Neïra
Edición ebook
(2º libro. Bilogía Daniela)
Autopublicado
(2016)
Romántica Contemporánea
SINOPSIS
A primeros de este año, Neïra publicaba Fuimos un invierno, la primera parte de una Bilogía que se ha cerrado con Fuiste mi verano. Es difícil hacer una reseña de una segunda parte sin hacer menciones de la primera, pero me niego a dar más información de la que aparece en mis impresiones de Fuimos un invierno y de la propia sinopsis de Fuiste mi verano.
Lo que sí diré es que hay una clara evolución tanto en la trama como en los personajes. Carece de frivolidad, de escenas superficiales, porque la historia gana en profundidad y los protagonistas aparecen desnudos, mostrando todo lo que hay detrás de ellos.
Es sorprendente cómo Neïra es capaz de acercarlos aun más al lector, de mostrar todas sus dudas, sus decisiones, sus momentos felices y también tristes y hacerlos palpables. Resulta muy fácil entender a Luca y Daniela, verles cometer errores, arriesgar, conseguirlo todo para perderlo después en un abrir y cerrar de ojos.
En muchas de las novelas románticas que se publican encontramos parejas que muestran claras relaciones de dependencia, a veces incluso tóxicas. También en la vida real. Neïra arriesga y apuesta por una tercera vía: la de que primero necesitamos querernos a nosotros mismos y perdonarnos por nuestros errores para conseguir tener una relación sana y perdonar a quienes nos hicieron daño.
Por eso Luca y Daniela no lo tienen fácil y en esta segunda parte van a tener que sufrir, que caer y levantarse. Ser egoístas y quererse un poco más ellos mismos aunque eso suponga tomar decisiones difíciles y alejarse de la persona que aman.
"- Solo quiero que me quiera, pero que lo haga bien. Ya me han querido mal mucho tiempo"
Fuiste mi verano te lleva a conocer el camino que ambos recorren juntos y por separado y no sé muy bien cómo lo hace la autora, pero es inevitable emocionarte ante determinadas escenas, ante la fragilidad de los protagonistas pero también ante su fortaleza. No creo que nadie pueda achacarle a Neïra que a sus personajes les falte credibilidad porque cuando llegas al final ya se te han metido dentro y piensas que también estaban presentes en tu cabeza un par de horas antes, cuando no estabas leyendo, y también por la mañana mientras hacías cualquier tarea cotidiana. Y diré más, solo por ese precioso final que nos ha dejado -cuando el lector ya está un poco exhausto porque adora a Luca y Daniela y quiere que estén bien, que se sientan bien en esta vida que les ha tocado-, sólo por eso, merece la pena leer esta bilogía. También me ha gustado que en esta segunda parte la primera persona se reparta y que, esta vez, Luca tuviera su propia voz.
"Dana fue un verano para mí y ahora, en cambio, me veo inmerso en el verano más frío y triste que recuerdo"
Y como ya dije en su día, siguen influenciándome ciertas expresiones, ese lenguaje coloquial que para algunos puede resultar más cercano, pero al que yo no me acostumbro y que me hace no darle una puntuación máxima a la novela. Pero también diré que si leer a Neïra solo dependiera de eso, me habría perdido una historia preciosa, emotiva, y que te deja enganchada hasta conocer su desenlace. Me habría perdido a Luca y Daniela y también a Marina y Damián, y todos ellos merecen la pena.
Quedaos con su nombre, estoy segura de que Neïra va a seguir dándonos muchas alegrías a quienes buscamos un soplo de aire fresco.
Podéis leer la reseña de la primera parte pinchando aquí: Fuimos un invierno
La vida de Daniela ha dado un giro completo en los últimos meses, un cambio radical al que, inevitablemente, tiene que adaptarse. Si echa la vista atrás, todo es diferente. Martín y Nieves ya forman parte de su pasado, un pasado que siente muy lejano. Pero no solo ellos han desaparecido de su vida, sino que Luca, el mismo chico que fue para ella una balsa a la que aferrarse con fuerza para no ahogarse, también lo ha hecho y Daniela se ve obligada a aprender a caminar sola.
Lo que pasa es que, en ocasiones, el azar hace de las suyas y se inmiscuye en ese camino, haciendo que nos crucemos con personas que creímos que nunca regresarían. Y todo vuelve. Y de repente el camino es más pedregoso de lo que parecía. Y caerse es demasiado fácil.
Daniela se enfrenta al presente con más cargas que nunca, con sentimientos que se le anudan en el estómago y que se esfuerza por esconder, con un pasado convertido en cicatriz, pero, pese a todo ello, con unas inmensas ganas de vivir, ser más ella misma que nunca y conseguir todo aquello que cree merecer.
A primeros de este año, Neïra publicaba Fuimos un invierno, la primera parte de una Bilogía que se ha cerrado con Fuiste mi verano. Es difícil hacer una reseña de una segunda parte sin hacer menciones de la primera, pero me niego a dar más información de la que aparece en mis impresiones de Fuimos un invierno y de la propia sinopsis de Fuiste mi verano.
Lo que sí diré es que hay una clara evolución tanto en la trama como en los personajes. Carece de frivolidad, de escenas superficiales, porque la historia gana en profundidad y los protagonistas aparecen desnudos, mostrando todo lo que hay detrás de ellos.
Es sorprendente cómo Neïra es capaz de acercarlos aun más al lector, de mostrar todas sus dudas, sus decisiones, sus momentos felices y también tristes y hacerlos palpables. Resulta muy fácil entender a Luca y Daniela, verles cometer errores, arriesgar, conseguirlo todo para perderlo después en un abrir y cerrar de ojos.
En muchas de las novelas románticas que se publican encontramos parejas que muestran claras relaciones de dependencia, a veces incluso tóxicas. También en la vida real. Neïra arriesga y apuesta por una tercera vía: la de que primero necesitamos querernos a nosotros mismos y perdonarnos por nuestros errores para conseguir tener una relación sana y perdonar a quienes nos hicieron daño.
Por eso Luca y Daniela no lo tienen fácil y en esta segunda parte van a tener que sufrir, que caer y levantarse. Ser egoístas y quererse un poco más ellos mismos aunque eso suponga tomar decisiones difíciles y alejarse de la persona que aman.
"- Solo quiero que me quiera, pero que lo haga bien. Ya me han querido mal mucho tiempo"

"Dana fue un verano para mí y ahora, en cambio, me veo inmerso en el verano más frío y triste que recuerdo"
Y como ya dije en su día, siguen influenciándome ciertas expresiones, ese lenguaje coloquial que para algunos puede resultar más cercano, pero al que yo no me acostumbro y que me hace no darle una puntuación máxima a la novela. Pero también diré que si leer a Neïra solo dependiera de eso, me habría perdido una historia preciosa, emotiva, y que te deja enganchada hasta conocer su desenlace. Me habría perdido a Luca y Daniela y también a Marina y Damián, y todos ellos merecen la pena.
Quedaos con su nombre, estoy segura de que Neïra va a seguir dándonos muchas alegrías a quienes buscamos un soplo de aire fresco.
Podéis leer la reseña de la primera parte pinchando aquí: Fuimos un invierno