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19 de enero de 2017

El éxito es para los mediocres

Recuerdo muy bien cuando mis padres y profesores me decían que, en esta vida, todo requiere un esfuerzo, que nadie te regala nada. Te decían que mentir estaba mal, que utilizar a la gente no era correcto y que si querías triunfar en la vida o conseguir algo, tenías que ganártelo.
Lo que no me ha enseñado nadie es a mirar hacia otro lado, a conformarme con lo que hay o a pensar en que todo vale. Supongo que por eso, cada día, me cuesta más callar y transigir.
Cuando empecé con este blog, todo me parecía una aventura maravillosa. Tenía un hueco donde poder hablar de lo que me gusta, compartir una afición, contarla. Era lo que hacían aquellos blogs que yo seguía y sigo todavía.
Luego empiezas a conocer lo que hay detrás del telón. Asistes a algunos eventos, hablas en petit comité sobre lo que hay detrás de la industria editorial y te sumerges en las redes sociales. Y todo ese mundo color de rosa explota en tu cara y te muestra el verdadero rostro. 

Después de todo este tiempo he llegado a una conclusión: El éxito es para los mediocres.

- Estamos en ese punto en el que se permite que haya bloggers que extorsionan a los autores y a las editoriales.

Extorsión. 1. f. Presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener así dinero u otro beneficio.
2. f. Trastorno o perjuicio.

Transformad la palabra amenaza en "ofrecimiento para hacer una bonita reseña en el blog, ya que la editorial no le envía ningún ejemplar". ¿Sabéis qué ocurre cuando esa extorsión se consiente? Que pasa a ser costumbre y que, si el chantajista es listo, puede incluso convencerte de que está prestando un servicio público, de que está ayudando al autor a darse a conocer. Nunca mencionan su verdadera intención: conseguir libros gratis y aspirar a ser alguien en la red. A ver si empezamos a hablar claro.
Es hora de que editoriales y autores empiecen a plantearse si ceder al chantaje merece la pena.

- Estamos en ese punto en el que las editoriales entran en el juego y ceden ejemplares de cortesía a cualquiera que les haga un comentario o lo enseñen en un vídeo de dos minutos. Señores de las editoriales, luego no se quejen.

- Estamos en ese punto en que lo que prima es el postureo y el amiguismo. Nada se cuestiona. Todo vale. Desde inventar premios, comentar para que te comenten, arrasar en el Natura/Ikea/Casa para adquirir el atrezzo que acompañará al libro en cuestión y convertirte en artista fotográfico (y al libro en un modelo de revista, obviando lo importante: el contenido), copiar las estrategias de los blogs de referencia e incluso el plagio de entradas... Es el juego de la araña, se trata de tejer una red lo suficientemente amplia para luego poder aprovecharte de ella. Y funciona. Ni siquiera necesitas tener talento, solo un club de seguidores. Si eres blogger, estás leyendo esto y te das por aludido, antes de defenderte piensa en que no ofende quien quiere, sino quien puede. Piensa en cuanto de verdad hay en mis palabras.

- Y, por último, estamos en ese punto en el que ni siquiera necesitas escribir bien para vender. Cada día se publican un sinfín de novelas. Dirígete al público adecuado y te lloverán las estrellas y las oportunidades.
No creo que exista un público selectivo. Creo que hay un sector muy amplio de gente que lee lo que le echen, así, sin correcciones, sin grandes tramas. Y me parece bien. Pero lo que no pienso consentir es que ese "escritor super ventas" me diga que su mediocridad queda suplida por las ventas. A otro perro con ese hueso. 

Acaba de salir el Programa del VII Encuentro RA de este año 2017, que tendrá lugar el 10 y 11 de febrero en Madrid. Las inscripciones se abrieron el 02 de diciembre. Es el único evento que obliga a inscribirse a los asistentes y a abonar la inscripción previamente, sin que éstos sepan lo que van a encontrarse y sin que se conozca en qué se invierte el dinero de la entrada (a 17 €  por cabeza, con un mínimo de 500 asistentes, una Antología en la que los autores que participan no cobran por sus derechos... id haciendo cuentas). Luego, claro, llegan las decepciones. Y, siempre, te sirve para confirmar sospechas (aquí también podemos hablar de amiguismo, postureo y connivencia editorial).
Llegará el día en que, coincidir con otros lectores y escritores, no compensará y este teatro termine. Señoras organizadoras del RA, cuando eso ocurra, no busquen excusas.

Si después de leer todo esto, confirmar que es verdad (pasead por la blogosfera, Instagram, Facebook o Amazon), no creéis que haya acertado en el título de la entrada... voy a necesitar que me expliquéis por qué no. Y, sí, podréis decirme que no todo es así, que hay excepciones. 

Las excepciones son las que hacen que no cierre este rincón, que no me largue de aquí harta de lo que veo y leo cada día. Cada bendito día.
Las excepciones (todas esas personas con las que comparto opinión y me desahogo en privado, todas esas novelas que me enseñan que detrás hay un profesional, todos esos bloggers que no utilizan la red como un negocio bajo la excusa de que es como un trabajo) hacen que seguir aquí merezca la pena. Aun cuando siga creyendo que el éxito es para los mediocres.





