antes de poner su obra a la venta.
¡Piratas! es una lectura que releeré y recomendaré incansablemente, con una sonrisa en los labios.
Todas están aquí por méritos propios, tan fáciles de probar como invitaros a leerlas y que juzguéis vosotros mismos si no merecen un lugar destacado dentro de todo lo que se ha publicado -que ha sido incontable- este año bajo el sello romántico.
Voy poniendo punto y final a este resumen hablando de clásicos y de lecturas obligatorias. Dentro de los clásicos, ha sido un placer descubrir a Irène Némirovsky - El baile y Jezabel- o Marguerite Duras - Hiroshima mon amour y El amante -.
En cuanto a obras que todo lector debería leer al menos una vez en la vida, están Una habitación propia, de Virginia Wolf, El cuento de la criada, de Margaret Atwood y Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit.



La poesía vino de la mano de Rupi Kaur y su Otras maneras de usar la boca. Un poemario contundente y corto que habla de amor, de abusos sexuales, de conflictos familiares, de situaciones cotidianas...
Me empapé del feminismo implícito y la fuerza de
La escala de Mohs de
Gata Cattana.
Y también de la preciosa mini edición
En esta noche, en este mundo, de
Alejandra Pizarnik.

Antes de terminar, quiero haceros una confesión. Nunca creí que llegaría el día en que el contenido de un libro me trastornara tanto que no sintiera fuerzas para recomendarlo ni criterio para puntuarlo. Normalmente hablamos de si una obra te gusta mucho o poco, si podrías recomendarla a tal o cual persona según sus gustos. Pero este año me he encontrado con un libro absolutamente perturbador y necesario. Hay que hablar de lo que ocurre, de los temas que hasta ahora han sido tabúes, de cómo enfrentarlos o al menos decir que existen aunque no queramos ser conscientes de ello. Aun así ha resultado imposible recomendar ni reseñar:
Diario de un incesto. La historia de una mujer sometida a los abusos sexuales de su padre desde que era una niña. Leerla es una muestra de los daños que puede provocar una experiencia como esa. Para bien o para mal, será una lectura que recuerde por su crudeza, que despertó sensaciones muy contradictorias y que de vez en cuando vuelve a mi cabeza. Por eso está aquí y cierra la entrada.
Porque en 2017, en este blog, se ha hablado mucho de lo que nadie - editoriales, lectores y bloggers- quiere ver ni oír hablar, se ha puesto el foco en aquello de lo que nadie quiere debatir y poner freno. Porque seguiré defendiendo la idea de que hay que hablar de lo incómodo si pretendemos cambiar algo.
Y para vosotros, ¿cuáles han sido las lecturas más destacadas de 2017?