
VALIENTE VERA, PEQUEÑA SARA
Neïra - Andrea Longarela
Edición impresa y ebook
Autopublicado
(2017)
Sentimental
Romántica Contemporánea
SINOPSIS
Vera, Sara y Alexander eran inseparables. Siendo adolescentes, habían establecido un vínculo especial, una amistad inquebrantable; habían trenzado sus vidas con nudos en apariencia irrompibles. ¿Por qué entonces, en la actualidad, Sara se siente sola? ¿Por qué hace años que no está cara a cara con ninguno de los dos? ¿Por qué los veranos en el lago ya no son tan mágicos como en algún momento fueron? ¿Por qué resulta tan fácil romper las promesas? Dos hermanas, un chico y el lago como único testigo de una historia que marcó la vida de cada uno de ellos.
Una novela sobre esas decisiones cobardes que tomamos en algún momento, pero también sobre personas valientes que les hacen frente. Sobre esa amistad profunda que se forja en la juventud y que sobrevive incluso al paso más cruel del tiempo. Sobre el miedo, el rencor, el fracaso. Pero también sobre el amor; el amor por la familia, por los amigos, por el hogar, por aquellas personas que poseen la capacidad de hacer que tu mundo gire o deje de hacerlo. Sobre un amor de verano y sobre el amor de toda una vida.
Esto no es una reseña, ni un análisis de lectura ni nada que se le parezca. Hoy solo quiero hablar de lo que he sentido leyendo Valiente Vera, pequeña Sara.
No voy a referirme a la trama porque creo que, con la sinopsis, Neïra ya dice lo suficiente. Porque se trata de eso: cuánto menos sepas de esta historia, más te emocionará, más la disfrutarás.
Leer Valiente Vera, pequeña Sara es leer una novela de personajes, sentimientos y sensaciones. Es una novela de vida, de interiorizar ese mensaje que grita entre sus páginas: vivir el presente. Asumir el pasado y dejar de obsesionarnos por el futuro.
No creo que exista una carta de presentación más acertada que esa sinopsis, porque dice exactamente de qué va esta historia. Sus temas principales. Os lo vuelvo a poner:
Una novela sobre esas decisiones cobardes que tomamos en algún momento, pero también sobre personas valientes que les hacen frente. Sobre esa amistad profunda que se forja en la juventud y que sobrevive incluso al paso más cruel del tiempo. Sobre el miedo, el rencor, el fracaso. Pero también sobre el amor; el amor por la familia, por los amigos, por el hogar, por aquellas personas que poseen la capacidad de hacer que tu mundo gire o deje de hacerlo. Sobre un amor de verano y sobre el amor de toda una vida.
Y para ello, para desarrollar todos estos temas universales, Neïra nos ha traído a Vera, Alex y Sara. Y no me olvido de Yago, un secundario que mantiene una relación muy especial con las chicas de esta novela.

—¡Venga, Sara! Tres, dos… ¡uno!
—¡Salta, valiente!
Y, gritando las palabras de Vera que siempre funcionaban como empuje, me suelto y el agua me rodea, sintiéndome libre, tranquila, a salvo. Feliz.
He llegado al final. Os confesaré que no soy una lectora de lágrima fácil. Me cuesta encariñarme con los protagonistas de ficción, me incomodan las escenas demasiado idílicas o excesivamente dulces (son las que me sacan a golpes y me convierten en una espectadora escéptica e incrédula). Mientras preparaba esta entrada buscaba una buena definición de la palabra conmover y he encontrado esta:
Conmover: Hacer (especialmente una persona mediante una demostración de cariño, un acto de amor, etc.) que una persona se emocione hasta el punto de despertarle deseos de llorar.
Eso es lo que ha conseguido Neïra a través de Sara y Vera. Y no solo me despertó deseos de llorar, lo hice sin ningún reparo. Con sus pequeños detalles, con sus grandes mensajes que puede que no sean nuevos u originales, pero son los que nos ayudan cada día a seguir en este mundo de locos.
Leed Valiente Vera, pequeña Sara y comprobad qué despierta en vosotros. No creo que podáis conseguir que algo, algún detalle, alguna decisión de Vera, Sara y Alex no os toque el corazón.
Gracias, Andrea Longarela-Neïra, por hacerlo posible. Por autopublicar esta historia y no dejarla en un cajón. Por dejar que toda esa sensibilidad quedara impresa en papel. Por hacerme sentir nostalgia de una época sin la presencia de nuevas tecnologías.
Gracias, Mónica Brandon, por acompañarme de nuevo en esta lectura. Por callar cuando me adelantabas y yo te transmitía mi ansia por saber y el miedo a que no se cumplieran las expectativas. Por decirme: tú-solo-disfrútalo. Por acompañarme en las redes, y por ser la culpable -con tu entusiasmo y tu poder de persuasión- de que un día decidiera leer a esa chica autopublicada y un poco indie que empezaba a hacerse un hueco en este mundillo. Este viaje emocional también es por tu culpa. En esta entrada se resume el significado de la palabra Serendipia.
Podéis leer la reseña de Miss Brandon pinchando aquí.