He dudado mucho si hacer o no la entrada de despedida del año. La situación internacional lo convierte todo en mera frivolidad. Y sin embargo.
31 de diciembre de 2023
Adiós, 2023
22 de octubre de 2023
La educación física, de Rosario Villajos
28 de mayo de 2023
Matrioskas y El vestido blanco. Dos maneras de tratar la violencia sobre la mujer.
Creo que nunca le he escuchado decir lo mismo cuando se ha referido a la muerte de un periodista en una zona de combate, nunca le he escuchado decir que esos periodistas que viajan a la zona de conflicto y mueren asesinados eran gilipollas o se lo habían buscado porque deberían saber de antemano que el ser humano es peligroso.
Gran parte de la historia de Pippa se apoya en el documental La Mariee de Joël Curtz, os dejo el enlace al mismo https://www.joelcurtz.com/la-mariee-the-bride/
La madre de la artista, al ser preguntada sobre cómo había consentido o apoyado el proyecto de su hija respondía: Todas las madres estamos angustiadas, vivimos atenazadas por la angustia, pero no debemos transmitírsela a nuestros hijos. No basta con darles la vida: tenemos que infundirles valor para vivir, para vivir intensamente, para vivir y no solo para sobrevivir.

Matrioskas es una novela que trata sobre la violencia ejercida sobre las mujeres como arma de guerra. En este caso, hablamos de lo ocurrido en los Balcanes. Miles de mujeres hacinadas en hoteles y otros lugares de reclusión que fueron violadas por los soldados serbios y obligadas a dar a luz a las que quedaban embarazadas.
Matrioskas es una de mis mejores lecturas de lo que va de año. Aún tratando un tema tan difícil, consigue hacerlo con una maestría y con una verdad que traspasa las páginas.
No solo habla de la guerra y la violencia, también trata de temas como la maternidad, la familia, la importancia de no borrar el pasado, de no enterrar lo que ocurre sobre un sector de la población.
"Una superviviente lo es porque ha resistido lo que alguno no pueden aceptar ni en las películas. Por eso, en la práctica, nadie puede ayudarte, porque lo que se ve en el cine está pensado para ser digerido de camino a casa y olvidado al buscar las llaves. Si la angustia es excesiva y por la noche es difícil dormir, uno puede insistirse en que aquello era ficción, y que la imagen del pequeño que no deja de asediarlo, con esos ojos acechantes, era el pretexto para hablar de algo más grande, una mera herramienta y poco más. Con la información del noticiario, la estrategia es otra: para aceptar el mundo hay que pensar en colectivo. Cuando los desgraciados son cifras resulta imposible darles nombre, y ése es el primer engaño en el camino del olvido."
Es bastante inútil intentar bajar a señores como el académico tuitero de ese pedestal que ellos se han creado y de esa especie de papel evangelizador que se asignaron hace tiempo donde desde el privilegio y el mainsplaining nos explican las razones por las que se ejerce violencia sobre las mujeres. Por eso, quizá, siga leyendo a mujeres hablar de los problemas que afectan a otras mujeres. Sin el reduccionismo de afirmar "el ser humano es peligroso". A él, que tanto le fastidia que se intente incluir el género femenino en muchas palabras del diccionario, podemos decirle que hace mal en hablar del ser humano en sentido neutro. Tomo las palabras de la madre de Pippa y afirmo que las mujeres vivimos atenazadas por el miedo y sin embargo, tenemos que vivir, no solo sobrevivir. Lo que ocurre es que la violencia la ejercen los hombres ("el ser humano") sobre las mujeres, sin ningún motivo legítimo y en todos los contextos. Y aquí os dejo una caja de botones.
20 de abril de 2023
Cómo recordamos a nuestros muertos. Anoxia, de Miguel Ángel Hernández.
Yo tengo una hermana, la primogénita. Y nunca la conocí porque falleció a los pocos días de nacer, por contraer meningitis en el hospital. Con unos seis u ocho años yo también pasé la enfermedad y casi no lo cuento, pero esa es otra historia. Mis padres me pusieron su nombre, que era compuesto, pero invirtiéndolo. Curiosamente siempre elegí mi segundo nombre así que, a todos los efectos, me llamo como ella. Después, tras algunos meses de intentar superar la pérdida (intentar es un buen término, mucho mejor que conseguir), nació mi hermano y luego llegué yo. Quien sabe si, de haber sobrevivido, yo estaría aquí.