15 de enero de 2017

Entre el mundo y yo - Ta-Nehisi Coates


ENTRE EL MUNDO Y YO



Ta-Nehisi Coates


Edición impresa
ISBN: 9788432229657
Seix Barral (Planeta)
2016



Narrativa extranjera



SINOPSIS

Una carta de un padre a su hijo. Una profunda reflexión sobre la realidad social de la Norteamérica actual que recoge grandes temas universales como la discriminación, la desigualdad y el activismo necesario para combatirlas.
«Éste es tu país, tu mundo, tu cuerpo, y debes encontrar la manera de vivir con todo ello.»
«La que quiero para ti es que seas un ciudadano consciente de este mundo terrible y hermoso»

¿Por qué decidí leer Entre el mundo y yo?
En noviembre de 2016, Donald Trump ganó las elecciones a la presidencia de EEUU. Era algo así como el cuento de Pedro y el lobo, nadie pensaba que podría pasar pero pasó. Luego, compartí un almuerzo con mujeres que seguían las noticias, han leído y, sobre todo, han viajado, y comentamos el tema del por qué. Una de ellas me abría los ojos al comentarme que la situación en EEUU no era, ni mucho menos, como nos la vendían en televisión. No todo eran barrios residenciales, Manhattan, o perseguir el gran sueño americano. Por el contrario, aquello tenía más que ver con barrios y familias fuera del sistema, que no trabajaban, que sobrevivían con el subsidio del gobierno, pero sobre todo con un alto índice de población que, simplemente, es invisible y forma parte del porcentaje que no está "dentro del sistema". Y, posiblemente, el resultado de las elecciones no tuviera tanto que ver con Trump como con castigar a ese sistema injusto pero real.

Y, sabiendo todo eso, conocí la publicación de Entre el mundo y yo, leí algunos comentarios y decidí que quizá podría aprender algo de la situación que se vive en EEUU, concretamente, para la población negra. La verdad, no era lo que esperaba, pero me alegro de haberlo leído.

«De momento, hay que decir que el proceso de blanqueo de las diferentes tribus, y el ascenso de la creencia en el hecho de ser blanco, no se produjo por medio de las catas de vino y las reuniones sociales para comer helado,  sino mediante el saqueo de vidas, libertad, trabajo y tierra; mediante los latigazos en la espalda; las cadenas en brazos y piernas; el estrangulamiento de los disidentes; la destrucción de las familias; la violación de las madres; la venta de los hijos; así como otros muchos actos destinados, principalmente, a negarnos a ti y a mí el derecho a proteger y gobernar nuestros cuerpos.»

Digo que no era lo que esperaba porque se trata de una carta (de casi 200 páginas) que Ta-Nehisi Coates dirige a su hijo Samori, de quince años, en la que le habla de lo que supone ser negro en América. Algunas referencias a la infancia, a la escuela, a referentes como Malcom X, a los asesinatos de jóvenes a manos de la policía que nada tienen que ver con la comisión de un delito sino con el color de la piel de esos jóvenes.
Y, cuando he terminado el libro, he sido consciente de que no tenía ni la más remota idea de lo que pasa al otro lado del océano. Que los dos minutos que dedica el noticiario a dar a conocer las revueltas y asesinatos que dejan impunes a la policía es algo que nos parece lejano y ajeno. Que, quién me lo iba a decir, la realidad tiene más que ver con la imagen de Michelle Pfeiffer en Mentes peligrosas, intentando hacer algo por el futuro de unos jóvenes que ya están condenados a sobrevivir a las calles, a que la escuela sea sinónimo de "un sitio que impide que estén vagabundeando y cometiendo crímenes", a que cada día pueda ser el último, solo por el color de su piel. De nada ha servido que su último presidente sea afroamericano. 

Coates se refiere continuamente a la falta de seguridad y de control que una persona negra tiene sobre su propio cuerpo. En algunos momentos pensaba que era un discurso demasiado radical, pero cuando sabes que este libro ha recibido el galardón National Book Award de No ficción de 2015 (entre otros), y ha sido finalista del Premio Pulitzer 2016, en ese caso, no puedes negar la evidencia.

«Un año después de ver al chico de los ojillos sacar su pistola, mi padre me pegó por dejar que otro chico me robara. Dos años más tarde, me pegó por amenazar a mi profesor de noveno. El hecho de no ser lo bastante violento podía costarme mi cuerpo. el hecho de ser demasiado violento también podía costarme mi cuerpo»

«Por fin entendía personalmente a mi padre y su antiguo mantra: "La paliza se la puedo dar yo o la policía". Por fin lo entendía todo: los cables eléctricos, los cables de extensión, la vara ritual. 

Las personas negras amamos a nuestros hijos de forma un poco obsesiva. Sois todo lo que tenemos y ya nos llegáis en peligro. Creo que preferiríamos mataros nosotros mismos antes de ver cómo os matan esas calles que América ha creado.»

