Suena Hold back the river de James Bay. Amanece frío pero soleado, quién sabe hasta cuándo. Hoy, detrás del teclado, viene a mi cabeza aquello de que el tiempo pone a cada uno en su sitio, en su lugar. Vaya si lo hace. Puedes ver la realidad desnuda, las decepciones, elegir la compañía y las batallas, aceptar las derrotas. Coges tu vida y decides qué haces con ella, cuál será el siguiente paso.
Decía Maya Angelou: <<He aprendido que puedes descubrir mucho acerca de una persona si te fijas en cómo se enfrenta a estas tres cosas: perder el equipaje, un día de lluvia y una ristra enredada de luces de Navidad>>
Puedes descubrir y aprender mucho si te fijas en los pequeños detalles.
Sigo leyendo libros y artículos incómodos para recordarme que todo es relativo, que siempre existió otro escenario mucho más duro, cruel y despiadado. Encajo el puñetazo en el estómago. Y, luego, intento compensarlo con el poder del arte en todas sus formas. Y me lo traigo aquí. Sin renunciar a lo que soy.
ICEBERG
Entra al poema,
lávate en su agua clara,
pisa su limo
y oye mi historia.
Olvida lo que sabes,
ve lo invisible
y húndete en mí.
Verás la parte oculta
del iceberg.
Verás tu miedo,
verás tus ilusiones
desde mis ojos.
Verás tu cara
esculpida en el hielo,
hecha de arena.
Así es la vida:
lo que es falso es la luz,
lo conocido.
Así es la vida:
la verdad nos espera
bajo las olas.
NUNCA ES TARDE
Nunca es tarde para empezar de cero,
para quemar los barcos,
para que alguien te diga:
-Yo sólo puedo estar contigo o contra mí.
Nunca es tarde para cortar la cuerda,
para volver a echar las campanas al vuelo,
para beber de ese agua que no ibas a beber.
Nunca es tarde para romper con todo,
para dejar de ser un hombre que no pueda
permitirse un pasado.
Y además
es tan fácil:
llega María, acaba el invierno, sale el sol,
la nieve llora lágrimas de gigante vencido
y de pronto la puerta no es un error del muro
y la calma no es cal viva en el alma
y mis llaves no cierran y abren una prisión.
Es así, tan sencillo de explicar: -Ya no es tarde,
y si antes escribía para poder vivir,
ahora
quiero vivir
para contarlo.
Benjamín Prado.
Leerte me da media vida.
ResponderEliminarNo te acabes nunca.
¡Mua!
Desde luego que nunca es tarde.
ResponderEliminarBesos mil.
Nunca es tarde y leerte siempre abriga.
ResponderEliminarGracias, amiga.
Hoy ya estoy contenta. Qué alegría Lidia!
ResponderEliminarRegreso de vacaciones y me encuentro con esta entrada♥
ResponderEliminarUn besote