La hermanita, que es como la hemos llamado siempre en casa, es la niña que fue la causa del prematuro matrimonio de mis padres. Mi madre no tenía ni veinte años, mi padre no había cumplido veinticuatro. Y quedarte embarazada tan joven, casarte sin el pleno consentimiento de tus padres para posteriormente enfrentarte al duelo de tu primera hija me parece hoy, a mis 44 años, un abismo.
Hacia el final de la novela encontré el siguiente párrafo:
Y fue entonces cuando pensé que tenía que hacerlo, que tenía que formular la pregunta. Cogí el teléfono: Mamá, una pregunta que no sabrás a qué viene, pero es que estoy leyendo un libro y no se me quita de la cabeza. La foto de la hermanita... tenerla ¿a ti te consuela, te da alegría conservarla o te da pena? ¿te reconforta poseer este recuerdo físico de ella? Mi madre me contestó que sí, que era una suerte conservar un recuerdo de la niña. El consuelo ganaba a la pena. Aprovechó para enviarme la foto. Volvió a doler un poquito al principio pero terminé sonriendo. En la foto está viva, no como en el caso de los retratados en la novela, pero lo cierto es que siempre ha sido el retrato de un duelo.
Dice una frase: «Al fin y al cabo, no lo hace por dinero, sino por la convicción: la certeza de que la fotografía tiene un sentido, que sirve de ayuda a los que quedan.»
Así que hoy escribo sobre todo esto porque es un ejemplo claro de lo que consigue un libro. Puede que muchos pasen sin pena ni gloria pero, a veces, conectamos de un modo difícilmente explicable. Nos remueve, nos hace pensar, nos lleva a sitios que quizá no queríamos visitar pero que después agradecemos. Nos hace hablar de temas complejos, difíciles e incluso dolorosos. Apartan el velo del silencio. Quizá consiga encontrar el valor para preguntarle a mi madre cómo fue eso de llegar a casa sin bebé, afrontar un entierro y guardar en el trastero todas las cosas que estaban preparadas para la llegada de mi hermana. Y no por mí, creo que a ella le reconfortará contarlo. Como cuando vamos juntas al cementerio y visitamos su lápida. La recordamos. Y allí veo su nombre. Mi nombre.
19 de febrero de 2023
Nostalgia, Robin Williams y el Club de los Poetas Muertos
1. f. Pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos.
2. f. Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.
1 de enero de 2023
Las ausencias - Leila Guerriero
Esta manera de empezar 2023 con la maravillosa píldora radiofónica de Leila Guerriero. Y como la urraca que acumula cosas brillantes, yo la dejo guardada aquí. Entre el resto de mis piezas valiosas.
Pequeño ruego por los que perdieron
Claro que hay que hacer algo, en estas fechas, por quienes no tienen comida ni cobijo (aunque habría que hacer algo siempre). Claro que hay que hacer algo, en estas fechas, por los niños que están enfermos en los hospitales (aunque ningún niño debería estar enfermo en ningún hospital, nunca). Claro que hay que hacer algo por los que duermen en la calle, por los que perdieron su casa, por los que habitan residencias para ancianos, por los solos, por los locos, por los que están repletos de canciones tristes. Claro que hay que hacer algo y claro que habría que hacerlo siempre. Pero hay, en el mundo, seres de una estirpe específica, doliente y desatendida: aquellos que se acercan a estas fechas, por primera vez, con una falta. Las primeras navidades, el primer final de año, sin él, sin ella. Ven avecinarse este momento como una embestida peligrosa, la amenaza del vacío, el dolor en expansión. Porque todavía se acuestan con el calor de aquel cuerpo en el costado, aunque ese cuerpo ya no esté. Porque todavía lo buscan en la calle, aunque sepan que no lo van a encontrar. Porque todavía se acuerdan de su voz, aunque ya no la escuchen. Y en nombre de mil años de amor, lo único que quieren es cavar la tierra con las manos, volver el tiempo atrás, hacer que la pérdida no haya sucedido. Roguemos, entonces, por ellos. Por los que caminan por primera vez hacia estas fechas llagados de dolor. Por los que perdieron hace poco. Por los desconsolados. Roguemos para que la felicidad ajena y los árboles de navidad ajenos y los juguetes para los niños ajenos y los brindis ajenos no les parezcan una afrenta. Roguemos para que no los lacere la euforia de los fuegos de artificio. Roguemos para que no enloquezcan de dolor. Roguemos para se queden de este lado del espejo. Roguemos para que sepan que sabemos que todos, alguna vez, seremos ellos. Que a todos nos tocará, alguna vez, entrar en esa intensa noche. Esa es mi pequeña oración por estos días. Roguemos por ellos. Y que ellos, cuando nos suceda, rueguen por nosotros.
Podéis escucharlo aquí: Leila Guerriero