Entre el mundo y yo me ha hecho darme cuenta de lo poco que sé sobre el tema, de lo poco que nos importa cuando no pertenecemos al grupo agraviado, de lo fácilmente manipulables que podemos llegar a ser cuando los hechos ocurren a miles de kilómetros y es un problema de otros. La brecha racial existe y, si no lo sabías o solo lo intuías, éste es un libro imprescindible para conocer el sentimiento y la necesidad del activismo de la población negra en América. Es una lectura que te hace reflexionar.

«Esto es lo que me gustaría que supieras: en América es una tradición destruir el cuerpo negro: es un patrimonio. La esclavitud no fue un simple acto aséptico de coger prestada una fuerza de trabajo; no es tan fácil conseguir que un humano entregue su cuerpo en contra de sus intereses más elementales. De modo que la esclavitud tiene que emplear cólera azarosa y violencia corporal arbitraria, necesita cabezas rotas y sesos vertidos en el río cuando el cuerpo intenta escapar. Tiene que emplear unas violaciones tan habituales que se vuelven industriales. No hay forma edificante de decir esto. Yo no tengo himnos religiosos ni antiguas canciones espirituales negras. El espíritu y el alma son el cuerpo y el cerebro, que se pueden destruir, y es justamente por eso por lo que son tan valiosos. Y el alma no se escapa de esto. El espíritu no se escabullía en las alas del góspel. El alma era el cuerpo que alimentaba el tabaco, y el espíritu era la sangre que regaba el algodón, y ambas cosas crearon los primeros frutos del jardín americano. Y esos frutos se obtuvieron a a base de azotar a niños con leña de la cocina y del hierro candente que arrancaba la piel como si fuera las hojas de la mazorca de maíz.»


7 de enero de 2017

Una imagen vale más... - Henri Cartier-Bresson

Envidio a la gente creativa, a los artistas. Y, aunque soy de las que afirman que ni la belleza salvará al mundo, sí que creo que lo mejora y que es esa gente creativa la que lo hace posible. El arte en todas sus variadas y magníficas representaciones. Gente que escribe: novela, poesía, ensayo, guiones cinematográficos... capaz de crear historias o provocar los más diversos sentimientos. Gente que pinta o dibuja: en forma de lienzo, de ilustración, con spray en el muro de una calle o con tinta en la piel de otra persona, con toda la paleta de colores o con un simple lápiz, negro sobre blanco. Gente que fotografía, inmortalizando para siempre el más leve gesto o la composición más compleja, un letrero en una calle o un paisaje recóndito y hermoso. Gente que toca cualquier instrumento musical o que utiliza su voz como tal. Gente que actúa, en forma de teatro, de película, de serie televisiva. 

Hoy quería hacerle un hueco a la fotografía. Debo reconocer que Pinterest tiene mucha culpa de esta entrada. Ha sido una de esas plataformas en las que invertir horas de ocio, en las que encontrar un poco de todo. Fotos bonitas, pintura e ilustraciones, momentos históricos inmortalizados en un clic, en blanco y negro, en color. Imágenes que nunca olvidaremos gracias a los reporteros gráficos: las Torres Gemelas cayendo, el rostro de Sarbat Gula (si os digo que fue la niña afgana portada de National Geographic en 1985, la imagen aparecerá nítida en vuestra mente), el miliciano abatido de Robert Capa. Y como sufro esa especie de disociación, lo mismo creo un tablero dedicado al amor, como un tablero dedicado a las imágenes más cruentas de conflictos bélicos (el nombre no importa, el horror es el mismo, llámese Vietnam, Ruanda, Sarajevo, Auschwitz, Alepo, Guernica...)

Este año 2017 quiero dedicar cada mes a conocer -y en algunos casos, a profundizar- la vida y obra que hay detrás de artistas y profesionales tras la cámara: Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Elliott Erwitt, Dorothea Lange, Laura Makabresku, Gervasio Sánchez, Annie Leibovitz, Hansel Mieth, Gerda Taro (Gerta Pohorylle), Brassaï (Gyula Halász), Alfred Eisenstaedt, Vivian Maier, y muchos más...
Probablemente no es casualidad que la mayoría de los elegidos tengan obras, en su mayoría, en blanco y negro.


El mes de enero tiene nombre de Henri Cartier-Bresson (1908 Chanteloup, Seine-et-Marne - 2004 Provenza). No os perdáis su biografía porque tuvo una vida realmente interesante. Cofundador de la Agencia Magnum. Encontré en la biblioteca el ejemplar de Lunwerg Editores. Sesenta y cuatro fotografías en diferentes países, imágenes cotidianas y todas con algo especial. Pero si me tengo que quedar con una de las que aparecen en esta compilación, elijo Rumanía, 1975.
Dice Cartier-Bresson al inicio:

"Fotografiar es, en un mismo instante y en una fracción de segundo, reconocer un hecho y la organización rigurosa de las formas percibidas visualmente que expresa y dan sentido a este hecho. 
Es poner en el mismo punto de mira la cabeza, el ojo y el corazón. Es una forma de vivir"




Rumanía, 1975








                                            










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