
***
"-Los espíritus me han escuchado — anunció Unna saliendo de su trance y abriendo súbitamente los ojos-, y han mostrado interés por vuestros pesares.
—¿En serio? —dijo Arianne con cautela, pensando si ya sería buen momento para soltarse de las manos de Unna—. ¿Y qué os han dicho?
—Dicen que para conseguir lo que deseáis tendréis que renunciar a lo que amáis —aseguró Unna con la frialdad de un juez que dictase una sentencia cruel y definitiva.
—¿Por qué? —preguntó Arianne airada y tenazmente. No estaba dispuesta a aceptar así como así esas palabras y además se sentía muy enfadada, aún no sabía si con Unna o con los espíritus.
—Porque todas las cosas tienen un precio. Pero vos podéis elegir, los espíritus os han concedido ese don.
—¿Entre qué debo elegir? —dijo Arianne sin comprender nada. Comenzaba a sentirse atrapada en aquella pequeña habitación, tan cerca de Unna que notaba el desagradable olor sucio de sus ropas, sujeta por sus manos húmedas y frías que no la dejaban soltarse.
—Debéis elegir qué es lo que más os importa —dijo con voz profunda que parecía nacer más allá de su garganta—. La vida y la muerte giran a vuestro alrededor desde que nacisteis. Luchan por imponerse la una sobre la otra. La una contra la otra. Las dos con la misma fuerza. Las dos igual de poderosas. Tendréis que decidir con quién estáis vos, a quién le pertenecéis. Esa y no otra será vuestra elección."
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